El Fairmont Juan Carlos I pende de un agresivo banquero de inversión
Tony Chedraoui, de Tyrus Capital, promete la continuidad de la marca como explotadora pero ni remata la compra ni concreta la reapertura
22 septiembre, 2022 00:00El hotel Fairmont Juan Carlos I de Barcelona pende de un agresivo banquero de inversión. El cinco estrellas, que fijó su reapertura para octubre, está atado a Tony Chedraoui, el fundador de Tyrus Capital. El ejecutivo ha prometido a la marca canadiense que continuará al frente de la explotación, aunque no termina de concretar ni la compra ni la reactivación del resort de lujo situado en el extremo sur de la avenida Diagonal.
Es lo que explican fuentes del sector alojativo. Subrayan que el financiero "actúa como siempre hace: prometiendo mucho y concretando poco". Se refieren, por ejemplo, a los salarios de la plantilla del Fairmont, que aún tiene a unos 300 trabajadores en nómina de los cerca de 500 que constaban como asalariados. Llevan más de dos años afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y su situación es desesperada, como explicó este medio.
El ex de Lehman se posiciona
Los interlocutores consultados apuntan a que el también exdirectivo del banco estadounidense Lehman Brothers ha movido ficha en dos planos. Primero, se ha posicionado por la vía de "los acuerdos de préstamos y de deuda subrogada y de una carta de compromiso de la familia Ben Nasser, propietaria del edificio". Los saudíes tratan de salir "de forma desesperada" del nudo "financiero, laboral, fiscal, institucional y turístico" que representa el Fairmont.
Tras posicionarse como comprador, el ejecutivo ha sostenido a los representantes de los trabajadores que "busca reabrir y pagarles, pues tiene un acuerdo con el ayuntamiento". Asimismo, Chedraoui ha asegurado que Fairmont también continuará como marca explotadora del único hotel que tiene en España.
Desconfianza
No obstante, desde el sector alertan de que "no es la primera vez" que promete cosas similares que nunca se llegan a ejecutar. "Es especialista en activos y empresas con graves problemas económicos y especialmente en quiebra", manifiestan. No obstante, "no arriesga nada, promete mucho y contrata siempre a buenos abogados".
En el caso del Fairmont, Chedraoui habría tomado también esta dirección de controlar el riesgo. "Sigue instalado en su villa de 1.000 metros de Londres sin venir a Barcelona y cerrar la operación", lamentan.
Un equipo legal de altura
Eso sí, el también "CIO y CEO" de Tyrus confía en un equipo de abogados de primer nivel, "de los que cuestan 500 euros la hora". Los letrados le representan ante el comité de empresa. ¿Con qué estrategia? "Nos ningunea de forma sistemática", lamentan los sindicalistas del grupo. "Parece que crea que somos una panda de vagos que preferimos no trabajar o cobrar en negro cuando Barcelona está en pleno boom turístico tras la fase dura de la pandemia del coronavirus", critica otro empleado.
Precisamente, esa agresividad que muestra Chedraoui le precede como reputación. "Ha prometido a los saudíes deshacerse del problema y que, a cambio, le regalen el hotel u otra recompensa, como un pago". Desde el sector financiero madrileño, donde el inversionista ha protagonizado otras operaciones lamentan que el interesado "encarne lo peor de los mal llamados fondos buitre".
El ayuntamiento, de perfil
En este tablero, los conocedores de las negociaciones enfatizan también la postura del Ayuntamiento de Barcelona. "Es propietaria del terreno del Juan Carlos I --una concesión que vence en 2039-- y no quiere más hoteles de lujo, por lo que se ha puesto de perfil", señalan. Los interlocutores recuerdan los proyectos frustrados del Four Seasons en la Torre Deustche Bank de paseo de Gràcia, hoy pisos de lujo, y el Hyatt de la Torre Glòries, transformada en oficinas.
"Sin citar el combate del gobierno municipal contra los cruceros o todo lo que tenga que ver con la industria del visitante", agregan. La posición municipal, subrayan las voces consultadas, no ha facilitado que la operación llegue a buen puerto.
Propiedad saudí, gestión canadiense
Cabe recordar que el Fairmont Juan Carlos I está en la cartera de la familia saudí Ben Nasser. El activo era una apuesta personal de Turki bin Nasser, pero el fallecimiento repentino de este en 2020 aceleró su venta, pues sus descendientes no están interesados en él. Con la pandemia, este resort urbano con 25.000 metros cuadrados, piscina, jardín y spa, y que explota Fairmont, quedó cerrado. Y sus trabajadores, entraron en un ERTE.
Arrastran esta situación desde hace más de dos años, mientras algunos pretendientes han pasado por el complejo sin que ninguna de las compras estudiadas llegase a buen puerto. Uno de ellos fue Apollo Global Management, que sondeó la compra, pero la adquisición naufragó. Después, el ayuntamiento acordó que no ampliaría la concesión, otorgada en ocasión de los Juegos Olímpicos de Barcelona y que vence en 2039. Como explicó este medio, Tyndaris, un fondo inmobiliario de Tyrus, es ahora el principal interesado en el activo. Pero su hombre plenipotenciario no remata la operación. Deja el único hotel de cinco estrellas gran lujo de España cerrado a cal y canto.