Un fotomontaje de una figura sobre un fondo del videojuego Roblox

Un fotomontaje de una figura sobre un fondo del videojuego Roblox Crónica Global

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Roblox, el videojuego señalado por la Fiscalía catalana como coto de caza de depredadores sexuales

El Ministerio Fiscal de la provincia de Lleida analiza un posible delito de corrupción de menores a través de la plataforma, con múltiples víctimas afectadas

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El videojuego más popular entre niños, una amenaza latente que se agrava. La Fiscalía de Lleida investiga a Roblox por un presunto delito de corrupción de menores que podría implicar a múltiples víctimas en todo el Estado.

La plataforma de videojuegos online, con más de 80 millones de usuarios diariosel 40% de ellos menores de 13 años—, está bajo sospecha por el uso de sus chats como vía de captación de niños y adolescentestal y como avanzó el diario Segre el pasado miércoles.

De la promesa creativa al riesgo extremo

Roblox no es un juego al uso. Es un universo digital que combina entretenimiento, creación de contenidos y red social, donde los usuarios diseñan sus propios mundos virtuales, comparten experiencias y chatean entre sí.

Una imagen de archivo de Roblox

Una imagen de archivo de Roblox Roblox

Sobre el papel, la idea es brillante: un espacio creativo que fomenta la programación, la colaboración y la imaginación. En la práctica, sin embargo, esa misma libertad lo ha convertido en terreno abonado para dinámicas de riesgo.

En 2017 llovieron las primeras denuncias que alegaban que la plataforma es utilizada por depredadores sexuales para el grooming —la captación y manipulación de menores con fines sexuales—, aprovechando el anonimato y la dificultad de moderar un espacio con miles de juegos y millones de interacciones diarias.

En Estados Unidos, Roblox acumula demandas colectivas. De hecho, por poner un caso ejemplificador, este mismo agosto, la fiscal general de Luisiana la definió recientemente como un “coto de caza para pederastas”.

Señales de alarma en las consultas pediátricas

En España, la alarma ha saltado de lleno en los últimos meses. La semana pasada, el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría publicó un comunicado de alerta. 

Varios niños caminan a la salida del colegio en Barcelona, en una imagen de archivo

Varios niños caminan a la salida del colegio en Barcelona, en una imagen de archivo David Zorrakino - Europa Press

Los primeros síntomas los detectan los pediatras. “Los padres acuden porque observan cambios llamativos en el comportamiento de sus hijos: insomnio, retraimiento social, ansiedad, bajo rendimiento escolar, tristeza profunda o incluso autolesiones”, explica la doctora María Salmerón, presidenta de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA).

Detrás de estas señales, los médicos encuentran un inquietante patrón de interacciones de alto riesgo en los chats. “Hemos visto niños incitados a autolesionarse, a visionar pornografía, a cuestionar su identidad sexual o a enviar imágenes de violencia sexual infantil”, alerta Salmerón.

Estos episodios afectan incluso a menores muy pequeños, incapaces de poner en palabras lo que les ocurre. “La mayoría no saben verbalizar lo que significa grooming, pero sí pueden decir si algo les ha hecho sentir incómodos. Por eso pedimos a las familias que pregunten de forma sencilla y directa”.

Delitos difíciles de comprobar

El diagnóstico médico se cruza con un laberinto jurídico. La abogada penalista Marta Masip, especialista en ciberdelitos, recuerda que el Código Penal ya contempla el grooming en el artículo 183. “Se castiga al adulto que, a través de internet, contacta con menores para cometer algún tipo de delito de carácter sexual, aunque, para que la conducta sea delictiva, se exige que efectivamente haya un acto de acercamiento que se materialice, como intentar concertar un encuentro”.

Imagen de archivo del teclado de un ordenador

Imagen de archivo del teclado de un ordenador EUROPA PRESS

Una de las preocupaciones que plantea la jurista es el problema probatorio. Si una aplicación permite eliminar lo que sucede en ella, se corre el riesgo de que no quede ningún rastro.

Así lo explica la especialista: “Se generan todo tipo de juegos y mundos que cualquier usuario puede diseñar. Son pequeñas salas que aparecen en un día y al siguiente ya pueden haber desaparecido. En el caso de que un menor sea víctima de algún acto dentro de la plataforma y ese contenido desaparezca sin posibilidad de documentarlo, nos encontraríamos con un serio obstáculo a la hora de presentar una denuncia y demostrar lo ocurrido”. 

Mientras que los adultos suelen tener más capacidad para dejar constancia de un hecho —por ejemplo, con capturas de pantalla—, en el caso de los menores la situación es más delicada.

Imagen de archivo de varios niños usando tablets en un centro escolar

Imagen de archivo de varios niños usando tablets en un centro escolar EP

“Lo que observamos en la mayoría de ocasiones es que, cuando sufren un delito de este tipo, lo esconden por vergüenza. Y ese silencio inicial hace que, en plataformas donde el contenido se borra fácilmente, la prueba desaparezca. Cuando después, al contarlo a sus padres, toman conciencia y deciden actuar, lo sucedido ya no existe”, advierte Masip.

Un diseño que facilita a los depredadores

El propio funcionamiento de Roblox amplifica la amenaza. “El mundo virtual genera una sensación de impunidad, porque es más fácil acercarse a los menores y más difícil identificarlos”, advierte la abogada.

Las estrategias detectadas incluyen el uso de identidades falsas —adultos que se hacen pasar por niños— o la oferta de recompensas virtuales como los robux para ganarse la confianza de la víctima.

Así pues, el anonimato y la transnacionalidad, rasgos habitualmente intrínsecos de este tipo de delitos, también entorpecen la investigación. “Cuando tenemos un usuario de una aplicación que no está identificado, debemos pedir a la plataforma que nos facilite sus datos. Y eso, en ocasiones, resulta muy complicado. El juzgado puede solicitarlo, pero la respuesta muchas veces no llega”, señala.

La prevención en casa y en los tribunales

Frente a estos riesgos, las expertas coinciden en la necesidad de actuar rápido. “Cuando un pediatra detecta un caso, el circuito pasa por derivar al menor a salud mental si es necesario, y a la vez recomendar a la familia que denuncie. También se puede comunicar a la Agencia Española de Protección de Datos, porque estamos ante plataformas con políticas de seguridad poco claras”, señala Salmerón.

Un joven jugando a videojuegos

Un joven jugando a videojuegos EFE

Pero los límites de la prevención aparecen pronto: “En nuestro ordenamiento, la imputación penal de una persona jurídica como Roblox es muy limitada. Se pueden exigir medidas cautelares para proteger a los usuarios, pero resulta muy difícil responsabilizarles directamente de los delitos que otros cometen dentro de la plataforma”, concluye Masip.

Un problema global con eco en España

La causa, en manos del Juzgado de Instrucción número 1 de Lleida, se suma así a un mapa global de advertencias que coloca al videojuego en el centro de la polémica.

En los expedientes judiciales presentados en Estados Unidos aparecen ejemplos de juegos con títulos explícitos como Escape to Epstein Island o Duchas públicas, donde adultos podían interactuar con menores en entornos de fuerte carga sexual.

Las denuncias internacionales y los avisos de las fiscalías españolas coinciden en que el diseño abierto que convirtió a Roblox en un fenómeno global es también su talón de Aquiles. La libertad creativa que permite a los usuarios diseñar mundos virtuales es la misma que complica la moderación de contenidos y la detección de depredadores.