Rosa Peral, exagente de la Guardia Urbana condenada por asesinato

Rosa Peral, exagente de la Guardia Urbana condenada por asesinato Cedida

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El juez Manuel Marchena estudiará el recurso de revisión de condena de Rosa Peral

Su abogada, Núria González, reclamó al Tribunal Supremo a principios de abril que se le revoque la pena de 25 años de cárcel impuesta por el 'caso de la Guardia Urbana'

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El juez del Tribunal Supremo Manuel Marchena ha sido designado como ponente del recurso de revisión interpuesto por Rosa Peral, condenada en 2020 por el llamado caso de la Guardia Urbana a 25 años de cárcel.

La abogada de Rosa Peral, Núria González, pidió al Tribunal Supremo a principios de abril que revise dicha condena de prisión por la muerte de su pareja, Pedro Rodríguez, en 2017, después de que el otro condenado por este caso, Albert López, reconociera su participación en los hechos.

Un elemento nuevo

En el escrito, González y su colaboradora Elisenda Massa pidieron la revisión de la sentencia condenatoria de Peral, dictada el 14 de abril de 2020 por la Audiencia Provincial de Barcelona y ratificada luego por el Tribunal Supremo.

En el recurso, la letrada argumentó que "la confesión del coimputado constituye un elemento probatorio nuevo y determinante que, de haber sido conocido en su integridad en la fase procesal oportuna, podría haber permitido la absolución o la imposición de una pena menos grave".

Crimen

El crimen en cuestión se produjo durante la madrugada del 2 de mayo de 2017, cuando ambos acusados mataron de forma violenta a la víctima en la vivienda que ésta compartía con Rosa Peral en Vilanova i la Geltrú.

Después, utilizaron varias veces el teléfono móvil del fallecido para fingir que hacía su vida con normalidad, y llevaron el terminal en funcionamiento para que delatara su posicionamiento geográfico a las inmediaciones del domicilio del exmarido de Rosa, con el que ésta mantenía una relación muy conflictiva, con el propósito de involucrarle. 

Además, ambos agentes metieron el cuerpo de la víctima en el maletero de un coche, propiedad del guardia urbano asesinado, y le prendieron fuego en el área del pantano de Foix.