Un avión de la compañía Thomas Cook Airlines, que ya ha dejado de operar / Europa Press

Un avión de la compañía Thomas Cook Airlines, que ya ha dejado de operar / Europa Press

Business

Siete claves para entender por qué ha quebrado Thomas Cook

El colapso del gigante británico del turismo tiene mucho que ver con no haberse adaptado a la nueva realidad de los viajes que marca internet

26 septiembre, 2019 00:00

Cuando Thomas Cook ideó el primer viaje organizado para turistas, allá por 1841, poco podía imaginar este británico nacido en 1808 en Derbyshire (Inglaterra) que su idea acabaría propiciando un nuevo modelo de negocio, además de un imperio empresarial responsable de llevar por el mundo a millones de personas durante casi dos siglos. Este emprendedor acabaría creando cuatro años después la primera agencia de viajes de la historia, que llamó Thomas Cook & Son, y que ha llegado hasta nuestros días. Pero no va más, Thomas Cook es, o era, el gigante mundial de los paquetes turísticos, y eso se ha acabado, como señala la propia web de la compañía.

Las claves de la quiebra de Thomas Cook tienen mucho que ver con lo obsoleto del método de negocio y con que la compañía ha sido incapaz de adaptarse a los tiempos. Hasta antes de la llegada de internet era muy práctico acudir a una agencia y que ésta solucionara un viaje de principio a fin, pero todo ha cambiado y ahora se puede prescindir de muchos gastos y de tediosos trámites a nivel particular.

Viajes del siglo XXI

Cook supo gestionar el turismo desde una óptica moderna en el siglo XIX, cuando creo su agencia de viajes en 1845. Llegó a trasladar a 165.000 personas a la Exposición Universal de Londres en 1851, pero la concepción de un viaje programado ha cambiado por completo, sobre todo porque los viajeros ya no deben ponerse en manos de un operador para recorrer el mundo como éste les diga, ya que pueden planificarlo ellos mismos a través de multitud de plataformas de internet.

La multinacional Thomas Cook anunció su quiebra este lunes, 23 de septiembre, después de 174 años de actividad, dejando colgados por todo el mundo a cerca de 600.000 viajeros, y propiciando con ello que el Gobierno del Reino Unido pusiera en marcha la mayor operación de repatriación de civiles de la historia y, sobre todo, creando incertidumbre a nivel mundial, porque se cuentan por cientos de miles las empresas y particulares a las que de manera directa o indirecta y en mayor o menor medida les afecta la, para muchos, sorpresiva quiebra de Thomas Cook.

Un viajero frente a un mostrador de Thomas Cook / EUROPA PRESS

Un viajero frente a un mostrador de Thomas Cook / EUROPA PRESS

Razones de peso

¿Pero por qué ha quebrado Thomas Cook? Muchos factores influyen, desde un planteamiento caduco e inmovilista del turismo actual a una mala gestión de sus activos, pasando por la suma de un buen número de circunstancias negativas. En todo caso, podemos resumir su colapso en siete puntos:

  1. Nuevas tecnologías: Internet propició una seria competencia al coloso de los viajes. Tras su llegada, ya no era necesario encomendar unas vacaciones a un único operador, sino que el cliente podía y puede más ahora contrastar en la red los precios del desplazamiento, de los hoteles, de las excursiones… Dispone de comparadores y se le ha abierto un universo para ahorrar dinero en todo y gestionar trayectos más ilusionantes directamente, sin necesidad de intermediarios. Al viajero ya no le hace falta Thomas Cook. Era tan cómodo como costoso contratar paquetes vacacionales basados en el todo incluido, pero eso está cayendo en desuso y Thomas Cook lo ha sufrido por no saber adaptarse al cambio de tendencia del público.
     
  2. Compañías aéreas low cost: Son otro de los factores por los que Thomas Cook ha tocado tierra. La multinacional contaba con firmes colaboradores dentro de su imperio empresarial y con su propia aerolínea, y no era prioritario para la compañía abaratar el precio de los vuelos, algo que sí buscan los viajeros de la era de internet, que a través de la red pueden reducir notablemente sus gastos de desplazamiento y planificar mejor sus viajes, encargándose personalmente de todos los detalles, obviamente también la reserva de vuelos. El desplazamiento en avión para algunos viajeros es lo de menos y poco les importa si les sirven un almuerzo o pueden estirar mejor las piernas. Lo más importante para ellos es el destino que van a visitar y descubrir, con lo cual el vuelo pasa a ser algo secundario y buscan simplemente eficacia por parte de las compañías aéreas y precios más bajos.
     
  3. Turismo independiente: Los turistas del siglo XXI recelan de los intermediarios, de los viajes en grupo y del borreguismo vacacional que les imponen los paquetes turísticos de compañías como Thomas Cook. Prefieren apostar por un viaje exclusivo, y eso que antes se conocía como imprevistos, para éstos es simplemente aventura, y ellos mismos pueden dibujarla a su antojo sin las recomendaciones siempre interesadas de un profesional del sector.
     
