Nada como Al Jazeera para información política catalana. La cadena qatarí, alternativa árabe a la CNN, entrevistaba hace un par de semanas al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y hace dos días a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. De la primera sesión quedaron tres posibles preguntas para el referéndum que planteó a bote pronto Puigdemont: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente? ¿Quiere que Cataluña sea una república independiente? ¿Quiere que Cataluña continúe formando parte de España?". De la segunda, con la alcaldesa, se desprende la naturaleza camaleónica de la líder de los comunes. Por lo raso, Colau niega que sea independentista, apoya "como demócrata" un referéndum, cree que ganará el no y "suponiendo que ganase el sí a la independencia, no significa que se declare". Y hasta ahí se pudo ver.

Después de lo que le ha pasado a David Bonvehí, el pollo ha sido relativo y ERC no ha tenido nada que ver. La culpa es del mensajero, ya que según Colau cortaron el momento más interesante, cual es que "Dsp d tot referèndum sempre cal periode d negociació x veure com es fa efectiu", según consta en su cuenta de Twitter. Así es que la periodista que le practicó la entrevista también le amputó el empero, ese ver cómo se aplica el resultado que es el busilis del Brexit y lo que ha empezado ya Erdogan tras otra muestra de "democracia directa" estilo ¿garrote u hoguera?

Mientras en Qatar se sigue el minuto y resultado del proceso con la atención propia de un clásico (Madrid-Barça), en España aumenta la programación religiosa y cae el consumo de televisión en Semana Santa, según datos difundidos por Barlovento Comunicación. El promedio de plantón ante la tele de jueves a domingo ha sido de tres horas y 25 minutos, dieciocho menos que el año pasado y el dato más bajo de la última década. En paralelo, se han emitido 360 horas de películas y procesiones de Semana Santa, 56 horas más que el año pasado y bastante más del doble que en 2008, con 136. El anterior mejor registro es de 2012, con 312 horas. La emisoras más pías fueron la de la Conferencia Episcopal, 13TV, que dedicó 59 horas a la Semana Santa; TV Mediterráneo, 46; el canal Castilla y La Mancha 7, 34, y Telemadrid, 32 horas.

El éxito de estas emisiones ha sido perfectamente descriptible, así como el alcance de los contenidos. Gladiator (que es a la Semana Santa lo que Ben Hur a Fast and Furious) y La vida de Brian, las películas más repetidas de estos días, no cuentan como productos de temporada. Tampoco cuadra demasiado el jueves del ósculo que programó en Jueves Santo la Fox Life: French Kiss, Pretty Woman, Notting Hill, Cuatro bodas y un funeral y así desde el mediodía y del tirón. ¿Y eso? Pues que era el día internacional del beso, que se celebra cada 13 de abril en conmemoración del morreo más largo de la historia, 58 horas venga y dale, registro en posesión de una pareja tailandesa. Del beso de Judas no se acordó casi nadie y no será porque no abunden.