Cataluña ha sido testigo de muchas tradiciones gastronómicas que, aunque populares en su día, han quedado relegadas al olvido. Mientras la de l’escudella o los canelones se mantienen intactas, otras se han dejado perder.
Uno de esos tesoros es una fórmula del café que se aleja de cualquier modernidad. En épocas donde todo parece innovación y en las que puedes tomar esta bebida con cualquier tipo de sabor (avellana, toffee, almendra…), se ha olvidado una combinación que triunfó como la Coca-Cola. Y nunca mejor dicho.
Un café de los 50
Esta particular bebida de café es el "suau", un sabor que viene del pasado. Durante las décadas de los 50, 60 y 70, esta combinación fue una alternativa económica y casera a los refrescos como la extranjera Coca-Cola, que en aquella época aún no eran accesibles en todos los bares y hogares. La llegada de los grandes refrescos internacionales acabaron de matar a esta tradición.
El suau era una bebida de sobremesa, especialmente popular en barrios de Barcelona como Poblenou, Gràcia o Sants, y en varias localidades de Tarragona. Su sabor, parecido al del conocido refresco, pero menos dulce, se lograba al combinar café con gaseosa en un vaso alargado al que, antes o después, se le añadía el hielo. Este contraste de sabores lograba una bebida refrescante, ligera y con espuma, que saciaba la sed sin resultar empalagosa.
Origen del nombre
Su sencilla preparación y su carácter casero lo convirtieron en un clásico en las calurosas tardes de verano. El suau conquistó el paladar de los barceloneses y otros habitantes de Cataluña y Aragón durante décadas. Hoy, esta bebida, símbolo de creatividad en tiempos de escasez, es solo un recuerdo para los más mayores, aunque su sabor sigue siendo capaz de evocar los años de la posguerra y la búsqueda de opciones refrescantes.
La mención a ese periodo no es baladí. Aunque el nombre catalán “suau” podría sugerir una traducción directa como “suave” en español, la historia del término no es esta. En algunas zonas de Cataluña y Aragón, la bebida también se conocía como “soldado” o “zuavo”, términos que derivan de su historia comercial.
La bebida fue originalmente comercializada en los años 50 y 60 por Gaseosas Solé, una empresa de Mora d’Ebre, Tarragona. En aquella época, la marca lanzaba su gaseosa bajo el nombre de “Zuavo”, en honor a los soldados de origen bereber que combatieron en el ejército francés en Argelia en el siglo XIX. Estos soldados eran conocidos como “zuavos”, y la botella de gaseosa de Solé incluía una etiqueta ilustrada con su imagen.
A medida que la gaseosa Zuavo se popularizó, la bebida de café con gaseosa comenzó a identificarse con este nombre, aunque con variaciones regionales. En algunos lugares se le llamaba “suau”, mientras que en otros se le conocía como “soldado”. Con el tiempo, “suau” fue el término que prevaleció en Cataluña, convirtiéndose en sinónimo de esta refrescante combinación.
¿Adiós al 'suau'?
Pero la llegada de la Coca-Cola ganó terreno al Zuavo como bebida y como marca. En los años 80, apenas tres décadas después de su creación, el suau empezó a caer en el olvido. Para las generaciones que lo conocieron, en cambio, el suau representa algo más que un refresco.
Esta bebida nunca cruzó las fronteras de Aragón donde apenas se sabe de su existencia, pero es que, hoy en día, también son pocos los catalanes que recuerdan esta bebida, pero quienes lo hacen conservan una imagen vívida de su preparación en casa. Son recuerdos de infancia, de un país, de una tierra.
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