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Cataluña pone en marcha la Cátedra de Altas Capacidades al solo identificar el 0,3% de los estudiantes

La Universidad de Girona será el epicentro del nuevo plan que, entre otras medidas, pretende reforzar la formación en las universidades para mejorar el diagnóstico en las aulas catalanas

El Ministerio de Educación señala que hay 4.200 estudiantes identificados en la región

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La Cátedra de Altas Capacidades echa a andar desde la Universidad de Girona con una misión ambiciosa: llegar al 10% de detección entre los estudiantes que hay en las aulas, según la cifra media que hay en la población. Sin embargo, solo hay un 0,30% de estudiantes bajo este paraguas en Cataluña, concluye su nuevo director, Teo Jové.

El propósito bajo el que se constituye esta primera cátedra es unir la investigación académica con el reclamo social, ya que se estima que dos de cada tres menores con altas capacidades fracasan en la escuela debido a que no hay un seguimiento, una adaptación e integración adecuada. 

Inversión

La planificación de la cátedra ha estado encima de la mesa largo tiempo. En concreto, dos años desde que el Govern de Pere Aragonès inició los trámites. El cambio de legislatura provocó la paralización del proceso administrativo y el actual Departament, liderado por Esther Niubó, decidió tomar el guante dentro del plan Marco para la mejora de la lengua y las matemáticas.

Un plan que se anunció en mayo de este año a desarrollar entre 2025 y 2028 con una partida de 130 millones cuyo enfoque es mejorar las competencias del alumnado de la escuela catalana. La medida era una apuesta segura de la administración que, por fin, coge forma. A día de hoy cuenta con la siguiente plantilla: el propio director y un funcionario a tiempo parcial, por lo que todavía es una estructura incipiente. 

Presentación oficial

El patronazgo de la Cátedra la comparten la Generalitat de Cataluña y la Asociación Promotora de la Fundación de Niñas y Niños con Altas Capacidades (Fanjac), una iniciativa que desde 2005 que apoya a las familias de estos menores y persiguen un cambio de mentalidad en la comunidad educativa para evitar el fracaso escolar.

Como director de la reciente cátedra está Teo Jové, profesor de la Universidad de Girona, quien atiende a este medio para explicar los propósitos de este acuerdo. Una firma que se presentará oficialmente este miércoles 22 en un acto en el que participará Antoni Castelló, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, bajo la conferencia Del potencial a la excelencia.

¿Qué es la neurodivergencia?

Lo primero que explica Jové es el significado de las altas capacidades. Se trata de una neurodivergencia que permite al individuo comprender la información mejor y memorizarla con más facilidad, aparte de relacionarse con su entorno de forma singular, lo que también permite ser muy creativo, ya que se es capaz de tomar varias ideas y conectarlas entre sí. 

"Ante tantas posibilidades, se pueden sentir abrumados o, como aprenden de una forma más fácil, no logran saber cómo estudiar porque durante los primeros años, en primaria y secundaria, no tienen que esforzarse en absoluto", apunta el experto. Por este motivo, las etapas superiores, ya sea bachillerato o en la universidad, pueden ser un obstáculo si no han integrado una buena metodología de estudio. 

Diversos tipos de inteligencia

En principio, las investigaciones consideraban el cociente intelectual (CI) como la vara de medir para este tipo de personas. Por el contrario, Jové señala varias particularidades, tal y como define la Asociación Española de Superadotados y con Talento (AEST), como la inteligencia lingüístico-verbal, la lógica-matemática, espacial, musical, así como la corporal-cinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista.

Esta manera particular de entender el mundo reviste al alumnado de una visión única. Aprende de una forma singular que no suele casar con el sistema educativo, con intereses singulares y con una gran capacidad de comprensión que, normalmente, los lleva al aburrimiento en las aulas y a la desconexión con sus compañeros.

Jové distingue tres niveles en el desarrollo de los menores: el primero, los infantes precoces, aquellos que adquieren ciertos conocimientos como el habla o la lectura antes que los demás y, según pasa el tiempo, pueden estabilizarse con su grupo de edad o destacar entre ellos. Si destacaran, el siguiente nivel serían las altas capacidades y, por último, estarían los superdotados, individuos que rompen la norma.

