El Govern se escuda ahora en la pandemia para justificar el enésimo retraso de la T-Mobilitat
Tras anular la prueba piloto del pasado abril, la consejería de Territorio reconoce que no hay nuevo calendario para su implantación
10 septiembre, 2020 00:00Ni llegó en abril ni se sabe cuándo lo hará. La T-Mobilitat, la apuesta estrella de la Generalitat llamada a unificar todos los títulos de transporte, ha vuelto a quedarse sin calendario. Ahora el Govern espera que su puesta en marcha llegue “a lo largo de 2021” y achaca a la pandemia de coronavirus el enésimo retraso de un proyecto que echó a andar en 2013.
La T-Mobilitat presentará un formato recargable y permitirá poner fin a los diferentes títulos de transporte vigentes en la actualidad. Pese a que la Generalitat se comprometió a lanzar en abril una prueba piloto que diera paso a su lanzamiento definitivo en enero de 2021, lo cierto es que la pandemia ha hecho saltar el calendario por los aires. El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, ya reconoció este verano que los planes habían variado y se limitó a decir que “a lo largo del 2021 estará lista”.
Sin previsión ni calendario
A consultas de este medio, desde el departamento que dirige Calvet reconocen que en este momento no existe ningún calendario para poner en marcha la prueba piloto y que el proceso ha quedado a expensas de la pandemia. Con todo, lo cierto es que desde el anuncio del Govern en 2013 de crear la T-Mobilitat el proyecto ha sufrido constantes vaivenes. De hecho, fue en octubre de 2018 cuando el conseller comunicó nuevos retrasos que obligaban a posponer la fase final hasta 2021.
Ya en enero de 2019, Calvet se escudó en que la empresa concesionaria, SocMobilitat —integrada por Caixabank, Moventia, Indra y Fujitsu– había tenido retrasos, por los que se solicitaría una compensación a la administración. No obstante, ya con anterioridad, fue la compañía la que recibió 12 millones de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) por los contratiempos. El consejero ha tratado de ampararse en sus intervenciones en que se trata “no solo de un cambio de una tarjeta magnética a otra digital, sino de un cambio de paradigma”. También espetó que “Londres tardó 10 años en hacer el cambio”.
Clave para la pandemia
Fuentes sindicales consultadas lamentan el retraso del proyecto y consideran que en el contexto actual hubiera sido clave contar con una herramienta como la T-Mobilitat, que permite al usuario pagar en función del uso que haga. Muestra de ello está en que se hubiera ahorrado el canje de aquellos títulos que caducaron sin uso durante el estado de alarma.
Las mismas fuentes lamentan que de forma recurrente se hagan prolongaciones de calendario que impiden que llegue un sistema tarifario “progresista” y que dejará de perjudicar a determinados usuarios. Esto se explica en base a que la T-Mobilitat promete calcular el precio en función de la rutina de transporte y la frecuencia de uso de cada usuario.