El PSC se lanza a la conquista del poder económico de Madrid
El aterrizaje de Alejandro Colldefors en el AVE La Meca es el último de los movimientos de los socialistas catalanes para nombrar ejecutivos de primer nivel
6 junio, 2021 00:00El socialismo catalán ha ganado enteros en los últimos tiempos para nombrar a ejecutivos clave en empresas públicas o mixtas estatales, compañías que forman parte de lo que se denomina el poder de Madrid. Hasta la fecha, la presencia de ejecutivos catalanes en grupos como Aena o Hispasat era limitada, pero la influencia de Salvador Illa y de Miquel Iceta sobre Pedro Sánchez y sus colaboradores más próximos se ha dejado notar en los últimos nombramientos promovidos desde el Ejecutivo.
“Se debe separar los del inicio del mandato de los actuales”, señalan desde el entorno de los líderes del PSC. El segundo Gobierno de Sánchez se inició con un paso habitual, la designación de un político de la órbita de la formación roja al frente del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB). En este caso, el exalcalde de Terrassa y exsecretario general del partido, Pere Navarro. También se consiguieron dos designaciones destacadas como son la de Maurici Lucena como presidente de Aena y la de Isaías Táboas al frente de Renfe. En este último caso, un poder que se equilibraba con Adif, la empresa pública encabezada por Isabel Pardo de Vera, un nombramiento auspiciado por Podemos en el que se promocionó a una ejecutiva que conocía bien la compañía, ya que ocupó cargos importantes en ella con el PP.
Montilla, Hereu, Lacambra, Murtra y Colldefors
No fue hasta tiempo después cuando se produciría el verdadero desembarco en las altas esferas de sociedades de perfil público o con gran influencia de la SEPI u otros organismos. El expresidente de la Generalitat José Montilla entró en el consejo de administración de Enagás a finales de mayo de 2020 junto al exministro socialista José Blanco y al científico Cristóbal Gallego. Otro histórico del partido, Antonio Llardén, que preside la distribuidora desde 2007 y ha resistido en el cargo a los cambios de color político a la Moncloa, decidió ampliar el órgano directivo y designó al político catalán.
El exalcalde de Barcelona Jordi Hereu llegaba a la presidencia de Hispasat en octubre de este año y, siete meses más tarde, otros tres ejecutivos de la órbita socialista tomaban posiciones en el poder madrileño. Albert Martínez Lacambra sale de Aguas de Barcelona para ir a dirigir Red.es y Alejandro Colldefors es desde el viernes presidente del Consorcio Español de Alta Velocidad Meca Medina (CEAVMM) en sustitución de Jorge Segrelles, tras dejar el departamento de relaciones institucionales de Abertis. Marc Murtra tomó antes el testigo de Fernando Abril-Martorell en Indra, aunque de momento sin las responsabilidades ejecutivas que hasta entonces ostentaba la presidencia.
El paso de Illa por Moncloa
Esta decisión levantó polvareda porque su predecesor se había labrado una buena prensa en el mercado y en algunos ámbitos internos del grupo, sobre todo aquellos vinculados a los negocios de Defensa. Pero el nombramiento de Murtra, también patrono de la Fundación Bancaria La Caixa, recibió el apoyo del consejo de administración y no se prevé que la junta tome una decisión distinta. La llegada de Murtra a la sociedad que controla todos los activos del grupo La Caixa, el bancario y los industriales de Criteria, tiene otro nombre propio detrás: el de Salvador Illa.
El exministro de Sanidad dejó buen recuerdo en la Moncloa. No era la primera opción del presidente para ocupar esta cartera. De hecho, se rumorea que en el organigrama inicial del acuerdo de legislatura la cartera sanitaria era un ámbito que se quedaba bajo el control de Podemos y en algún momento el nombre de la actual titular de Igualdad, Irene Montero, había estado en la terna de candidatos. Finalmente, el exalcalde de La Roca Del Vallès (Barcelona) y secretario de organización de los socialistas catalanes asumió la cartera con el objetivo de tender puentes con los independentistas desde el Gobierno.
Ninguneo histórico del PSC
Con todo, estos planes se vieron truncados con el estallido de la pandemia de coronavirus. Illa asumió un papel protagonista inaudito en un ministerio de perfil bajo y se vio de la noche a la mañana con el grueso de las competencias traspasadas a las autonomías. El político barcelonés pilotó la principal crisis sanitaria que se recuerda en el país. Dejó un buen sabor de boca en el presidente y, en febrero pasado, asumió el reto de llevar al PSC a ganar las elecciones catalanas. Además, quien le relevó en el Gobierno para ocuparse en encabezar la candidatura del partido en las autonómicas fue otro de los políticos que siempre ha apoyado a Sánchez, incluso durante las controvertidas primarias socialistas, Miquel Iceta.
La combinación de ambos ha sido clave, señalan las fuentes consultadas, para acabar con uno de los desplantes históricos de la era de Pujol, cuando el expresidente catalán aseguraba que en Madrid hablaba con el PSOE y en Cataluña con el PSC. “Ahora, no se va a Madrid sin que antes ambas formaciones hayan hablado”, destacan interlocutores próximos a Moncloa. La Generalitat convergente ninguneaba a los socialistas catalanes, el mensaje que se quiere lanzar de forma abierta tanto en Barcelona como en Madrid es que “al PSC no se le deja fuera de juego”.
Ocupar el hueco de los convergentes
Este cambio contextual se hace notorio de forma especial en el ámbito económico, donde CiU era hegemónico hasta el inicio del procés. La falta de apoyos que ha cosechado la unilateralidad independentista en el empresariado catalán distanció al nacionalismo de los negocios. Incluso hubo una ruptura de los neoconvergentes con patronales con las que habían mostrado buena sintonía como Pimec por el intento de los secesionistas más irredentos, la ANC, de desplazar de la dirección con una candidatura alternativa a la que se había pactado de forma interna.
El PSC ha sido consciente de ello y se ha convertido en el partido de la centralidad económica en Cataluña, en el interlocutor del empresariado capaz de escalar sus peticiones hasta el Congreso y que apuesta por la estabilidad del territorio, cuestión clave para cualquier negocio. Para algunos, es la sustitución de la antigua "gestoría" de CiU. En los últimos tiempos ha decidido revertir las carencias de su presencia en la capital.
El PSC en el Gobierno
La presencia de los socialistas catalanes en el organigrama del Gobierno es cada vez menos limitada. Además del ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, los socialistas catalanes controlan la secretaría de Estado de Política Territorial y Función Pública, con Víctor Francos al frente; la secretaría general de Industria y Pyme, ocupada por Raül Blanco; y la dirección general del Consejo Superior de Deportes, que desde el pasado 4 de mayo está en manos de Albert Soler, quien ocupó el cargo nada más ser despedido por Joan Laporta del staff directivo del Barça.