Imagen de archivo de una persona mayor haciendo ejercicios pautados
Cataluña necesita 80.000 nuevas plazas residenciales y 26.000 profesionales para evitar el colapso del sistema de cuidados
El sector reclama duplicar la inversión en dependencia y reforzar las plantillas para poder asumir los más de 38.000 catalanes en lista de espera y los plazos de hasta 275 días para recibir ayudas
Más información: Cataluña frente al caos de la dependencia: la lista de espera aumenta un 180% en dos años
Coincidiendo con el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, Cataluña vuelve a situar el foco en uno de sus mayores retos sociales: el acelerado envejecimiento de la población y la capacidad del sistema de dependencia para responder.
Las cifras son contundentes. La población mayor de 80 años pasará de las 497.470 personas previstas para 2026 a rozar el millón en 2050. Para dar respuesta, el sector calcula que será necesario crear 80.000 plazas residenciales y contratar a 26.000 profesionales adicionales antes de 2035.
275 días de espera
Así lo detalla el último informe socioeconómico elaborado por la Asociación Catalana de Recursos Asistenciales (ACRA), que radiografía el estado del sistema y anticipa los desafíos que marcarán la próxima década.
La patronal alerta de que el modelo ya muestra signos de saturación. El tiempo medio para resolver una solicitud de dependencia en Cataluña es de 275 días y más de 38.000 personas siguen a la espera de acceder a una prestación del Programa Individual de Atención.
Según datos del Departamento de Derechos Sociales, 18.000 personas esperan una plaza residencial pública y, en el 40% de los casos, el retraso supera los dos años. Cada día, 25 personas fallecen sin haber recibido la ayuda reconocida.
Saturación pública y privada
La situación se agrava con la llegada a la vejez de la generación del baby boom. En los próximos diez años, la población mayor de 60 y 65 años prácticamente se duplicará, tensionando aún más un sistema que ya acumula largas listas de espera tanto en el sector público como en el privado.
Imagen de archivo de una residencia del grupo DomusVi
“Tenemos un problema grave”
A ello se suma un problema estructural de personal. Así lo ha explicado a este digital Andrés Rueda, presidente de la Asociación Catalana de Directores de Centros y Servicios de Atención a la Dependencia Gerontológica (Ascad), quien ha alertado sobre la "preocupante" situación en la que se encuentra el sector. “Está al límite y tenemos un problema grave”, ha sentenciado en referencia a la falta de profesionales formados, altas tasas de absentismo y equipos veteranos agotados.
“Los residentes llegan con un nivel de dependencia mucho más alto y una expectativa de vida mucho menor que hace unos años. Los equipos más antiguos están asumiendo más carga, con más fatiga y estrés. Si no actuamos ya, el sistema irá a peor”, ha advertido Rueda.
Asimismo, ha señalado que la jornada laboral en el sector se ha reducido en los últimos años sin que ello viniera acompañado de más personal, lo que ha recortado horas de atención y tensado los centros. También ha denunciado la falta de mecanismos para formar y retener talento, y reclama la regularización de personas ya residentes en Cataluña para cubrir las necesidades laborales.
Medidas del Govern
El Govern, encabezado por Salvador Illa, se ha comprometido a abrir 6.000 nuevas plazas en residencias esta legislatura, una cifra que el sector ha considerado insuficiente para absorber el aumento de la demanda.
Tanto ACRA como Ascad han reiterado que el sector arrastra desde hace años problemas de financiación insuficiente y dificultades para contratar personal debido a condiciones laborales menos competitivas que en el sistema sanitario.
Rueda ha insistido en que “no se trata solo de poner millones encima de la mesa. Es una cuestión de normas y planificación. Si no tenemos personal formado y no podemos evaluar adecuadamente a quien contratamos, la calidad de los cuidados se resiente”. Según ha explicado, la falta de previsión y regulación ha llevado al sistema a depender de trabajadores sin formación porque, directamente, “no existe gente formada disponible”.
Por debajo del índice europeo
En paralelo, ha crecido el debate sobre el papel de la atención domiciliaria. Tras la pandemia, el modelo residencial se puso en cuestión y se abrió paso la idea de potenciar los cuidados en el hogar.
Sin embargo, aunque esta alternativa gana peso, ahora presenta grandes limitaciones. Cataluña atiende en casa a 67.316 personas, con un índice de cobertura del 4,3% para mayores de 65 años, muy lejos del 10,1% europeo.
El sector lo resume con claridad. Sin una planificación estratégica ambiciosa y una inversión sostenida, Cataluña afronta el riesgo de un colapso del sistema de cuidados en un momento en que la dependencia crece de forma imparable.
Incremento del 180%
El acceso a los servicios de dependencia en Cataluña se encuentra cada vez más bloqueado, con un incremento del 180% en la lista de espera en solo dos años. Se ha pasado de 25.000 a unas 68.000 personas que aún no tienen reconocido su grado y, por tanto, no pueden acceder a las ayudas.
En los últimos seis meses, 10.000 nuevos solicitantes se han sumado al sistema, especialmente en zonas como Girona, Osona, Bages, Berguedà, Barcelona y el Camp de Tarragona. El grado tres, el más alto, es el que más ha crecido, con un aumento del 78% desde 2020.
A nivel nacional, Cataluña encabeza el número de dependientes en lista de espera, con casi un tercio del total del país, seguido de Andalucía, Comunidad Valenciana, Canarias y Murcia.
106,5 millones del Gobierno
En paralelo, el Gobierno aprobó este año una financiación de 106,5 millones de euros para Cataluña destinada al Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), superando las inversiones de los dos años anteriores.
La medida resulta más que urgente. Se calcula que, en 2024, murieron 9.529 personas en Cataluña mientras aguardaban una prestación de dependencia, la cifra más alta del país.