José Pinto es un hombre de campo, ergo cultivado. Un tipo de vara larga que cuida del ganado en Casillas de Flores, localidad del entorno de Ciudad Rodrigo. Pinto es un vaquero que pastorea terneras y lee como si preparara oposiciones a registrador, pero con placer y aprovechamiento. Es el participante de Saber y ganar, el concurso de La 2 (lo que antes era la UHF) que presenta Jordi Hurtado, readmitido tras reconocer la televisión que su expulsión se debió a un error enunciativo.

La voz en off preguntó en qué conferencia en la que participaron Churchill, Roosevelt y Stalin se fijaron las condiciones para la rendición de Japón. Pinto eligió la opción Conferencia de Yalta y sonó el mooc de fallo. El ganadero era enviado al matadero de El reto, donde aturdido todavía por el falso negativo, sucumbió al no dar con el verbo solapar. El problema es que la respuesta correcta, en teoría la conferencia de Postdam, tampoco era la respuesta correcta. Si bien fue en la que se determinó el harakiri nipón, Roosevelt no estuvo por causa de fuerza mayor consistente en que ya había fallecido. De modo y efecto que la única cumbre en la que se juntaron los antecitados mandatarios de cuerpo presente y coleando fue la de Yalta.

Acababa noviembre, el viento entraba a saco por el campo charro y el ganadero se volvía derrotado al pueblo a dar de comer a las vacas en el establo. Sus fans reanudaron la batalla en las redes sociales y fue tanta la presión que hasta Sheldon Cooper le mandó un mail de apoyo desde el mundo de las series a Casillas de Flores. El ente RTVE rectificó y Pinto ha vuelto a la tele para demostrar que el hábito no hace al monje, que el tiempo libre es oro, que el saber no ocupa lugar y que más sabe el pastor por viejo que el diablo por matar moscas con el rabo, o algo así.

La historia de José Pinto, que sigue en pos de llegar a los cien programas y ya ha superado los 50.000 euros por listo, es como la de un nenúfar en un charco o una orquídea en el páramo. Décadas lleva participando en concursos televisivos con unas ganancias que calcula en unos 80.000 euros. Y durante 13 años intentó entrar en Saber y ganar, que entre los amantes de la cultura catódica es el programa con más prestigio, más difícil, menos dotado y más antiguo de cuantos se celebran en España al punto de que a mediados de febrero, que es ya, cumplirá veinte años.

Así pues que Pinto sigue en Saber y ganar, que Saber y ganar sigue, que Jordi Hurtado, que es primo de Jordi Évole, por cierto, está más joven que nunca y que la combinación horario raro (15.45) y contenido trivial ha generado un espacio de culto para el culto que no es una iglesia.

El hombre que habla con la tele también participa en el programa desde casa, pero admite que falla no pocas preguntas y que en un par de días a lo sumo estaría eliminado. Es de lo poco que le gusta de la televisión a nuestro personaje, harto de tronistas, grandes hermanos e incluso de pasapalabristas. Con lo demás, alega, le duelen los ojos. Refiere que el otro día en el concurso llamado ¡Boom! de Antena 3 le preguntaron a una componente del equipo de las Extremis en qué situación del tenis se produce una volea, si cuando la pelota ha votado o no ha votado. El Sur de Málaga lo cuenta con una captura de pantalla en la que la concursante lo flipa. 400.000 euros dice el diario que llevan ganados las cuatro chicas del grupo, así a lo vovo.