Amancio Ortega, fundador y accionista mayoritario de Inditex / EP

Amancio Ortega, fundador y accionista mayoritario de Inditex / EP

Business

Telxius, el último ejemplo de que el inversor Amancio Ortega (casi) nunca falla

La puesta en valor de su participación en la filial de Telefónica demuestra que la primera fortuna de España también se mueve acertadamente en sectores que no son mayoritarios en su cartera

18 enero, 2021 00:00

Primera gran operación del año. Telefónica coloca sus activos en torres de telecomunicaciones al gigante estadounidense American Towers Corporation por 7.700 millones de euros, un precio y unos multiplicadores que dejan boquiabiertos al mercado por su magnitud. Maniobra redonda para la operadora española… y para la mayor fortuna del país que, “casualmente”, es socio de la teleco en este negocio. Precisamente, quien mejor sabe que en ámbito de la inversión apenas se dan casualidades es Amancio Ortega, que ha vuelto a demostrar que su olfato pocas veces se equivoca.

No fueron pocos los que se sorprendieron aquel verano de 2018, cuando Telefónica anunció que había encontrado en el fundador y accionista mayoritario de Inditex un nuevo socio para Telxius. Pontegadea, el holding que canaliza las inversiones de Ortega, entraba en un sector hasta entonces inédito en su cartera, compuesta principalmente por dos elementos muy alejados del ámbito de las telecomunicacones: Inditex y el inmobiliario patrimonialista.

Visión de futuro

Con una necesidad imperiosa de reducir deuda, Telefónica ya se había desprendido unos meses antes del 40% de Telxius, vendido al fondo KKR. En el dueño de Zara, la operadora encontró un socio ideal para terminar de vender lo máximo que le permitía el objetivo de seguir como mayoritario en la filial.

La entrada de Amancio Ortega en esta operación fue, para más de uno, la señal inequívoca de que algo se estaba moviendo en el ámbito de la infraestructuras de telecomunicaciones. Por entonces, Cellnex aún no había iniciado la tormenta inversora que desató para dominar el panorama de antenas en toda Europa, aunque había protagonizado algunas operaciones que pasaron desapercibidas. No resultaba tan sencillo detectar que ahí había una oportunidad, que el mercado estaba empezando a ponerse caliente.

Intuición e información

“Amancio Ortega tiene dos elementos imprescindibles para tomar una buena decisión a la hora de invertir: intuición e información”, apuntan desde una consultora internacional. Unas palabras corroboradas por el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, cuando hablaba de la operación de Telxius en La Sexta. “Hace cuatro años creamos esta compañía y desde entonces hemos soñado con este momento”. Una frase que jamás hubiera sido pronunciada a priori pero de la que Ortega y su equipo eran conscientes cuando decidieron apostar por entrar en Telxius.

La inversión también fue vista en su día como una manera de diversificar la cartera, otra máxima clásica en el mundo de los negocios, que suele ilustrarse con un ejemplo de lo más gráfico: “no conviene tener todos los huevos en la misma cesta”. Por si se rompe.

Reinversiones

En el caso de la mayor fortuna de España, sus cestas son ya de por sí muy sólidas. Inditex, de la que posee un 60% del capital desde su salida a bolsa, y los inmuebles en renta. Pontegadea es la mayor inmobiliaria del país por volumen de activos, que supera ampliamente los 10.000 millones de euros. Un patrimonio localizado principalmente en España, Reino Unido y EEUU y que ha ido confeccionando a golpe de dividendo del imperio textil que fundó a mediados de la década de los 70 junto a su primera esposa, Rosalía Mera, fallecida en 2013.

El mercado apunta a una notable subida del precio de la electricidad / EP

El mercado apunta a una notable subida del precio de la electricidad / EP

Cada ejercicio, el empresario nacido en la provincia de León pero afincado casi desde siempre en Galicia, recibe más de 1.000 millones de euros como retribución al accionista de la compañía. Un dinero que no tarda en reinvertir para evitar ser penalizado desde el punto de vista fiscal.

