El gobierno municipal de Barcelona, que comanda Ada Colau, está tratando de limitar al máximo la reapertura reforzada de las terrazas de bares y restaurantes durante la desescalada. El ejecutivo local ralentiza la negociación con oposición y restauradores para que vea la luz el pacto con el sector anunciado el pasado 6 de mayo, que permite más metros de veladores, incluso en las calzadas, y la bonificación del 75% del impuesto de mesas en el exterior hasta diciembre. De estas medidas, advierte el sector, depende la supervivencia de buena parte de 160.000 puestos de trabajo en esta industria en la Ciudad Condal.
El acuerdo con el Gremio de Restauración debía plasmarse esta semana en un decreto de alcaldía que enumeraría las medidas de rescate de bares y restaurantes de cara a la fase 1. Esta reapertura comenzará, si la situación epidemiológica no lo impide, el próximo lunes, 25 de mayo. En esta fase, el ayuntamiento anunció que permitiría ciertas exenciones de espacio y tasas para ayudar a los restauradores. Lo pactó con la patronal. El problema es que llegada la fase final de la negociación del decreto de reapertura, el bipartito de BComú y PSC se ha enredado en la negociación.
La restauración de Barcelona araña más espacio para las terrazas (06/05/2020) / CG
La patronal de ocio nocturno pide "entrar"
¿Qué está en discusión? En primer lugar, quién se beneficia de mayor espacio y más impuestos. El borrador de decreto al que ha accedido este medio fija que los incentivos municipales serán de aplicación "a los establecimientos de restauración y asimilados que dispongan de licencia de actividad 5 c) y d) en la Ordenanza de Terrazas". ¿Cuáles son estos comercios? Los bares, restaurantes, salones de banquetes o celebraciones, heladerías, granjas u orchaterías (c) y los asimilados (d), que tienen la restauración como actividad complementaria. En este último punto no hay acuerdo. El gobierno municipal pretende que estos últimos establecimientos no entren en el decreto. Ello expulsaría, por ejemplo, a todo el ocio nocturno de Barcelona, que no disfrutaría de los beneficios que sí tendrán los restaurantes. Ante ello, el ayuntamiento ya cuenta con la queja oficial de la patronal Fecalon.
Hay más. El bipartito ha prohibido el uso de patios interiores y azoteas para aumentar la terraza, algo que el sector sí quiere, pues cada mesa será esencial tras el mazazo en la facturación por dos meses de inactividad. Asimismo, el ayuntamiento no fija plazo alguno para dar su visto bueno a las nuevas terrazas ampliadas. Los comercios quieren aprobaciones exprés para empezar a vender y facturar. "De lo contrario podríamos estar esperando todo el verano a que los técnicos aprueben", señalan fuentes del sector. Del mismo modo, discrepan sobre otro punto: el equipo de Colau quiere expulsar de los beneficios los bares y restaurantes cuyas terrazas hayan sido sancionadas en los últimos seis meses. Bajo el punto de vista empresarial, ello provocaría una doble sanción a los comercios, lo que es irregular.
Oposición: flexibilidad y rapidez
Por parte de la oposición municipal, que está participando activamente en la redacción del decreto de reapertura, las demandas son similares. Exigen los grupos municipales, según han explicado fuentes consultadas por este medio, "rapidez" en la concesión de las resoluciones favorables de instalación de una terraza. En algunos casos, los partidos estarían pidiendo que la gerencia de Ecología Urbana apruebe la ampliación de un velador en apenas 24 horas si la documentación que presenta el restaurador se ciñe a normativa y está debidamente cumplimentada. Tras esa primera luz verde, los técnicos municipales podrían hacer inspecciones con posterioridad para cerciorarse de que el comercio cumple con la ordenanza general y su permiso exprés.
En paralelo, la oposición quiere blindar el rescate municipal a bares y restaurantes de Barcelona para evitar que Colau y su equipo lo tumben. Al menos hasta el 31 de diciembre, habida cuenta de las malas previsiones económicas en España. Este es otro de los puntos en discordia: el ayuntamiento quiere reservarse el derecho a quitar ampliaciones cuando se levanten las restricciones de aforo, mientras que los otros grupos exigen que los comercios se beneficien de las mesas extra hasta final de año. Discrepan también de la doble sanción a las terrazas infractoras y piden, por ejemplo, soluciones ad hoc para los veladores que no se puedan instalar en la calzada. Todo ello está en discusión y contrarreloj, pues el decreto debe ver la luz en las próximas horas y días.