Euclides Tsakalotos, ministro griego de Finanzas, durante la sesión del Parlamento de Atenas ayer

Euclides Tsakalotos, ministro griego de Finanzas, durante la sesión del Parlamento de Atenas ayer

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El acuerdo con la UE deja a Tsipras en manos de la derecha griega

El primer ministro de Syriza podrá conseguir el respaldo del Parlamento, pero será gracias al apoyo que le brindará la oposición mientras su partido se fragmenta

15 julio, 2015 20:57

Cuando el Parlamento de Atenas apruebe el acuerdo entre Grecia y la Unión Europea, Alexis Tsipras, el primer ministro izquierdista del país, habrá quedado en manos de la oposición conservadora.

La división de su partido –unos 40 de sus 148 diputados se oponen al texto- no le permitiría alcanzar el aprobado de la Cámara, a no ser que algunos parlamentarios de su socio de Gobierno, el derechista Griegos Independientes, y sobre todo los conservadores de Nueva Democracia, los liberales de To Potami y los socialdemócratas del Pasok le den su apoyo.

Cambio de panorama

Anoche, el Parlamento inició el debate tanto del acuerdo como de las primeras medidas que contempla: reducción del gasto en pensiones y aumento de los ingresos a través del IVA. Cuando Tsipras se dirija a Europa para decir que ha cumplido con el primer objetivo de lo firmado el lunes difícilmente podrá continuar la negociación en los mismos términos que hasta ahora.

Ni siquiera se sabe cómo quedará su Gobierno, al que deberá someter a una remodelación profunda. Ayer mismo dimitió la viceministra de Finanzas, Nadia Valavani, uno de los pocos técnicos con que contaba para desarrollar las negociaciones que se avecinan. Dio portazo diciendo que el pacto con la UE es “inútil”.

Parlamento y opinión pública

El primer ministro se puede encontrar con un Parlamento que le respalda, una opinión pública que comprende la situación --ayer un sondeo decía que el 72% de la población no ve alternativa al contenido del acuerdo, aunque sólo el 51% está de acuerdo con él--, pero con su partido fragmentado sin remedio.

Él mismo manifestó ante el comité central de Syriza que no está de acuerdo con el pacto, que le parece “duro” y con el que se siente “obligado”, pero que era el único camino para que Grecia no saliera del euro y se quedara sin ayuda.

En la calle, el panorama no es mejor. El miércoles hubo huelga y manifestación de funcionarios y de farmacéuticos contra el programa pactado.