Música y chefs comparten el cartel de los grandes festivales de Barcelona
Tanto el Primavera Sound como el Sónar reivindican la restauración de la ciudad y dejan un espacio incluso para la alta gastronomía
4 mayo, 2018 00:00“Queremos huir del tópico de que en los festivales no se puede comer bien y valorar la gastronomía como una propuesta artística similar a la música”. Así definen los portavoces del Primavera Sound el ambicioso lanzamiento del Primmmavera, un vuelco a la oferta culinaria que llenará el parque del Fórum de Barcelona del 30 de mayo al 3 de junio y que se suma a la nueva tendencia del sector.
“Las paradas de chistorra a la plancha han cambiado”, explica uno de los fundadores del Sónar, Segio Caballero, otro gran evento musical del verano en la capital catalana que abrirá sus puertas del 14 al 16 de junio en Fira Barcelona. Señala que la “comida es cada vez más importante, la gente tiene cada vez más cultura gastronómica y sabe qué quiere y qué no quiere comer”.
Vista de la zona de restauración, Área VIP
Estrellas Michelin
Cuestión que ha implicado que el festival divulgue al mismo nivel el fichaje de reconocidos chef con estrella Michelin, como Albert Adrià (grupo El Barri) o Fina Puigdevall (Les Cols) para servir comida en el recinto de Fira Barcelona, y el de las estrellas del cartel musical. Donde se incluyen nombres como los de Thom Yorke --subirá al escenario junto a Nigel Godrick y Tarik Barri dos años después de actuar en el Primavera con Radiohead-- o Gorillaz, entre otros.
“Queremos hacer bien las cosas”, asegura Caballero. Y para los organizadores del Sónar, este objetivo pasa por tirar de la agenda de contactos para que la alta gastronomía aterrice en el festival. El caso más llamativo es el de Hideki Matsuhisa, chef del Koy Shunka, cuya amistad con Caballero ya le llevó a dar el salto a la gran pantalla. Pasó de la cocina a actuar en La distancia, un largometraje de 2014.
Alta restauración
El festival de música electrónica no se quedará sólo con los tradicionales food trucks y el servicio de bocadillos --aunque ahora sean de autor--, va un paso más allá y enarbola la bandera de servir comida de chefs conocidos en todo el mundo. Eso sí, sólo en el área vip y con precios adaptados.
El equipo de Primavera lanza una propuesta a medio camino. Amplía la oferta de food trucks, la que cuenta con precios más asequibles y rápidos dentro del recinto del Fórum, y promueve un mapa con ofertas en toda la ciudad “como reivindicación de la riqueza gastronómica de Barcelona”, manifiestan los mismos interlocutores.
Salto de referentes
La gastronomía de mayor nivel la llevará al antiguo Café del Mar e incluye nombres que apuntan como rookie de las listas más prestigiosas. Se trata de Douglas McMaster, un hipster que reivindica la sostenibilidad en el británico Silo; Lalo García, de Máximo Bistrot, local incluido en el 50 Best de América; y el español Diego Guerrero, que encabeza el biestrellado DStage.
Imagen del Networking Bar
“La ciudad es un referente mundial en restauración y se debe aprovechar”, sentencia Caballero. “Durante los últimos años hemos visto que una parte del público y de profesionales del sector aprovecha su estancia en Barcelona y su paso por el Primavera Sound para comer en alguno de los restaurantes de categoría que hay en la ciudad y en sus alrededores”, relatan los portavoces del festival. Una demanda a la que se intenta dar respuesta dentro de estas jornadas musicales.
Público e impacto económico
El Gremio de Restauración de Barcelona aplaude este tipo de iniciativas. Recuerda que ambos festivales no son precisamente un escaparate menor para restaurantes de todos los perfiles. Pasaron 208.000 personas por la edición de 2017 del Primavera Sound, mientras que el Sónar atrajo a 123.000 asistentes. En ambos casos, más de la mitad eran extranjeros.
Su impacto económico es importante, aunque ambos festivales son reacios a ofrecer este tipo de cifras. El Sónar anunció en 2016 que había aportado 72 millones a la economía local, mientras que el último dato anunciado por el Primavera fue el de 2014, cuando la cifra alcanzaba los 94 millones.
Gente en la zona de restauración Área VIP
Apoyo institucional
Para Roger Pallarols, director del gremio, lo más importante es que las propuestas de este año demuestran la importancia de la gastronomía en la cultura de la ciudad. Una actividad con “capacidad innovadora, talento y que dinamiza la economía”. Lamenta el capítulo pendiente de resolver según su consideración, las políticas municipales con esta actividad.
“El Ayuntamiento de Barcelona en lugar de ser un aliado para estimularlo propicia el decrecimiento con trabas continuas”, se queja. Se refiere al pulso que el gobierno de Ada Colau mantiene con los responsables del sector y que ha generado multitud de tensiones, algunas pendientes de resolver como la renovación de las ordenanzas de terrazas o la restricción en otorgar nuevas licencias.
Cuestión que, para el gremio, es prioritaria. Pide un cambio de tercio en la regulación para desbloquear inversiones.