Alumnos atienden al profesor

Alumnos atienden al profesor Ceupe

En busca del 10%

En Cataluña, los equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógica (EAP) son los encargados de evaluar y determinar las altas capacidades y, en caso de ser afirmativo, los centros deben diseñar un plan individualizado (PI) para los menores. "Se ha complicado muchísimo su labor con la diversidad que hay en la escuela. Ante una mayor conciencia, hay una mayor identificación, pero faltan recursos. Van desbordados".

"Hay mucho camino por recorrer, porque tenemos un porcentaje por debajo del 1% de detección en altas capacidades, pero podríamos tener alrededor de un 10% de la población", indica. "Llegamos al 0,30%", indica el profesor.

Descenso

El Ministerio de Educación recoge en el análisis sobre el alumnado con necesidad específica de apoyo educativo, relativo al curso 2023-2024, las altas capacidades como una de las categorías. En total, hay 838.910 estudiantes distribuidos en las enseñanzas no universitarias que requieren una atención específica, de los que un 7% corresponde a las altas capacidades, unos 58.540.

Del total, hay 4.200 en Cataluña, 2.699 varones y 1.501 mujeres. Por provincias, habría 2.612 estudiantes identificados en Barcelona; mientras que en Girona corresponde a 820; seguidamente, Lleida, con 371 alumnos; y en Tarragona se alcanzarían los 397. 

Sin embargo, el cruce de datos da con los que el Departament avanzó en septiembre. En el período entre 2022 y 2025 se había incrementado la proporción de alumnos con necesidades específicas de un 18,6% a un 36,6%, para lo que se ha hecho un refuerzo en contratación y bajada de ratios. Sin embargo, los menores atendidos como altas capacidades habían descendido de 1.344 a 1.272.

Un infradiagnóstico que afecta más a las mujeres. "La sociedad tiende a mirar más a los chicos que a las chicas, y este es el primer gran problema", refiere el especialista con respecto al sesgo de género. "Las chicas desaparecen en tercero de la ESO", lamenta, "tienen más presión social y piensan que, si soy más lista, me aíslan, así que empiezan a sacar peores notas a propósito".

Esto significa que solo llega a identificarse un tercio de las menores con altas capacidades. "La propia evolución de la adolescencia, más el entorno social, muchas veces hace que se pierdan, así que tenemos mucho trabajo que hacer", asegura.

Planes de la cátedra

La cátedra tiene por delante un largo camino a recorrer. Fomentará el conocimiento y la formación y, entre los recursos en marcha, habrá cursos formativos para el profesorado de Cataluña —que tuvo su primera edición en verano— con recomendaciones para identificar y adecuar las altas capacidades. Además, preparan un pódcast para hacer divulgación y, entre las tareas pendientes, confeccionarán una guía para ampliar el radio de detección.

Pone deberes al profesorado: "La recomendación principal es formarse y, la segunda, es ver la realidad, olvidando los tópicos y prejuicios, tratando a estas personas con la máxima sinceridad posible, como preguntándole qué le pasa". La intención es reformar y mejorar este aspecto en los planes de grado y máster de las universidades catalanas.

Detectar el aburrimiento y el descontento

Jové alerta de algunas actitudes, como el aburrimiento, el enfrentamiento ante las tareas repetitivas o el aislamiento. Ve la contrapartida: que se interesen y disfruten por temas en concreto que los motiven, que busquen ejercicios que les estimulen para crear nuevas soluciones o atender a si tienen una buena relación social con otros grupos. Al final, contemplar al estudiantado desde la diversidad, no como un tótem. 

"Hay una normalidad tan encasillada que, a veces, nos impide ver más allá. Hay que abrir la mente y mirar a estos chicos para intentar entenderlos", comenta, aunque conoce que la tensión en las aulas no es la más proclive para un trabajo que requiere de tacto y paciencia. También, alerta sobre las falsas creencias y la presión a la que se ven abocados, "pueden suspender una materia como cualquier otro".

La cuestión es no perderlos durante la trayectoria académica y evitar que caigan en una "espiral negativa". "Con la intervención educativa, el objetivo es que se sientan integrados y felices, es decir, que tengan una autoestima adecuada y se potencien en aquello que se les dé bien. Brillarán, y eso es bueno para la sociedad", confía.