Albert Cavallé Ortín, el gigoló estafador, en las redes / CG

Albert Cavallé Ortín, el gigoló estafador, en las redes / CG

Vida

La Guardia Urbana arresta el gigoló estafador tras dar no presentarse a su último juicio

La policía de la Ciudad Condal ha arrestado a Albert Cavallé después de recibir el aviso de un anónimo sobre su ubicación

6 mayo, 2018 19:05

Le llaman de muchas maneras: el gigoló estafador, el estafador del amor, Tito, Miky, Kyle, pero casi siempre consigue escapar. La Guardia Urbana de Barcelona ha detenido este domingo a Albert Cavallé, su nombre real, después de recibir una llamada de un anónimo alertando de la ubicación del estafador. 

El barcelonés, de 36 años, se encontraba en las inmediaciones de su domicilio en el distrito de l'Eixample. Contra él pesaba una orden de detención por no haberse presentado a varias citaciones judiciales en las últimas semanas. 

Estafa como seductor

El detenido tiene más de 20 denuncias por estafa y más de una decena de causas pendientes. Dos agentes del cuerpo se han desplazado hasta la zona  y le han identificado. Una vez comprobado que se trataba de él, ha sido arrestado y trasladado a comisaría. 

El pasado 26 de marzo, los Mossos d'Esquadra lo deetuvieron en la misma zona por una orden de búsqueda, pero tras pasaer a disposición judicial, quedó en libertad con cargos. Este martes tiene una citación judicial por uno de los casos de estafa que pesan sobre él. 

No ha cesado su particular negocio

Pese a conocerse su rostro y su modus operandi, su particular financiación --estafando a mujeres por Internet y con citas personales-- no ha cesado. Desde su última detención han habido nuevas víctimas. La última denuncia que le vendió un casco de bici por 100 euros que estaba deteriorado. Sus víctimas coinciden, hasta que no lo detengan no parará "porque no conoce otro modo de vida, ni otro trabajo que no sea la estafa". 

Este martes, día 8 de mayo, tiene otra citación judicial por un caso de estafa, y la siguiente el 17 de mayo. Las víctimas esperan que no lo suelten y que pueda sentarse en el banquillo, de una vez por todas.