Las obras de la estación de Barcelona que nunca acaban en Molins de Rei

Las obras de la estación de Barcelona que nunca acaban en Molins de Rei AYUNTAMIENTO DE MOLINS DE REI

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No es la Sagrera: las obras de la estación de Barcelona que nunca acaban (ni empiezan)

Hasta en tres ocasiones se ha licitado un proyecto que lleva 15 años en marcha

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Las obras de la estación de la Sagrera son el cuento de nunca acabar. El nuevo intercambiador del AVE se ha convertido en la nueva Sagrada Familia de Barcelona: parece que no se termina nunca. Empezaron en 2010 y todavía siguen en marcha.

Al tratarse de la capital y de una conexión clave con Madrid, el proyecto acapara más atención, pero no es la única ciudad de Cataluña que arrastra problemas con las reformas de sus estaciones. Una de ellas se encuentra a tan solo 21 kilómetros de Barcelona, en Molins de Rei.

Allí, en plena área metropolitana, se libra una batalla mucho más modesta, pero igual de desesperante. En este caso, las obras todavía no han comenzado y ya acumulan problemas.

La estación de Rodalies lleva cuatro años atrapada en un limbo de provisionalidad, promesas fallidas y proyectos que no llegan a buen puerto. El resultado lo sufren a diario los viajeros que pasan por allí.

Cómo está la estación

La escena se ha vuelto cotidiana para los usuarios: vallas oxidadas, espacios clausurados y una zona de obras tan prolongada en el tiempo que la vegetación ha acabado reclamando su sitio.

Los ascensores que debían hacer accesible la estación siguen brillando por su ausencia y la operativa ferroviaria se ha resentido por la pérdida de una vía. Todo ello por unos trabajos que, sobre el papel, no tenían nada de extraordinario.

Problemas administrativos

El problema no ha sido técnico, sino administrativo. Tras años de presión vecinal, en 2019 se licitó por primera vez la mejora de la estación de Molins de Rei, pero el proyecto no llegó a arrancar.

La empresa adjudicataria presentó una oferta tan ajustada que, antes siquiera de empezar, reconoció que la obra no era viable económicamente y renunció. Primer intento fallido.

Estación de Molins de Rei

Estación de Molins de Rei WIKIPEDIA

El segundo llegó dos años después, en 2021. Renfe adjudicó las obras a una empresa del grupo ACS por un millón de euros más que el contrato anterior. Todo parecía encarrilado.

Hubo visita ministerial incluida: la entonces responsable de Transportes, Raquel Sánchez, se dejó ver por la estación para escenificar que, esta vez sí, el proyecto avanzaba. Y durante un tiempo lo hizo. Se reformó el vestíbulo y se instaló uno de los cuatro ascensores previstos.

Obras paradas

Pero la alegría volvió a durar poco. A mitad de obra, Adif y la constructora detectaron un fallo de base: la ampliación de los andenes para acoger trenes de 200 metros no cumplía con los requisitos de señalización y seguridad. Tocaba rehacer el proyecto.

En marzo de 2023, los trabajos se detuvieron de nuevo y la empresa acabó rescindiendo el contrato. Maquinaria retirada, obras congeladas y vuelta a empezar. Desde entonces, silencio.

Nueva adjudicación

Renfe llegó a valorar que una empresa pública tomara el relevo, pero finalmente optó por una tercera licitación, resuelta en 2025.

La encargada será Contratas y Ventas, del grupo FCC, con un presupuesto de 9,3 millones de euros. Una cifra que casi duplica la del primer intento y que resume bien el coste de la improvisación. Aun así, es cuatro millones inferior a la última licitación que se había puesto sobre la mesa.

Xavi Paz y Mayte Castillo visitan la estación de Renfe de Molins de Rei

Xavi Paz y Mayte Castillo visitan la estación de Renfe de Molins de Rei AYUNTAMIENTO DE MOLINS DE REI

El problema actual es otro: el malestar vecinal ya está plenamente instalado. Para intentar suavizar el enfado, Renfe ha optado por añadir un elemento de mejora para el mientras tanto: un segundo acceso a la estación.

La incorporación responde a una petición expresa del alcalde de Molins de Rei, Xavi Paz, y busca facilitar el día a día de los viajeros.

Solución provisional

No es una solución revolucionaria, pero sí práctica. El modelo ya se ha aplicado en Cornellà de Llobregat, donde ha funcionado al evitar largos rodeos para acceder a los andenes. En Molins de Rei, al menos, servirá para que la obra deje algo más que polvo y vallas.

Si el calendario se cumple, las obras deberían arrancar en el primer trimestre del próximo año y prolongarse durante 14 meses. Eso situaría la finalización en algún punto de 2027, siempre que no aparezca un nuevo imprevisto por el camino.