Una aficionada del FC Barcelona pierde 1.500 euros y se queda sin ver El Clásico: "Compramos las entradas y eran falsas"

El Cásico volvió a ofrecer, una vez más, un espectáculo lleno de intensidad, polémica y emoción para los merengues que lograron hacerse con la victoria (2-1). Un duelo donde las decisiones arbitrales fueron protagonistas de nuevo.

Clásico generó una expectación inmensa en los últimos años, llegando a ser catalogado para muchos seguidores como "el mejor clásico de la historia". Sin embargo, para otros no tantos, ya que no tuvieron opción entrar el Estadio Santiago Bernabéu.

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La demanda era tan alta que "todo el mundo quería entrar al campo", lo que provocó que muchas personas intentaran aprovechar la situación, haciendo "su agosto" mediante la reventa.

La búsqueda de tickets era intensa, incluso con el partido ya comenzado, pues se trataba de un evento que "nadie se quería perder". Una cámara del programa Jugones capturó la escena de esta alta demanda.

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La alta afluencia de interesados por asistir al partido disparó los precios de la reventa, alcanzando cifras de récord. Los revendedores lograron obtener sumas exorbitantes por los asientos.

El fraude del fútbol

 Se reportó la venta de “las últimas seis entradas por 1.500 € cada una”, incluso cuando el encuentro ya estaba en marcha. Además de este precio, constató El Chiringuito, “las entradas habían llegado a venderse por hasta 6.000 € cada una”.

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Lamentablemente, el frenesí por conseguir una entrada no solo llevó a precios desmedidos, sino que también propició "muchas estafas". La desesperación por entrar al estadio condujo a que algunos aficionados pagaran sumas importantes, solo para descubrir que habían sido víctimas de fraude.

En un testimonio recogido, se reveló que las entradas que compraron resultaron ser "PDF y falsas", lo que impedía el acceso al campo, dejando a los aficionados fuera del que se consideraba el mejor Clásico de la historia.

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En esencia, la alta expectativa por el partido se convirtió en una oportunidad para la especulación y el fraude. Mientras que los revendedores obtenían beneficios al vender tickets a precios muy elevados (como los 1.500 € por unidad), la otra cara de la moneda eran los genuinos aficionados que, a pesar de haber pagado esas altas cifras, se quedaban sin ver el encuentro debido a que las entradas adquiridas resultaban ser fraudulentas.