Agentes antidisturbios de los Mossos d'Esquadra en un operativo nocturno

Agentes antidisturbios de los Mossos d'Esquadra en un operativo nocturno LUIS MIGUEL AÑÓN

Vida

La Mariola, el barrio sin ley de Lleida: alquileres fraudulentos y extorsiones a inquilinos okupas

Los Mossos d’Esquadra han logrado desarticular parcialmente una organización criminal dedicada a okupar inmuebles y alquilarlos posteriormente de forma fraudulenta

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La Mariola, un barrio de Lleida popularmente conocido por sus frecuentes altercados entre vecinos y la policía catalana, ha vuelto a ser escenario de una operación policial de gran envergadura.

A solo dos semanas de la detención de Iván G.G. —el principal sospechoso de herir gravemente a seis agentes de los Mossos d’Esquadra la noche del 27 al 28 de abril y que ya se encuentra en prisión— la policía autonómica lo ha vuelto a arrestar, esta vez desde la prisión de Ponent, por su implicación en una nueva trama de extorsión y agresiones vinculadas a okupaciones ilegales.

Los Mossos d’Esquadra han logrado desarticular parcialmente una organización criminal dedicada a okupar inmuebles y alquilarlos posteriormente de forma fraudulenta. La operación culminó este miércoles con la detención de cuatro hombres, de entre 20 y 35 años, y un menor de 16. Se les acusa de amenazas, coacciones, violación de domicilio, robo con fuerza, lesiones y pertenencia a grupo criminal.

El origen de la investigación

La investigación se inició a raíz de un violento incidente ocurrido el pasado 1 de mayo en la calle Júpiter de Lleida. Tres hombres fueron agredidos y amenazados por un grupo de personas del barrio. Una de las víctimas sufrió una herida grave en la cabeza que requirió puntos de sutura.

Según su testimonio, habían alquilado el piso unos tres meses antes, entregando 1.000 euros a un supuesto propietario. Poco después descubrieron que se trataba de una vivienda okupada que les estaban realquilando ilegalmente.

Agentes de la ARRO de Mossos d'Esquadra en un dispositivo de seguridad ciudadana. Imagen de archivo

Agentes de la ARRO de Mossos d'Esquadra en un dispositivo de seguridad ciudadana. Imagen de archivo Simón Sánchez

Extorsión sistemática y métodos violentos

La situación se tornó insostenible cuando el grupo comenzó a exigirles más dinero de forma arbitraria. El día del ataque, unas diez personas irrumpieron violentamente en el piso, algunas armadas con machetes, bates de béisbol e incluso una muleta usada como arma.

Tras amenazar y agredir a los inquilinos, bloquearon la puerta del domicilio y se llevaron todas sus pertenencias: un televisor, lavadora, nevera, teléfono móvil y ropa.

La vivienda, según han confirmado los investigadores, pertenecía legalmente a una empresa con sede en Madrid, pero había sido previamente okupada. Las víctimas, aterrorizadas, abandonaron el barrio de La Mariola ante el temor a represalias, conscientes de la peligrosidad del grupo y de la reputación violenta de esta zona.

El cabecilla entre rejas

El presunto líder de la banda es Iván G.G.: actualmente en prisión por su presunta implicación en la brutal agresión a seis agentes de los Mossos el pasado abril en La Mariola. A pesar de estar encarcelado, ha sido nuevamente detenido por su conexión con esta red criminal de okupaciones, extorsiones y agresiones.

En paralelo, uno de los arrestados, un joven de 20 años, ha sido identificado como el autor material de las agresiones más graves, en el marco de esta nueva investigación. El menor de edad, por su lado, ha sido puesto a disposición de la Fiscalía de Menores y está vinculado, además, con otro caso de robo con fuerza que ya estaba siendo investigado.

Víctimas vulnerables

El grupo tenía como objetivo principal a personas en situación vulnerable, en su mayoría inmigrantes sin papeles, lo que dificultaba que se atrevieran a denunciar los abusos. A pesar de las amenazas constantes y la violencia, el miedo a ser expulsados o perseguidos judicialmente mantenía a las víctimas en silencio.

Todos los detenidos han pasado a disposición judicial ante el Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Lleida. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones conforme avancen las diligencias y se reciban más denuncias relacionadas con casos similares.