Pancarta en la escuela Joan Coromines de Mataró, que llevan 15 años esperando un nuevo edificio / TWITTER

Pancarta en la escuela Joan Coromines de Mataró, que llevan 15 años esperando un nuevo edificio / TWITTER

Vida

Educación 'se olvida' de una escuela de Mataró que lleva 15 años en un edificio en precario

Las familias denuncian el estado deplorable de las instalaciones que se inundan cuando llueve y exigen a las Administraciones que cumplan su promesa de una vez por todas

9 octubre, 2022 00:00

A los padres de la escuela Joan Coromines de Mataró se les acaba la paciencia. La Conselleria de Educación, liderada ahora por Josep Gonzàlez-Cambray, lleva 15 años dándoles largas y prometiéndoles un nuevo edificio en un solar que, hoy por hoy, es un descampado. Mientras tanto, deben convivir en uno que se encuentra en malas condiciones. 

El centro, situado en la calle Sant Pere de la capital del Maresme, está "tan anticuado" que el agua entra cada vez que llueve. "Hay goteras, no tiene comedor y no es accesible a personas con movilidad reducida". La asociación de familias está indignada viendo cómo el departamento "hace promesas que, curso tras curso, se ven rotas, pospuestas, suspendidas en una dimensión y en un tiempo lejano".

Se mantiene gracias a las familias

Se trata de un edificio ya heredado de la escuela Anxaneta de Mataró, que migró a una nueva ubicación porque la anterior ya estaba considerada antigua y con espacios insuficientes para los alumnos. Pero, lejos de mejorarlos, en 2010 instalaron allí a los estudiantes del colegio Joan Coromines, nacido en 2007.

Hoy por hoy, es una edificación antigua que se mantiene a duras penas "gracias a la buena disposición de las familias" que, una vez al año, se reúnen para hacer una jornada de manitas con tal de "arreglar lo que las Administraciones no arreglan". Eso es, dar una capa de pintura o limpiar muebles, entre otras cosas. Pero incluso han llegado a invertir económicamente en mesas de madera para que, durante las puertas abiertas, los padres no se echen las manos a la cabeza y vean en buen estado las instalaciones.

Sin calendario para las obras

La directora del colegio, Maria Rius, lamenta que la Generalitat lleve tantos años mareando la perdiz. "Entre las crisis económicas, el Covid y la baja natalidad, aquí seguimos, en un edificio viejo", señala en declaraciones a Crónica Global. Tras 10 años como docente y ocho como directora, la experiencia le dice que el nuevo edificio tardará en llegar, pues todavía no está calendarizado ni el inicio de las obras.

Pese a que la construcción depende de la Conselleria de Educación, también critican que el ayuntamiento no ponga mucho de su parte para llevar a cabo un mantenimiento. Y si lo hacen es a duras penas. "Tenemos muchos partes que se eternizan, porque dicen que tienen mucho trabajo", ha espetado Rius. 

Goteras al lado de instalaciones eléctricas

Pero lo peor sucede cuando llueve. De hecho, con las últimas precipitaciones que cayeron en el Maresme la semana pasada, las familias pusieron el grito en el cielo al detectar que parte de las instalaciones estaban inundadas cerca de los conductos eléctricos. "¿Estas son condiciones para dar clase?", se preguntaban indignados. Y es que, tanto padres como profesores, se sienten "ninguneados y estafados". 

Exigen que la Generalitat se ponga las pilas y construya un nuevo edificio "eficiente y sostenible" en el solar situado en la calle Prat de la Riba --delante de Can Gassol--, ya que ni niños ni adultos pueden continuar en unas estructuras "obsoletas, antiguas y, sobre todo, peligrosas".

En este sentido, esperan que las elecciones municipales de 2023 sirvan para que el consistorio, liderado por David Bote (PSC), tome cartas en el asunto. "Necesitamos una escuela pública de calidad", añade la directora.

Un colegio inaccesible

Por su parte, Raquel Mejías, responsable de la AFA, lamenta que el colegio tampoco esté adaptado a las personas con movilidad reducida. De hecho, los alumnos que van en sillas de ruedas no pueden acceder a las aulas porque "hay escaleras por todos lados" y deben ayudarse a través del conserje. Algo que considera "inadmisible" cuando en Cataluña hay un conseller que "se llena la boca" hablando de inclusión, expresan las mismas voces. 

Además, lamentan la falta de espacio y las ratios elevadas. Y es que el centro carece de comedor escolar, que está situado en el aula de primero de primaria y en la de música. "No caben todos y deben hacer dos turnos".

Uno de los espacios de la escuela Joan Coromines de Mataró / TWITTER

Uno de los espacios de la escuela Joan Coromines de Mataró / TWITTER

La lista de desperfectos

Lamentablemente, el listado de desperfectos es muy largo: "El aislamiento térmico es deficitario, el estado de las persianas es deplorable y aumenta la sensación de calor durante el verano, hay goteras y humedades en la biblioteca, las cisternas de los lavabos están obsoletas y muchas no estén operativas", agregan. 

No es la primera vez que los padres se movilizan para instar a la Generalitat a que construya el edificio prometido, pero también al Ayuntamiento de Mataró para que "haga el mantenimiento adecuado" y exija a la Administración autonómica que se haga cargo del bienestar de los alumnos. Unos niños que, como siempre, "son los que pagan el precio más alto".