Ana Botín, presidenta de Santander, durante la presentación de los resultados de 2021 / EP

Ana Botín, presidenta de Santander, durante la presentación de los resultados de 2021 / EP

Business

El Santander capitaliza la apuesta por la sostenibilidad

La llegada de Amundi como accionista significativo y la consolidación de Blackrock muestra el interés de los grandes inversores institucionales por el giro del banco a la financiación ‘verde’

22 febrero, 2022 00:00

Santander cuenta desde los últimos días con un nuevo socio de referencia, Amundi, una de las mayores gestoras de todo el mundo, que declaró una posición por encima del 3% del capital del banco por primera vez. Lejos de ser una casualidad, la entidad francesa ha apostado por uno de los valores financieros que más hincapié ha hecho en su estrategia futura por la sostenibilidad, el compromiso con el medioambiente y la descarbonización de la economía.

Durante la última presentación de resultados de Santander, a comienzos del presente mes, la presidenta del banco, Ana Botín, hizo mención en dos ocasiones al consejero delegado de Blacrock, Larry Fink; en ambos casos, fue para referirse al creciente peso que la mayor gestora del mundo otorga a los mencionados criterios a la hora de llevar a cabo sus inversiones y confeccionar sus carteras.

No es ecologismo, es capitalismo

Un extremo que quedó de manifiesto en uno de los referentes empresariales de todo el planeta, como es la célebre carta que cada año Fink envía a los primeros ejecutivos de las mayores compañías del mundo, aquellas en cuyo capital Blackrock ocupa un lugar destacado.

Finn apuntó en la misiva que esta circunstancia no tiene su explicación en un hipotético giro de Blackrock hacia el ecologismo. “Nos centramos en sostenibilidad no porque seamos ecologistas, sino porque somos capitalistas y tenemos unos deberes con nuestros clientes”, argumentó.

Pionera en criterios sostenibles

No es de extrañar que sea precisamente Blackrock el otro accionista que figura en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como único socio que supera un 3% del capital de Santander, cuya valoración bursátil actual se aproxima a los 57.000 millones de euros.

Amundi, producto de la fusión de las gestoras de Credit Agricole y Société Générale, fue una de las primeras firmas de su sector que introdujo firmes criterios de sostenibilidad en sus inversiones, hasta el punto de que anunció el veto a medio plazo a todas aquellas compañías que invirtieran de forma prioritaria en negocios relacionados con combustibles fósiles.

El caso de Repsol

De forma significativa, otra de las cotizadas españolas por las que la gestora gala apuesta con fuerza es Repsol, que a finales de 2019 anunció un histórico giro en su estrategia que le llevó a marcarse como objetivo a largo plazo lograr ser neutra en carbono en 2050, en línea con las metas fijadas en el Acuerdo de París, un referente en la lucha contra el cambio climático.

Meses después, otras grandes compañías del sector petrolero como BP siguieron los pasos de la empresa que preside Antonio Brufau, a cuya capital no tardó en llegar Amundi como accionista significativo para, por el momento, permanecer en esta situación.

Financiación 'verde'

La llegada de la pandemia, con consecuencias muy graves para los mercados de materias primas, en los que el barril de petróleo llegó a cotizar a precios negativos, supuso el refuerzo de la participación en la compañía de algunos destacados inversores institucionales como el caso de JP Morgan.

Como otras grandes entidades financieras del mundo, Santander se ha volcado en los últimos años en potenciar la financiación ‘verde’, a través de préstamos y otros productos ligados a la consecución de objetivos medioambientales.

Vinculación histórica

Porque igual que sucedió con Repsol, Amundi también abrió un camino por el que se ha adentrado la mayoría de la industria de la inversión, un camino que cada vez parece ser más de no retorno.

La entrada de la gestora como socio de referencia de Santander así parece confirmarlo, en lo que, además, supone una suerte de vuelta a finales del pasado siglo cuando, previamente a la unión bancaria, las grandes entidades europeas mantenían una serie de alianzas a través de participaciones cruzadas. En el caso de Santander, que por entonces acababa de adquirir y fusionarse con el Central Hispano, el socio era Société Générale. Eso sí, más de veinte años después, el escenario es radicalmente diferente.