Cigarrillos convencionales en una imagen de archivo / CG

Cigarrillos convencionales en una imagen de archivo / CG

Vida

Las grandes tabacaleras reniegan del cigarrillo convencional

Las multinacionales del sector apuestan por productos alternativos, como el cigarrillo electrónico y el tabaco calentado

31 mayo, 2018 00:00

Las grandes tabacaleras han cambiado su estrategia. La constatación de que el tabaco es perjudicial para la salud y responsable de la muerte de más de siete millones de personas al año en todo el mundo, además del descenso del consumo ha motivado una reacción de las multinacionales. La inversión en productos alternativos al cigarrillo convencional ha aumentado exponencialmente. Este jueves es el Día Mundial sin Tabaco.

Reniegan del tabaco, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) presenta como una de las principales causas de defunción, enfermedad y empobrecimiento. A cambio, se centran en los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado. Ambas opciones son, potencialmente, menos perjudiciales para la salud, aunque los estudios realizados necesitan tiempo para demostrar la diferencia entre los efectos que tienen sobre el cuerpo.

Objetivo: reemplazar los cigarrillos

El cigarrillo electrónico funciona con vapor, lo que no lo convierte en una sustancia inocua para el consumidor pero sí que reduce los componentes dañinos que inhala; los primeros estudios calculan que entre un 95% y un 99%. En el caso del tabaco calentado, se evita la combustión del producto –como sí ocurre con los cigarrillos convencionales–. Esto también disminuye las sustancias tóxicas entre un 90% y un 95%, aunque la nicotina del tabaco crea adicción.

La estrategia de las grandes tabacaleras difiere entre unas y otras. Mientras Philip Morris (Marlboro) pretende sustituir el cigarrillo convencional a medio plazo, en British American Tobacco, BAT (Lucky Strike), quieren mantener la producción de tabaco tradicional mientras amplían sus productos de nueva generación para reducir los riesgos.

El exterior del centro de innovación de Philip Morris en Suiza, donde investigan productos alternativos al tabaco tradicional / CG

El exterior del centro de innovación de Philip Morris en Suiza, donde investigan productos alternativos al tabaco tradicional / CG

El exterior del centro de innovación de Philip Morris en Suiza, donde investigan productos alternativos al tabaco tradicional / CG

“Queremos un mundo sin humo”, dice el director general para España de Philip Morris, Mario Masseroli. La compañía ha invertido 4.500 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros) en los últimos 10 años, que han destinado a las fábricas y los centros de innovación destinados a los productos de riesgo potencialmente reducido, la investigación y desarrollo de estas alternativas y estudios científicos. Masseroli destaca una “ventaja” del tabaco calentado: “Contiene tabaco, por lo que la experiencia es más próxima a la de los fumadores convencionales”.

Inversiones millonarias

En BAT no se quedan en inversión. La compañía ha destinado 2.500 millones de dólares en los últimos seis años en desarrollar productos de nueva generación. Mientras que los vapeadores –cigarrillos electrónicos– tuvieron muy buena acogida cuando aterrizaron en España en 2013, el tabaco calentado todavía no se ha establecido como alternativa para los fumadores en el país.

De hecho el IQOS –como se conoce el dispositivo para fumar tabaco calentado– de Philip Morris empezó a venderse en España hace un año y medio. En este tiempo se han comercializado 100.000 dispositivos en las grandes ciudades. El tabaco sin combustión concentra una cuota del mercado muy discreta, del 1,4% en Madrid, un 1% en Sevilla, el 0,7% en Valencia y el 0,6% en Barcelona. En cuanto a BAT, todavía no ha empezado a comercializar sus productos de nueva generación en el país.

Dispositivo de tabaco calentado de British American Tobacco / CG

Dispositivo de tabaco calentado de British American Tobacco / CG

Dispositivo de tabaco calentado de British American Tobacco / CG

Irrupción de las grandes compañías  

La incursión de las grandes tabacaleras en las nuevas formas de fumar no es vista como una “amenaza” por el sector del cigarrillo electrónico, que experimentó un boom en 2013 seguido de una caída sustancial del negocio y se encuentra ahora en plena recuperación. “Son empresas muy grandes que tienen mucha menor agilidad que las pymes”, explica Arturo Ribes, el presidente de la patronal, la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV).

Ven las multinacionales del tabaco como un “competidor más” y consideran que son “muy lentos” en sacar novedades, que el cliente demanda continuamente. Aunque ve posible que el tabaco convencional acabe por desaparecer, cree que “pasarán años”.

Tabaco húmedo

Existe una tercera alternativa a los cigarrillos convencionales. Se trata del snus, el tabaco húmedo, unas pequeñas bolsas que se colocan en las encías y se mantienen dentro de la boca. También es menos perjudicial para la salud, ya que no se produce combustión, pero está prohibido en la Unión Europea. De hecho, Suecia es el único país del continente que lo comercializa, después de alcanzar un acuerdo con Bruselas para su adhesión.

Una caja de tabaco húmedo, snus, en una imagen de archivo / CG

Una caja de tabaco húmedo, snus, en una imagen de archivo / CG

Una caja de tabaco húmedo, snus, en una imagen de archivo / CG

Philip Morris se ha marcado el primer objetivo en su carrera para conquistar el sector de los productos alternativos al tabaco convencional para 2025. Para ese año, espera tener al menos un 30% de su oferta sin combustión. La meta, para muchos poco realista, un mundo sin humo.