Mohammed Abu-Jarboa, el niño de cuatro años que será operado por una cardiopatía congénita en el Hospital de Vall d'Hebron, junto a su familia, que huye de la guerra en Palestina

Mohammed Abu-Jarboa, el niño de cuatro años que será operado por una cardiopatía congénita en el Hospital de Vall d'Hebron, junto a su familia, que huye de la guerra en Palestina Òscar Gil Coy Barcelona

Vida

La familia del menor palestino que será operado del corazón en Vall d'Hebron: "No hay futuro en Gaza"

Mohammed Abu-Jarboa, un niño de cuatro años, tiene una cardiopatía congénita y será atendido en Cataluña

La familia palestina pedirá asilo para permanecer en España y evitar así volver a la guerra que asola el país

Más contenido: Cataluña da atención médica a seis menores palestinos con complicaciones cardíacas

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Mohammed juega con una pantalla interactiva, se sube a los brazos de su madre y palmea las paredes distraídamente mientras los adultos hablan. La médica le hace una ecografía para comprobar el estado de su corazón y busca la mirada cómplice de su hermana Rafeef. No sabe muy bien qué hace ahí. Pero, con cuatro años, logrará ser operado en el Hospital Infantil de Vall d'Hebron tras escapar de la guerra que asola la Franja de Gaza por parte de Israel

El niño, de cuatro años, es uno de los seis menores que llegaron a Cataluña el pasado jueves, en una misión coordinada por el Ministerio de Sanidad y la Conselleria de Salud, con una cardiopatía congénita que, de no ser atendida, le costaría la vida. Está acompañado por sus padres, Ali Abu-Jarboa y Sabreen Jadallah, y lo primero que expresó cuando despertó en España fue: "¿Dónde estamos? ¿Estamos en casa?", rememoran en una entrevista a los medios de comunicación. Los bombardeos se habían transformado en silencio a su alrededor. 

Estaban a la espera de auxilio desde 2023. La comitiva salió de la Franja de Gaza el pasado 30 de julio a las seis de la mañana hacia la frontera, desde donde, apoyados por las ONG, llegaron a Cisjordania. A las cinco de la mañana, se subieron a un avión militar que aterrizaría a las siete de la tarde en la base aérea de Zaragoza, ya en suelo español, desde donde, sin apenas descanso, partieron hacia Cataluña para hacerle las primeras pruebas a los seis menores. 

Renuncian a volver a Gaza

La pareja narra este camino del que no quieren un retorno. Agradecen el apoyo, el recibimiento, todos los esfuerzos puestos por parte de los equipos sanitarios y saben que, con esta oportunidad, su hijo vivirá una vida larga y, esperan, dichosa. Pero, no a cualquier precio. Ramsis traduce sus palabras: "Le dijimos al embajador español que si la intención era traernos a España, darnos ayuda y devolvernos a la muerte, para eso, no lo haríamos". 

La desazón ante un posible regreso a un país devastado por el ejército israelí es inconmensurable. Rafeef, su hija, gritaba de alegría en el avión militar cuando le dieron una botella de agua mineral, cuenta su madre, debido a que desde hace meses solo la encontraba contaminada. "No hay un idioma en el mundo que pueda expresar cómo nos sentimos al estar aquí", expresa. A su lado, su marido insiste en que la población está siendo atendida en el suelo de los centros sanitarios, "la ayuda médica en Gaza es imposible, no existe, no hay médicos, hospitales, no hay camas".

Mohammed Abu-Jarboa, de cuatro años, es atendido en el Hospital Vall d'Hebron de Cataluña a causa de una cardiopatía congénita

Mohammed Abu-Jarboa, de cuatro años, es atendido en el Hospital Vall d'Hebron de Cataluña a causa de una cardiopatía congénita Òscar Gil Coy Barcelona

En busca de asilo

Su propósito es claro: conseguir el asilo y, más adelante, la nacionalidad española para tener una nueva vida alejada de la crudeza de la contienda bélica. "La vida es imposible en Gaza, no hay futuro para volver", confiesan. Este martes, cuando se produce la entrevista, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, convocó una reunión del gabinete de seguridad a primera hora con la intención de ocupar totalmente la Franja. Una decisión que, aún, no ha sido consumada. 

