Entrada a un edificio de la calle Sant Gil donde hay prostitución y droga / CG

Entrada a un edificio de la calle Sant Gil donde hay prostitución y droga / CG

Vida

¿Cuáles son las razones por las que las drogas se aferran al Raval?

Los vecinos exponen sus teorías y abren el debate sobre los motivos por los que la venta y el consumo de estupefacientes están arraigados desde hace 30 años en el barrio del costado de La Rambla

16 febrero, 2018 00:00

No hay muchas explicaciones convincentes sobre por qué a pocos metros de La Rambla se concentra la venta y consumo de drogas de la ciudad desde hace 30 años. Con épocas más y menos duras, el Raval ha sido desde los años ochenta una de las zonas escogidas por los narcotraficantes para instalarse y realizar sus negocios con una ubicación privilegiada.

Las razones por las que el Raval no puede desengancharse de las drogas son diversas y en los últimos meses se ha avivado el debate sobre las mismas. Los vecinos del barrio han querido dar sus teorías, por lo que han decidido hacer un recorrido al que han denominado “narcotour” del que han participado unos 30 medios locales, nacionales e internacionales.

Debate abierto

Cámaras, luces, entrevistas ocuparon el barrio durante un par de horas de la tarde del miércoles en la que los residentes pudieron descargarse. El objetivo era claro: visibilizar el problema y pedir ayuda a las autoridades, en particular al Ayuntamiento de Barcelona.

Laura, vecina de calle Robadors explica la situación de su zona

La gran pregunta de periodistas y vecinos fue por los motivos por los que el barrio es el epicentro no sólo de la venta y consumo de drogas sino también de la delincuencia, la prostitución, la trata de personas y hasta de las mafias; según denuncian quienes viven allí. Las respuestas no son claras, más bien son escasas y por eso los medios de comunicación han abierto en los últimos días un viejo debate.

Las teorías

“Hay una conspiración para que los vecinos nos desesperemos y nos vayamos del barrio”, lanza Carlos, portavoz de la asociación de vecinos R-P-R (Roig-Picalquers-Robadors), que desde diciembre de 2017 se constituyen formalmente en la lucha contra los narcopisos.

Para Carlos el tema está claro: “A alguien le conviene que esta situación se mantenga así”. La pregunta que se hacen es: “¿A quién le interesa que haya 50 narcopisos en un barrio de un kilómetro cuadrado?”. La teoría de la conspiración incluye desde el interés de los bancos por “obligar” a los vecinos a abandonar sus propiedades para quedarse con los pisos que luego usarán de alquiler turístico, hasta la necesidad del ayuntamiento de concentrar “en algún sitio” todos los males de la ciudad.

Falta de respuestas

Carlos, vecino de calle Roig explica la situación de los narcopisos

Una de las vecinas --que ha preferido no revelar su nombre-- no considera que haya intereses en que la situación del Raval sea la que es. “Pero sí que es verdad que la falta de gobierno también nos está afectando a nosotros”. La mujer asegura que el punto crítico al que se ha llegado está ligado a la situación provocada por la inestabilidad política en Cataluña que “repercute directamente en el gobierno de Barcelona”.

Ivan Rivera, presidente de la asociación de vecinos, carga directamente contra el Ayuntamiento de Barcelona. “Colau es la primera alcaldesa que no nos atiende y Gala Pin (regidora del distrito) se ha reunido una sola vez unos pocos minutos y no ha hecho nada más”. En cuanto a la Síndica de Greuges, Rivera dice que sí que los ha recibido en tres ocasiones y les ha manifestado que trasladaría las quejas pertinentes, “pero la realidad es que hacen lo mismo que en el gobierno, nada”.

70 millones de personas al año

Joan Miquel Capell, excomisario de Mossos d’Esquadra, también esboza algunas posibles explicaciones sobre el tema. “Ciutat Vella es un distrito con inmuebles vacíos, lo que propicia la okupación y sabemos que los procesos judiciales son largos a la hora de la desokupación”.

Capell considera que las calles estrechas, la falta de aire o luz inciden en el problema. “La propia geografía de la ciudad propone dos Barcelonas distintas: una por encima y otra por debajo de la Diagonal. De hecho por Las Ramblas pasan 70 millones de personas al año, allí ocurren los atentados, la concentración de turistas, los robos y también la venta y el consumo de drogas”.

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