Elección personal

Semejantes inyecciones de liquidez le permiten escoger activos premium, con cotas de ocupación máximas y con inquilinos de primera clase. Barcelona y Madrid son buenas muestras, con inmuebles en arterias como Paseo de Gracia, Paseo de la Castellana o Gran Vía.

En este punto también interviene la intuición. El inmobiliario es la otra gran pasión de Amancio Ortega y no han sido pocas las veces en las que se ha encargado de elegir personalmente activos, tanto para invertir y sumarlos a su patrimonio personal como para elegir futuras ubicaciones de las tiendas de Inditex en todo el mundo.

Enagás, último episodio

“Cuando viaja, siempre lo hace con una libretita y si un edificio le llama la atención, apunta en ella la dirección y al regresar se la pasa al departamento correspondiente para que averigüe todo sobre él: a quién pertenece, a quién está alquilado, qué condiciones tienen los arrendamientos…”. Quien habla compartió mesa de consejo de administración con él y tiene una muy extensa trayectoria en la gran empresa. Y aún así, “nunca vi algo parecido en cuanto a intuición empresarial”.

Junto a Telxius, de la que aún podrá sacar más tajada dado que a la compañía aún le quedan activos por vender, la otra operación destacada para diversificar su cartera fue la entrada en el capital de Enagás, a finales de 2019, en el marco de una ampliación por valor de 500 millones de euros que la empresa participada por el Estado llevó a cabo para financiar parte de la adquisición de la estadounidense Tallgrass y para paliar los efectos de los recortes retributivos recogidos en el nuevo marco tarifario.

A largo plazo

Ortega suscribió algo más de 280 millones de euros y, hasta el momento, acumula minusvalías latentes de unos 40 millones de euros. Se trata en cualquier caso de una inversión diferente de la de Telxius, en un negocio completamente regulado y previsible, con dividendos recurrentes (los planes de Enagas los garantizan hasta 2026). “En definitiva, una inversión a largo o muy largo plazo. En este sentido, lo más parecido que puede encontrar en bolsa a uno de esos inmuebles que compra”, señala un analista del sector energético.

En toda trayectoria inversora que se precie también existen los errores y Amancio Ortega no ha sido inmune a ellos. “Si no llevan a la ruina al inversor, esos fallos incluso dan valor a su trabajo porque hacen ver que no todo es tan fácil como se piensa”.

Borrones 

Sin duda, en este capítulo destaca la apuesta que en su día hizo por la Astroc de Enrique Bañuelos, en la que, además, entró cuando el valor ya estaba disparado y su precio, lejos de reflejar algún atisbo de fundamental de la compañía, respondía únicamente a la locura especulativa que, por entonces, vivía el sector. Ortega perdió prácticamente íntegros los 500 millones que se dejó en el intento pero aprendió la lección. No volvió a invertir en una empresa del sector que no fuera la suya.

En el capítulo de la diversificación, también tuvo un patinazo con su incursión en el financiero con la toma de una participación del 5% en el extinto Banco Pastor, posteriormente adquirido y fusionado con el Popular.  Aquel movimiento estuvo más relacionado con un guiño al terruño que con una intuición. La prueba es que, contrariamente a lo que es habitual en él, solicitó un puesto en el consejo, que ocupó su sempiterna mano derecha José Arnau.

El "favor" del Banco Pastor

“Arnau llegaba preparadísimo a los consejos del banco, con todo estudiado. A veces no podía asistir a las reuniones porque los asuntos de Amancio Ortega requieren mucho trabajo, muchos viajes”, relata un exconsejero de la entidad que coincidió con él.

“Lo del banco, más que una inversión, fue un favor. Si le sacó rendimiento, no fue en el Pastor”. Tras la fusión con el Popular, su participación se diluyó y Ortega salió discretamente del capital del banco a mediados de la pasada década sin pena ni gloria.