Ya hay vacuna para el covid-19... leer. Pero leer más de 140 caracteres. Hay que leer, y escuchar, a los que saben. El pánico se cura entendiendo lo que pasa y hay muchas voces autorizadas que dicen cosas más que sensatas. Dediquemos un tiempo a escuchar e interiorizar lo que dicen en lugar de movernos por impulsos irracionales.
El 31 de diciembre del año pasado China declaró que había detectado una nueva enfermedad contagiosa. Y como no quiere que se le acuse de falta de transparencia como le pasó con el SARS o la gripe aviar se puso las pilas, informando de los esfuerzos que hacía para contener la expansión de la nueva enfermedad, tanto que asustó al mundo. Pero gracias a sus rígidas medidas de confinamiento la velocidad de contagio ha sido lenta y parece que el brote está siendo controlado en China, aunque ahora el problema ya está en el resto de países pues ya hay más contagios fuera que dentro de China.
Todo parece que esta nueva enfermedad no es, ni mucho menos, tan letal como otras anteriores. El SARS tiene una tasa de mortalidad del 10% y el virus MERS, nacido en oriente medio, del 30%. El ébola del 50%, pero algunas cepas llegan al 90%. El covid-19 del 2,5%, y fuera de China del 0,7%, al menos de momento porque la ratio de mortalidad se debe calcular cuando la epidemia está controlada. En cualquier caso, como hay pacientes con síntomas muy débiles o asintomáticos la base de infectados seguro que es mayor de la declarada por lo que, si no cambian mucho las cosas, no parece un virus de los peores que nos rodean.
Todo el jaleo en el que nos hemos metido tiene, no obstante, todo su sentido. En un mundo tan globalizado como el actual cuantas menos enfermedades nuevas haya mejor, porque nunca se sabe cómo pueden evolucionar. Lo que hoy es fundamentalmente un tipo nuevo de gripe se podría complicar si el virus mutase, cosa que de momento no ha hecho. Además, la vacuna o la cura tardará, por lo que lo mejor es intentar que el virus se expanda lo más lentamente posible.
Si dedicásemos tiempo a leer con detalle y escuchásemos con atención veríamos que estamos sobre todo ante un esfuerzo mundial de frenar una enfermedad nueva que de momento no parece muy peligrosa para personas sanas y jóvenes.
Las tasas de mortandad suben a partir de los 60 años y sobre todo por agravamiento de enfermedades previas. Es como la gripe. En España fallecen al año menos de 1.000 personas por causa directa de la gripe, pero más de 10.000 fallecidos portan el virus de la gripe activo que en muchas ocasiones empeora un cuadro previo, de ahí la importancia de vacunarse. Según el año se estima que entre 300.000 y 600.000 personas fallecen cada año por culpa de la directa o indirecta de la gripe. Y 150.000 por sarampión. Y más de un millón por diarrea. No olvidemos que el ser humano es mortal y mucho más frágil de lo que nos pensamos.
Ya se han detectado casos en 50 países, pero solo en 6 se pasa de los 100 casos, estando el 95% de los casos localizados en China, país que comienza a tener controlada la epidemia pues el crecimiento del número de casos es cada vez menor. El gran reto es si un país europeo, Italia, donde no se es, ni mucho menos, tan expeditivo como China, será capaz de controlar la expansión del virus.
A su favor un mejor sistema sanitario y que cada día que pasa se conoce mejor cómo tratar a los pacientes. Y si no lo contiene habrá que ver cómo gestionamos la vida cotidiana en un mundo que está tan acostumbrado a viajar y moverse. No parece realista cerrar aeropuertos o prohibir las concentraciones de personas, lo mejor es que la gente sea responsable. El mundo no se puede parar por una nueva forma de gripe.
No se trata de minimizar la situación que estamos viviendo, pero tampoco debemos dejarnos llevar ni por el pánico ni por sensacionalismos. Hay que informar, pero con seriedad. Los afectados y muertos no se pueden contabilizar como si fuesen goles de un partido de fútbol. No aporta nada ver reporteros delante de los hospitales de diversas ciudades, lo que importa es lo que nos dicen las autoridades sanitarias y las estadísticas serias, que cada día hay más. Estamos viviendo un esfuerzo titánico de todo el mundo por controlar una nueva enfermedad, algo que nunca antes se ha logrado. Ojalá salga bien con esta enfermedad que parece no tan grave porque antes o después aparecerá un virus mucho peor y el mundo ya habrá aprendido algo.