  4. Inmovilismo: Ante todas estas nuevas circunstancias, Thomas Cook ha pecado de inmovilista, confiando en que su modelo de negocio seguía siendo el adecuado y no tomando medidas para adapatarse a los tiempos, manteniendo elevados costes fijos y una red extensa de agencias de viajes físicas, pero apenas apuesta por internet y las posibilidades que ofrecen ya muchos portales de viajes basados en los mejores precios. A las agencias de viajes les ocurre como a los kioskos, que cada vez hay menos porque también hay menos que vender en ellos y, sin embargo, todo lo que dejan de vender está en internet. Thomas Cook ha obviado la especialización que sí ofrecen otros.
     
  5. Lastre de empleados: Además de una enorme red de agencias de viajes que mantener, más de 500, Thomas Cook tiene un lastre de 20.000 empleados repartidos por el mundo que lógicamente cobran todos los meses, algo verdaderamente innecesario para las nuevas webs de viajes. Thomas Cook puede dejar ahora deudas directas por valor de más de 200 millones de euros y arrastrar a la quiebra a multitud de empresas más pequeñas que dependen de la compañía inglesa.
     
  6. Brexit: El hecho de que la libra esterlina esté en niveles muy bajos y la incertidumbre que genera el Brexit son aspectos que tampoco le han venido bien a Thomas Cook, cuyas deudas han ido aumentando hasta el punto de anular la liquidez. Se cuentan por cientos de miles los viajes suspendidos por británicos con recelos hacia el Brexit.
     
  7. Situación financiera: Las cuentas de Thomas Cook no generaban buenas perspectivas desde hace tiempo, acentuándose hasta el extremo a largo de 2019. Las pérdidas declaradas de la compañía eran ya una losa casi imposible de levantar, con 1.800 millones de euros perdidos en un solo semestre, y a pesar de haber llegado a un acuerdo de financiación con el grupo chino Fosum, cercano a los 1.000 millones de euros, no se alcanzó una solución tras las exigencias de sus bancos acreedores de ampliar el plan de rescate en 227 millones de euros más.
Un cartel de Thomas Cook en el aeropuerto londinense de Gatwick / EP

Un cartel de Thomas Cook en el aeropuerto londinense de Gatwick / EP

Solvencia británica

Pese a la ruina que deja Thomas Cook a todos los niveles, la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido (CAA) ha enviado una carta a todos los hoteles que alojan a los clientes protegidos por ATOL, el sistema propio que garantiza a los clientes que su dinero está protegido, asegurándoles el pago desde la fecha de llegada hasta la de salida.

Lo cierto es que la quiebra de Thomas Cook puede suponer un golpe brutal para el sector turístico español, puesto que las aerolíneas de la agencia de viajes británica trajeron a España a un total de 7,1 millones de viajeros el pasado 2018, según menciona Aena, aunque el embajador del Reino Unido en España, Hugh Elliot, ha querido desdramatizar y enviar un mensaje de confianza a los afectados españoles: “Los turistas van a seguir viniendo a este maravilloso país".

26 filiales suspenden pagos

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que 2019 va a superar por tercer año consecutivo los 18 millones de visitas procedentes del Reino Unido, porque hay más operadores británicos. Otra cosa será lo que puede ocurrir en 2020, con cientos de miles de viajes ya programados que ahora mismo están en un limbo.

Por lo pronto, el colapso de Thomas Cook ya ha deparado la suspensión de pagos de hasta 26 de sus empresas filiales, que han dejado de operar, incluida la aerolínea Thomas Cook Airlines. Entre las afectadas hay empresas de contratación de viajes y de gestión de finanzas e inversiones, creadas en su día para gestionar los servicios que prestaba la multinacional, como contratación de vuelos, hoteles y paquetes con transporte y estancia en cualquier parte del mundo.

Medidas desde España

Esta quiebra llega en un momento en que en España, destino clave de Thomas Cook durante décadas, la realidad política también genera desconfianza empresarial, con un gobierno en funciones desde finales de mayo y una nueva cita electoral en el horizonte. Por ello, hay quienes ya están tomando posiciones, como el líder del Partido Popular, Pablo Casado, que se reunió el martes con los presidentes de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Canarias (FEHT), Jose María Mañaricua, y de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Jorge Marichal, para abordar la quiebra del gigante turístico. Casado ha pedido "firmeza" al Gobierno de Sánchez ante este desastre para el sector turístico español, cuya región más afectada es Canarias, seguida de Baleares. Los hoteleros españoles igualmente le han pedido rotundidad a Sánchez, sin respuesta por parte de éste

También desde Ciudadanos han solicitado explicaciones sobre cómo piensa actuar el ejectivo de Sánchez. El secretario general de la formación naranja, José Manuel Villegas, ha instado al presidente en funciones a que dé “explicaciones” y mueva ficha: "El Ejecutivo en funciones debe actuar con inmediatez”. Pero el gobierno en funciones de Pedro Sánchez sigue sin afrontar el problema y sin pronunciarse. Parece que la prioridad de Sánchez ahora es obtener buenos resultados en las elecciones del 10 de noviembre y este contratiempo no le hará cesar en su empeño.