Así es el colegio catalán donde estudió Susanna Griso: modelo educativo mixto, catalán y progresista

Susanna Griso, una de las caras más reconocidas de la televisión, recuerda con cariño sus años en la escuela Garbí Pere Vergés, y cómo desde allí empezó a forjar su vocación por el periodismo.

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) inició su carrera en Ràdio Sant Cugat. Su trayectoria está marcada por el éxito de audiencia y el reconocimiento profesional. Entre los galardones, que ha recibido, destacan el Premio Antena de Oro (2007) y el Premio Ondas a la mejor presentadora de televisión (2010), concedido por su naturalidad y rigor informativo.

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Recuerdos de colegio

Griso, recuerda en una entrevista, su primer día de clase, como si fuera ayer: "Soy la pequeña de una familia numerosa y estuve en casa hasta los cuatro años, que es cuando empecé en Garbí Pere Vergés".

Entre sus recuerdos más gratos menciona la biblioteca: "Encontré hace un tiempo el libro de lectores donde apuntábamos las lecturas, y me di cuenta de lo mucho que leíamos. También, me encantaba el teatro. Yo era muy tímida y creo que me ayudó a desenvolverme en público. Sin duda, me ha servido mucho en televisión".

Su color era el blanco y recuerda, perfectamente, los nombres de las aulas: Migjorn, Nausica o Mireia. El único aspecto menos positivo, confiesa, era el largo trayecto diario desde su casa en Sant Cugat: "Tenía que coger un tren y dos autobuses para llegar".

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Elección del Garbí

Sus padres eligieron la escuela Garbí porque sus primos estudiaban allí y estaban encantados con un modelo educativo mixto, catalán y progresista. Recuerda que su prima, después de estudiar allí, se convirtió en profesora de música del propio centro.

De aquella etapa, Griso destaca la modernidad pedagógica del colegio: "Era una escuela avanzada a su tiempo, participativa y abierta. Antes, incluso, de la inmersión lingüística ya se defendía el catalán de forma natural.  Afirma que se transmitían valores con los que me identificaba, como el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Además, fomentaba el pensamiento crítico y la capacidad de análisis.

Filosofía parecida

Actualmente, vive en Madrid, donde sus hijos estudian en un centro con una filosofía educativa similar: "Tenía claro que quería una escuela con una pedagogía parecida a la que tuve yo. Como me trasladé a Madrid, fue mi marido quien eligió el colegio". "Él estudió en el Liceo Francés y valora mucho su método. Creo que comparte puntos en común con el proyecto de Pere Vergés, y en Madrid es lo más parecido que encontré", explica.

A pesar del paso del tiempo, Susanna mantiene el contacto con varias compañeras de clase: "Seguimos viéndonos, somos cuatro o cinco amigas. Nos reencontramos en una cena de antiguos alumnos y desde entonces volvimos a estar en contacto".

Garbí Pere Vergés

El proyecto pedagógico de las Escoles Garbí Pere Vergés parte de la idea de formar ciudadanos comprometidos, críticos y participativos a través de un modelo único: la 'ciudad-escuela'. En este concepto, el colegio se organiza como una pequeña sociedad donde los alumnos aprenden a convivir, asumir responsabilidades y a tomar decisiones colectivas.

Cada estudiante pertenece a uno de los tres colores (blanco, verde o azul), que fomentan el trabajo en equipo y la cooperación intergeneracional. La escuela incorpora espacios de aprendizaje social, como el comedor, entendido no solo como un lugar para comer; sino como una herramienta educativa en la que maestros y los alumnos comparten diálogo, normas y valores de convivencia. 

A este enfoque comunitario se suma la personalización del aprendizaje, un pilar esencial del método Garbí. El colegio acompaña a cada alumno desde los tres hasta los dieciocho años, atendiendo su desarrollo intelectual, emocional y social.