Comprar led en masa: la respuesta empresarial para rebajar la factura energética

Ante las trabas para instalar placas solares de autoconsumo y las reticencias de las distribuidoras para renegociar los contratos, el cambio de bombilla está siendo la opción más socorrida para abaratar costes. Máxime en una situación que, según la última encuesta empresarial realizada por la patronal, va camino de empeorar: una cuarta parte de las pymes sondeadas prevén que su gasto en electricidad se duplique a corto plazo.

Tendencia consolidada

Pero la compra masiva de estos dispositivos piezoeléctricos no hace más que consolidar una tendencia anterior. Según explica Alfredo Berges, director general de Anfalum (Asociación Española de Fabricantes de Iluminación), esta solución lumínica, que en el pasado estaba relegada a tareas de señalización, ha evolucionado hasta el punto de ser capaz de cubrir grandes superficies.

Un desarrollo tecnológico que ha ido de la mano de una previsión público-privada. "Hace diez años negociamos un real decreto para eliminar determinadas fuentes de luz que tuvieran una exigencia energética no razonable. Se pactó un calendario de eliminación de lámparas que no tenían suficiente eficiencia energética. La lámpara incandescente desapareció y entonces fueron instalándose nuevas fuentes de luz que han aumentado las ventas de led", explica el empresario.

Bombillas led encendidas, en una imagen de archivo / CG

Eficiencia energética

Este gran acuerdo, impulsado por la asociación europea LightingEurope de la que forma parte Anfalum, ahora ha cobrado fuerza por el hachazo del recibo de la luz. Pero sus ventajas son claras: un led puede ahorrar cerca del 70% de la energía de una bombilla de 100 vatios (W) y además tiene mayor durabilidad. A lo que se suman las posibilidades de digitalización que ofrece esta alternativa para interconectar los entornos y usuarios mediante el análisis de datos.

¿El punto flaco de los led? Quizá su precio superior que, como reconoce Berges, en un principio ralentizó las ventas, aunque la solución actualmente ya está asentada en el mercado como demuestra el interés de las pymes catalanas.

La iluminación resiste

Por otro lado, los fabricantes de iluminación agrupados en Anfalum --que representa a unas 70 compañías y ocupa de forma directa e indirecta a unas 7.000 personas-- prevén cerrar 2022 con un ejercicio en positivo. En concreto, el sector prevé crecer un 4% hasta ingresar 1.340 millones de euros.

El año pasado ya fue positivo para las empresas: las ventas en el mercado nacional subieron un 6,9% hasta los 878 millones de euros, si bien las exportaciones cerraron en negativo con un -1,1% (463 millones). El optimismo contenido de los productores destaca en un panorama de caídas en la producción industrial por el recorte de pedidos y los sobrecostes derivados del encarecimiento de materias primas o los problemas logísticos.