El peligro de que España fracase con la gestión de los fondos europeos
Los expertos señalan que las instituciones deben trabajar de forma más estrecha, con una colaboración público-privada que apueste por las políticas públicas “como proceso, no como hitos”
11 febrero, 2021 23:14Digitalizar una administración o todo el sistema educativo “no quiere decir que se externalice en una empresa y ésta dote de ordenadores a todos esos colectivos”. Es mucho más complejo, y depende de políticas públicas que “se entiendan como proceso, no como hitos, no como algo que alcanzar y que ahí se quede”. Es la interpretación de Cecilia Castaño, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid. “El miedo a que España fracase existe, claro, porque se buscará una ganancia política, sin pensar en la colaboración institucional”, asegura Carles Manera, catedrático de la Universidad de Baleares y ex consejero de Economía del gobierno balear.
Los dos expertos analizaron cómo la economía mundial se deberá adaptar a otra situación muy distinta, tras la pandemia del Covid, y las repercusiones que tendrá en España, en un debate organizado por el colectivo Economistas Frente a la Crisis, junto a la asociación Amigos de la UAB y entidades como la Unión de Europeístas y Federalistas y el Centro de Análisis y programas sanitarios, en colaboración con Crónica Global. La idea es que las políticas públicas, la gobernanza desde el sector público, se ha situado en el centro, y que ahora se ha comenzado a valorar la importancia y la potencialidad “de lo público”, a juicio de Manera, un hecho que “se debería mantener a medio y largo plazo” para reorientar la economía global.
El peso del sector servicios
Porque, ¿qué consecuencias tendrá la pandemia del Covid, que ha provocado un parón económico y una crisis de enorme envergadura en determinados sectores? El debate se centró en la necesidad de sopesar dos cuestiones: la vulnerabilidad --la de sectores como el sanitario, y todo lo relacionado con la salud pública-- y la incertidumbre. Es decir, ¿cómo se deben afrontar desde los distintos gobiernos?
En Europa se ha optado por los fondos europeos, que suponen una inyección de dinero jamás vista --140.000 millones para España-- a partir de un acuerdo político en el seno de la Unión Europea. “El problema es que la política monetaria se ha puesto en común, pero hace falta que ocurra lo mismo con la política fiscal”, señala Castaño, dejando entrever que los distintos países disponen de armas muy distintas para hacer frente a los daños que han recibido los distintos colectivos económicos. En el caso de España, todo lo relacionado con los servicios, la restauración y el turismo, con un mayor peso en el PIB español que en otros países, sufrirá con mayor intensidad.
Colaboración público-privada, ¿cómo?
Los fondos, por tanto, deberían servir para concentrar esfuerzos en determinadas líneas de actuación, no en todas, según Carles Manera. La reindustrialización, un imperativo, de hecho, de la Comisión Europea, sí puede y “debe” asumirse en España, pero en aquellos sectores “donde ya hay una tradición, una industria auxiliar o actores reconocidos”, según Manera.
La pandemia debe ser una palanca para un salto en el modelo productivo de España, que ya arrastraba problemas importantes antes de que se difundiera el virus. Por ello, lo imperdonable, a juicio de Manera y Castaño, sería que España, por problemas institucionales, por el enfrentamiento político o por un mal enfoque de la tan reclamada colaboración público-privada dejara pasar la oportunidad.
La FP y los cuidados a las personas
Hay dos aspectos, sin embargo, que España tiene a su alcance. Manera y Castaño han coincidido en que el plan de Formación Profesional que dibuja el Gobierno, con la ministra Isabel Celaá, dotado con 5.000 millones de euros, está bien planteado, enfocado a la también cacareada formación dual. “Son las empresas, también, las que deben tomar la iniciativa, y hacer que ese plan tenga un gran éxito”, señala la economista de la Complutense.
La otra cuestión es todo lo relacionado con el cuidado de personas, un plan que se quiso poner en marcha con los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, con la ley de dependencia, y que fracasó por la falta de recursos y la irrupción de la crisis económica en 2008. Ahora, con los fondos europeos, se puede fortalecer e impulsar con un mayor criterio. Según Castaño, se trata de un sector que es muy intensivo en recursos humanos, y que se deberá profesionalizar, con formación, "que en gran medida ya lo está, porque el capital humano lo tenemos". Forma parte del sector sanitario, el que se quiere mimar desde la Comisión Europea, y que puede resultar para España una vía para crear puestos de trabajo y prestar servicios a una población envejecida.
Deuda pública, ¿se quema?
Desde la vía de los gastos, con la necesidad de “poner sobre la mesa todos los recursos que sean necesarios”, como incide Manera, el consenso parece claro en estos momentos en el concierto internacional. Pero, ¿cómo se vuelve a la senda de la consolidación fiscal?
Diversos economistas han planteado en las últimas semanas, --también gobiernos, como el Italiano-- que se pueda plantear una quita en la deuda europea, la que permite el Banco Central Europeo con su enorme arsenal destinado a las compras de deuda soberana. Para la ortodoxia, pero también para una buena parte de los economistas progresistas, esa idea tiene un límite. No se puede “quemar la deuda”, porque eso repercutiría en todo el sistema. Manera asegura, sin embargo, que “en los últimos años se decía que tal o cual medida era imposible y ahora vemos al FMI reclamando que se gaste todo lo que sea necesario”. En el caso de Cecilia Castaño, quitas, en algún momento, “deberá haber, como ocurrió en los primeros noventa con la deuda de los países latinoamericanos”.
Nuevo pacto social
En todo caso, los planes actuales de los gobiernos nacionales y de las instituciones europeas implican que a medio plazo se deba plantear “un nuevo pacto social”. Es decir, y siguiendo el debate entre Manera y Castaño, se precisará un nuevo acuerdo fiscal país por país sobre aquello que se quiere tener, como estado del bienestar, sobre qué se necesita y quién estaba dispuesto a pagarlo. Esa cuestión, por ahora, nadie la quiere poner sobre la mesa.
Si bien el consenso de los economistas es que no se podrá volver a la situación anterior al Covid, "porque tampoco era la idónea", --según Manera-- el peligro, y no sólo para España, es que cada sector social busque una salida particular, y ello provoque el “ascenso de los populismos, de forma más rápida a lo que hemos visto, con una polarización social mayor”, apunta el exconsejero de Economía de Baleares.
Esos peligros están ahí, para España y para el resto de países europeos. Una fina línea separa el volver a crecer de forma más sostenible o volver al modelo anterior, pese a las reticencias iniciales que podrían tener los ciudadanos: viajar otra vez masivamente, gastar y consumir sin freno, importaciones y exportaciones expansivas…Es lo que han puesto de relieve los dos expertos en el debate organizado por el colectivo Economistas Frente a la Crisis.