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Una de las críticas que más se le hace a Cataluña es la cantidad de autopistas de peaje que tiene. Algunas, como la AP-7, de titularidad estatal, es completamente gratuita desde hace unos años, pero otras, como la C-32 no deja de subir precios, sobre todo, a la altura de Sitges.

Esta última vía es una de las más frecuentadas por personas que, a diario, han de bajar hasta Barcelona para ir a trabajar. Desde hace unos años se ha venido reivindicando, al menos, una rebaja de los precios. De alguna forma, este 2024, han sido escuchadas.

Tramo gratis

Desde hoy, 4 de noviembre, la autopista C-32 ofrece gratuidad en el tramo entre El Vendrell y Sitges. Pero sólo en este tramo. Esta medida tiene como objetivo reducir el tráfico en la saturada C-31, beneficiando la movilidad entre los municipios del Baix Penedès y el Garraf

Esta medida, supone un respiro para ciudades como Cubelles, Cunit, Calafell y Segur de Calafell, donde el tráfico atraviesa sus núcleos urbanos. El cambio, aseguran desde la Administración, puede marcar un alivio significativo en la calidad de vida de sus residentes.

Condiciones

Eso sí, esta medida es parcial. La exención de peaje viene con condiciones específicas que limitan su aplicabilidad. La gratuidad solo se ofrece de lunes a viernes, excluyendo fines de semana y festivos, y únicamente en trayectos de ida y vuelta completados en 24 horas. 

Además, los conductores deben registrarse previamente en la web de Autopistes, un proceso que requiere la activación de Via-T o el uso de la aplicación Awai, lo cual añade un paso adicional al proceso.

La gratuidad se limita a turismos, furgones, furgonetas y motocicletas, dejando fuera a camiones y vehículos comerciales pesados, lo que representa una limitación para el transporte de mercancías en la región. Esta restricción, ya ha generado desconcierto, ya que condiciona el impacto que la medida pueda tener en el tráfico general, no sólo porque el paso de vehículos pesados seguirá requiriendo el pago del peaje, sino porque hará que muchos sigan pasando por la C-31 para evitarlo.

El hecho de que la gratuidad no se aplique los fines de semana también ha generado críticas entre los sectores de ocio y restauración. Para los negocios de las zonas costeras del Garraf y el Baix Penedès, los fines de semana son los días de mayor afluencia de visitantes, especialmente de Barcelona. 

Quejas por la medida

La medida, en este sentido, resulta insuficiente para incentivar la llegada de turistas, y para muchos empresarios de la zona representa una oportunidad perdida para atraer más visitantes y dar un impulso a la economía local. Los vecinos, en cambio, prefieren tener menos vehículos a su paso por el municipio.

Esta limitación ha reavivado el debate sobre la necesidad de una política de peajes coherente y justa en Cataluña. Mientras en otras comarcas los peajes se han eliminado o reducido, en el Baix Penedès y el Garraf se sigue percibiendo una disparidad que afecta al desarrollo económico local.

La gratuidad en la C-32 entre El Vendrell y Sitges solo se aplica para los desplazamientos que tienen origen y destino dentro de este tramo. Quedan excluidos los viajes que utilizan la autopista AP-7 Sur o que comienzan o terminan fuera del ámbito de la C-32, lo cual limita las opciones de movilidad para aquellos que necesitan realizar trayectos de mayor distancia.

De hecho, para muchos residentes, especialmente aquellos que realizan desplazamientos entre El Vendrell y Cunit, la gratuidad no representa un cambio significativo, dado el esfuerzo adicional para acceder a la autopista. Y es que el peaje de Sitges si van a Barcelona a diario, sigue costando lo mismo.

Una bonificación

Por eso, en el Baix Penedès, la gratuidad parcial en la C-32 es vista como un avance insuficiente. Esta zona ha reivindicado históricamente una eliminación total de los peajes, especialmente en los túneles del Garraf, considerados como una de las barreras económicas más elevadas de Cataluña. Para los vecinos y empresarios locales, el alto coste del peaje en este tramo supone un obstáculo para el desarrollo económico de la comarca, afectando a la movilidad de una población que depende en gran medida de sus conexiones con Barcelona para trabajo y estudio.

De todos modos, entre Castelldefels y Sitges se mantiene una bonificación del 50% para los usuarios que realicen un trayecto de ida y vuelta en menos de 24 horas a través de los túneles del Garraf. Esta reducción, destinada a quienes deben realizar desplazamientos obligados en el mismo día, representa un pequeño alivio en el coste del trayecto, aunque no soluciona de fondo la problemática del alto precio del peaje en este sector.

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