Jaume Roures, fundador de Mediapro / EFE

Jaume Roures, fundador de Mediapro / EFE

Business

Roures asegura que los “poderes fácticos” le impiden comprar ‘El Periódico’

Mediapro se quiere hacer con el Grupo Zeta si se aplica una quita del 50% de los casi 100 millones de deuda que arrastra

26 enero, 2019 14:52

Jaume Roures ha admitido pro primera vez en público que trata de hacerse con El Periódico y con lo que queda del Grupo Zeta. Y lo ha hecho para asegurar que no puede comprarlo porque los “poderes fácticos no ven con buenos ojos la operación”. Ha hecho este relato en el programa A Diario de Radio Marca, donde ha precisado que estas “fuerzas oscuras” bloquean la operación por cuestiones que van más allá de las económicas.

El magnate catalán ha señalado de esta forma que la venta de la empresa editora es también una operación con fines políticos. Algo que, en idéntica reciprocidad de análisis, justifica el objetivo casi personal de Roures y su socio en Mediapro, Tatxo Benet, por hacerse con esa firma. Benet es un empresario activista del independentismo, que ha realizado diferentes actuaciones vinculadas al nacionalismo (como la entrada en el capital de la quebrada Spanair) o la compra de una exposición artística que generó polémica con el proceso soberanista. Roures, por su parte, procede de la izquierda radical (él se autodefine como troskista) y ha colaborado empresarialmente tanto con el proceso independentista como con los líderes de Podemos y ERC.

Negociaciones “serias”

En la entrevista radiofónica, Roures ha tildado de “muy serias” las negociaciones abiertas con los propietarios de Grupo Zeta, la familia de Antonio Asensio Mosbah. De hecho, en sus declaraciones se resiste a tirar la toalla a pesar de la situación de bloqueo en la que se encuentra su oferta.

Roures mantiene que intentará con todas sus fuerzas hacerse con el control de El Periódico y con el resto de cabeceras de la editora. Una de ellas es la del diario deportivo Sport, que le puede ser útil para influir en el mundo del fútbol, en el entorno de la cúpula del FC Barcelona y en sus negocios audiovisuales. Por si esas razones conocidas fueran insuficientes, en su queja Roures alega también motivos laborales. Según su relato público, que Mediapro se haga con el Grupo Zeta es la mejor opción para asegurar el futuro a una plantilla que ha sufrido sucesivas reestructuraciones y recortes. Una “dinámica laboral que no es lo más recomendable” para una redacción.

Con anterioridad, Roures y su socio ya fueron los impulsores del diario Público, que acabó cerrando su edición en papel y tras despedir a buena parte de la plantilla se reconvirtió en un medio sólo digital desde el cual se han divulgado algunas de las informaciones más relevantes del procés o de la guerra sucia entre el nacionalismo catalán y el Gobierno del Partido Popular durante la presidencia de Mariano Rajoy. Su línea editorial está próxima al mundo de Podemos.

Frenos económicos

Más allá de las quejas que ha hecho públicas el directivo de Mediapro, la venta también se habría enrocado por cuestiones económicas. La operación que se ha diseñado pasa por saldar los casi 100 millones de deuda que arrastra la empresa editora con una quita del 50% por parte del pool de acreedores, formado básicamente por bancos del país. Y no existe un acuerdo sobre este punto.

Fuentes conocedoras de las últimas conversaciones aseguran que el hecho de que Roures haya decidido hacer público el bloqueo que tiene su oferta es un intento desesperado por intentar que recupere vigencia e, incluso, animar a la plantilla de Grupo Zeta a defenderla ante los actuales propietarios.

Los dividendos

Mientras el Grupo Zeta busca a un comprador --desde finales de 2007-- que salve los problemas del conglomerado periodístico, los accionistas de la sociedad no han renunciado a su principal privilegio: el reparto de beneficios. Las cuentas de 2017 muestran que los propietarios, los Asensio, se repartieran 8,5 millones.

El cierre de ese ejercicio estuvo de nuevo protagonizado por el rojo. El resultado de explotación pasó de los 5,1 millones de beneficios a 20,6 millones de pérdidas.

Roures es el único de los ofertantes que está dispuesto a incluir en el precio el montante que Antonio Asensio quiere retirar en neto, una cantidad que ronda los 16 millones, según fuentes bien informadas. La banca no ve con buenos ojos que tenga que hacer una quita del 50% de la deuda, pasar por alto las economías de escala que el propio Asensio ha hecho estos últimos años a favor de otras empresas de su propiedad y que encima se lleve una especie de comisión de intermediación por la venta.

Los 'indepes', con Roures

Es cierto que la oferta de Roures no gusta al Gobierno; tampoco le encaja a la banca, y no solo por la quita. Pero también es verdad, y eso él no lo dice, que cuenta con el apoyo total de Carles Puigdemont, o sea del soberanismo.

Conocedor de primera mano de esas negociaciones, el expresidente lanzó un tuit amenazante el pasado día 9 contra El Periódico de Catalunya, sus propietarios, los bancos que mantienen su deuda, incluso contra la Casa Real.

tuit puigdemont

tuit puigdemont

Un tuit-rabiera-amenaza, basándose en la adulteración de lo que significa el archivo de unas denuncias contra los Mossos, que demuestra las ganas que el presidente legítimo le tiene a El Periódico de Catalunya, un diario que bailó el agua con timidez al primer soberanismo, pero que desde hace un año ha adoptado posiciones más claramente constitucionalistas apartando incluso a algunos de sus periodistas más significados por su cercanía al independentismo.

Unas ganas que no casan en absoluto con el supuesto objetivo netamente empresarial de la operación que defiende Jaume Roures.