Minerva Porté, diseñadora: "Queremos utilizar la lana como motor de reivindicación de la ganadería ovina"

Minerva Porté (Lleida, 1992) se crio entre ovejas. Su abuelo, pastor, fue el primero en bajar del Pirineo y montar una granja ovina en las afueras de Lleida, que más tarde llevaron sus padres y sus tíos. Pero cuando estos se jubilaron, hace cuatro años, ni ella, ni sus hermanos ni sus primos quisieron continuar con el negocio familiar. "Es un trabajo muy duro, cuidar de los animales no permite tener días de vacaciones, y, admitámoslo, ofrece un estilo de vida poco atractivo para un joven en el momento actual", explica. Sus padres tampoco pusieron presión. "Al contrario, nos animaron a estudiar una carrera, para que no tuviéramos que dedicarnos a lo mismo".

Minerva estudió Enfermería, aunque sin demasiada vocación, así que al terminar se matriculó en la Escuela Agrícola de Tárrega, y más tarde cursó varios programas de emprendeduría en la UAB y Esade (programa OWaste), con la idea de desarrollar algún proyecto de negocio vinculado al mundo ovino, aunque en la granja familiar ya no quedaran ovejas (Sus padres, al jubilarse, las vendieron todas). Fue así como detectó una necesidad que podía convertirse en un posible negocio, no solo rentable, sino también sostenible y respetuoso con el medioambiente: dar una salida a las toneladas de lana que se acumulaban aún en la granja después del último esquileo. "Actualmente la lana está considerada un residuo, causando un grave problema a los ganaderos de ovino desde hace tiempo", explica Porté, lamentando la falta de actuación por parte de las Administraciones en este sentido.

Una segunda vida a la lana

En su investigación sobre posibles salidas a lana residual, la emprendedora contactó con un profesor del centro universitario Tecnocampus/UPF (Mataró) que la animó a sumarse al programa Reimagine Textil, concebido para dar impulso a proyectos innovadores en el sector textil. Tras un ejercicio conjunto de brainstorming, decidieron lanzar New Pasture, un proyecto empresarial centrado en la realización de productos de diseño a partir de fieltro, un tejido que no necesita tejerse para su fabricación, ya que las capas de fibras se aglomeran simplemente mediante un proceso de prensado a base de vapor y presión. "Eso nos permite elaborar infinidad de productos", explica la fundadora de New Pasture, que el pasado octubre fue galardonada con el premio Reimagine Textil 2025 en la categoría Sostenibilidad y Economía circular.

Una mesa puesta con varios objetos confeccionados con lana New Pasture design

En su fase inicial, New Pasture ha apostado por la producción de tres líneas de productos dirigidos al canal horeca (hoteles y restauración): menaje de mesa (manteles, posavasos, fundas de botella termorreguladoras, servilleteros); iluminación (lámparas y pantallas) y tapices acústicos para la insonorización de locales y restaurantes. "Nos dirigimos principalmente a restaurantes de alto nivel, sobre todo del Pirineo, con decoración rústica, que quieran diferenciarse", detalla.

Para Porté, está claro que el objetivo de New Pasture es revalorizar la lana ovina a través del diseño y del arte, transformándola en productos funcionales y sostenibles que aporten calidez y bienestar. "Nuestros productos optimizan muchas de las propiedades de la lana: entre otras, es termorreguladora, tanto de frío como de calor; aislante, antimicrobiana, ignífuga, además de orgánica y biodegradable, y tiene una elevada practicidad y durabilidad, ya que se lava simplemente con agua fría", explica.

De sencilla prodcucción

Por otro lado, desde New Pasture han desarrollado un proceso de mecanización (Wool pow) para procesar la lana y transformarla en un fertilizante de fácil aplicación en agricultura y jardinería, que aporta muchos nutrientes y tiene una gran capacidad de retención de agua.

"Lo que queremos es utilizar la lana como motor de reivindicación de la ganadería ovina", explica Porté, convencida del papel fundamental de la ganadería extensiva a la hora de preservar el equilibrio medioambiental y la biodiversidad, además de proteger de los incendios forestales. Por este motivo, cree que las Administraciones deberían proporcionar soluciones urgentes al problema de la lana residual, que afecta desde hace años a todos los ganaderos de España, y de Europa en general. "La esquila de las ovejas genera aproximadamente 200.000 toneladas de lana anuales en Europa, y la mitad de la cual se desecha", asegura la emprendedora, citando cifras de un informe publicado por EFE Verde en 2023. "Es un residuo que vas a tener sí o sí, porque las ovejas hay que esquilarlas una vez al año, especialmente en lugares en los que hace tanto calor en verano, como Catalunya".

Una pequeña lámpara producida con lana New Pasture design

La única lana que encuentra hoy una salida comercial en el sector textil es la procedente de oveja merina, concentrada en Australia en su totalidad. El resto de lana, considerada un subproducto ganadero, está prohibido enterrarlo y su biodegradación es muy complicada, forzando a los ganaderos a asumir los costes de almacenaje.

Para revertir la situación y empezar a darle valor social y económico a la lana, en 2023 se creó la European Wool Exchange Foundation (EWE), una fundación sin ánimo de lucro que aglutina un centenar de asociaciones y empresas vinculadas al sector interesadas en la economía circular de la lana y en su retorno a nuestra sociedad como un recurso valioso con múltiples usos, en lugar de como un residuo orgánico desatendido.

Una de sus principales iniciativas ha sido la instauración del 9 de abril como Día Europeo de la Lana, una fecha simbólica para poner el foco en la lana Europa y defenderla no solo como materia prima, sino como elemento reivindicativo del desarrollo local sostenible. Porté está orgullosa de aportar su grano de arena en este sector tan querido, y eso compensa los riesgos que ha tenido que asumir hasta ahora. "Hay días de todo. Pero no hay mejor máster que emprender", concluye.