Un conflicto que se acrecienta a medida que avanzan los días ante la imposibilidad de acordar y mantener una paz, a pesar de la presión internacional para el cese la guerra. Ali y Sabreen nunca fueron enseñados a afrontar una guerra como padres. Al principio, recuerdan que le decían a sus hijos, de siete y cuatro años, que había fuegos artificiales para que el miedo no entrara en la casa, pero un bombardeo los sorprendió y la mentira piadosa se acabó.

Cataluña atiende a seis menores

Su vida era normal, tranquila, él trabajaba como operario y ella como artesana. Todo cambió el 7 de octubre de 2023 con el ataque por parte de Israel a las milicias de Hamás, un hecho que desembocaría en la actual crisis humanitaria que vive Palestina. A partir de entonces, cada mañana salían a buscar algo que llevarse a la boca. "Es difícil llegar a los centros de distribución y conseguir comida", recuerda Ali, "luego se destruyó casi todo". 

Ahora, la familia pertenece al grupo de 44 miembros y 13 menores que están reubicados entre los centros sanitarios de la región, además de País Vasco, Navarra y Asturias. En Cataluña, aparte de los tres menores en Vall d'Hebron, hay dos recibiendo cuidados médicos en Sant Joan de Déu y otro en Germans Trias i Pujol. Un dispositivo que, para alivio de sus progenitores, supone dar una segunda oportunidad a la vida de estos niños.

Ferran Gran, cardiólogo pediátrico y coordinador del trasplante cardíaco en Vall d'Hebron, explica a los medios que dos de los tres menores que ha recibido sufren cardiopatías congénitas y, lo más probable, es que Mohammed sea sometido a una cirugía, para la que necesitará al menos un mes y medio de recuperación. Todo el tratamiento y el posterior seguimiento posquirúrgico se realizará bajo la supervisión del equipo catalán. 

Mohammed Abu-Jarboa, de cuatro años, es atendido en el Hospital Vall d'Hebron de Cataluña a causa de una cardiopatía congénita

Mohammed Abu-Jarboa, de cuatro años, es atendido en el Hospital Vall d'Hebron de Cataluña a causa de una cardiopatía congénita Òscar Gil Coy

Cardiopatías incompatibles con la vida

"Los pacientes llegaron en un buen estado clínico, más allá de la situación traumática psicológica y de afectación nutricional", apunta. Es más, algunos de ellos han sufrido pérdidas de conocimiento debido a que, como narraron, una bomba cayó frente a sus casas, matando a uno de sus allegados, mientras que, en el caso de Mohammed, un ataque le provocó una herida en la cabeza. "En Gaza no tienen la mínima capacidad para atenderlos", admite.

Sin los medios necesarios, estos niños se ven abocados a la muerte. "Estas cardiopatías, de no tratarse, son incompatibles con la vida, así que con un tratamiento adecuado y las intervenciones, podrán tener esta calidad", asegura el responsable del servicio. Vall d'Hebron, como centro de máxima complejidad, cuenta con los recursos para auxiliar a los gazatíes y darles la oportunidad de seguir adelante. 

Ferran Gran, cardiólogo pediátrico y coordinador del trasplante cardíaco en el Hospital Vall d'Hebron

Ferran Gran, cardiólogo pediátrico y coordinador del trasplante cardíaco en el Hospital Vall d'Hebron Òscar Gil Coy Barcelona

La sanidad en Gaza, destrozada

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que solo cinco de los 39 hospitales funcionan a plena capacidad en la Franja de Gaza, de los que 16 funcionan parcialmente y 18 están fuera de servicio. El hospital Nasser, situado en la ciudad de Jan Yunis, es el último con un servicio de cuidados intensivos (UCI) en el sur del país.

Además, los médicos afirman que el sistema sanitario se encuentra en el "momento más oscuro", en unas declaraciones recogidas por El País, y temen, aparte de las víctimas y las heridas provocadas por el conflicto armado, por las graves consecuencias para la salud mental de la población. Un auxilio para el que tampoco hay manos, ya que hay más de 1.400 sanitarios asesinados y más de 500 detenidos por las fuerzas israelíes

El Ministerio de Sanidad gazatí determinó al término de julio en su informe diario que hay más de 61.000 muertos, de los 18.000 son niños palestinos, desde el primer ataque de Israel contra Hamás en 2023. De este cómputo, se contabiliza que hay al menos 180 personas que han muerto por hambre, incluidos 93 menores, y alrededor de 1.500 personas fueron asesinadas mientras intentaban conseguir alimentos y suministros básicos en los puntos de reparto de ayuda.