Las residencias catalanas denunciadas a la Fiscalía Europea desviaron fondos al yate del jefe
- Fundación Nuestra Señora de Fátima, creada por el exdueño de un prostíbulo, recolocó presuntamente 8,3 millones de euros a la empresa de su presidente
- Más información: Denuncian un grupo catalán de residencias a la Fiscalía Europea
Las residencias catalanas denunciadas a la Fiscalía Europea desviaron presuntamente fondos al yate del presidente. Esta es una de las irregularidades citadas por el abogado y exadministrador judicial de la Fundación Nuestra Señora de Fátima, que ahora han llegado en forma de querella al ministerio público en Luxemburgo y a un juzgado de Barcelona.
Según el denunciante, el letrado Carles Enric Moner, el grupo catalán de geriátricos desvió 8,3 millones de euros entre "efectivo y gastos sin justificar" a Gerardo Rodríguez Encinas, presidente de la fundación y, antes, expropietario de un local de alterne.
Se pagó el yate de 21 metros
El informe de administración es contundente. Rodríguez cargó a la gestora de los asilos gastos como "pienso para sus animales, pagos del amarre y yate de 21 metros en el Puerto de Tarragona, o la compra de una escopeta de caza y vehículos de lujo".
Estos coches eran Land Rover 4x4 "de difícil justificación en la actividad geriátrica".
El hijo se lo gastó en apuestas
Hay más. Según el denunciante, el hijo del presidente extravió "3.500 euros que le dio un residente", gastó 5.500 euros de la VISA de la Fundación en apuestas online -que devolvió- e intentó retirar unos 28.000 euros de las cuentas.
Al ser interceptado, alegó que se trata de dinero "para tabaco".
Una inmobiliaria succionó los recursos
Negro sobre blanco, el exadministrador de la entidad social denuncia que Nuestra Señora de Fátima desvió 8,3 millones a la inmobiliaria familiar, que se llamó Dalila y Encinas SL antes de mutar en Galicia 2000.
Parte de esta operativa fue desviando los fondos de la tesorería, añade el abogado. Otro modus operandi fue construyendo residencias de la Fundación en terrenos aportados por la patrimonial familiar. A los pocos años, la propiedad de estos geriátricos revertía en la empresa. Se perdía, pues, el bien social.
En un momento dado en 2009, Rodríguez "intentó apropiarse" de 1,8 millones en subvenciones de la Xunta de Galicia a su compañía.
Cuentas falseadas
El movimiento de dinero del circuito social al privado pudo hacerse con "cuentas falseadas" enviadas a la Xunta. Los balances los elaboraba, sostiene el denunciante, Gerardo Rodríguez Piedad, el hijo del presidente.
Los cierres de ejercicio son "puro invento" que, en ocasiones, rozan lo grotesco. Un ejemplo: en 2008, la Fundación declaró que había gastado 4,03 millones en usufructo de enseres de fisioterapia. El dinero, en realidad, se había canalizado a la empresa familiar, indica el letrado.
"Párkings de ancianos"
Esta succión de recursos públicos se ocultaba con la actividad presuntamente legal, se explica. Nuestra Señora de Fátima operaba cuatro geriátricos: tres en Vallirana (Barcelona) y uno en O'Barco (Ourense).
Pues bien, los equipamientos, algunos de ellos concertados, eran según el denunciante "párkings de ancianos hasta morir", sin "alicientes ni actividades de ocio ni entretenimiento" para los mayores residentes. Se invertía "lo mínimo" en los centros para "maximizar" los beneficios a la firma familiar.
Dos querellas
Las graves acusaciones del abogado nutren una doble querella contra la cúpula de la Fundación. Se han presentado ante la Fiscalía Europea -la sede de O'Barco se pagó con dinero comunitario- y un juzgado de Sant Feliu.
El letrado asegura que la saga familiar cometió cinco delitos, incluyendo uno de fraude en subvenciones públicas.
Denuncia contraria
Por su parte, Rodríguez y su familia han contraatacado con otra querella contra los administradores. Su escrito ha derivado en una causa penal en la Audiencia Provincial de Barcelona, según informó Crónica Global.
Los denunciados niegan cualquier indicio de mala praxis, y aseguran que los Rodríguez les han denunciado para ocultar su actividad criminal en la Fundación.
17 muertos en pandemia
El lío con la asociación de cuidado de mayores se remonta a 2009, cuando la entidad fue intervenida judicialmente porque su fundador pasaba dificultades económicas en sus empresas.
Un abogado barcelonés, Moner, tuteló el ente durante un año. En ese periodo localizó las irregularidades que ahora denuncia. Por el camino, Nuestra Señora de Fátima engrosó portafolio hasta las cinco residencias de ancianos, pero perdió una: la de Barcelona ciudad, que reposaba en la cima del Tibidabo.
En pandemia, la Fundación fue castigada por el coronavirus, que provocó 17 muertes en el asilo de O'Barco. Esa catástrofe dio lugar a otra causa penal que se dirime de forma separada.