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Cuando uno piensa en Cataluña y sus grandes ciudades lo primero que se le viene a la cabeza es Barcelona, luego vendrían las otras tres capitales de provincia catalana o incluso L’Hospitalet, que se ha ganando el título de ser la ciudad con mayor densidad de población del territorio. La sorpresa es que no es así.

La ciudad condal se extiende por 101,35 kilómetros cuadrados, pero es que pueblos con menos de una decena de habitantes que la capital catalana como Les Llosses (Girona) es de 114,02 km2 y Tortosa, 218,51 kilómetros cuadrados. Pero si esto suena raro, puede sonar más increíble. 

Una calle de Tremp

Dónde está

La ciudad más grande de Cataluña está en Lleida. Sí, una de las provincias menos pobladas es también la que tiene una urbe mayor. Se trata de Tremp, que con sus 302,8 km², supera a todas las capitales de provincia.

A los catalanes les suena y la pueden ubicar, pero para que no la conozcan, esta ciudad es una urbe de acceso a los Pirineos. Su origen se remonta a principios del siglo IX, cuando aparece en registros antiguos como Sancte Marie ad TRIMPLO, refiriéndose a la iglesia de Santa Maria, alrededor de la cual nació la ciudad. 

Muralla

Poco a poco, Tremp creció y como toda ciudad medieval se convirtió en una villa amurallada y defensiva, característica que se consolidó en el siglo XIV, cuando el crecimiento urbano obligó a ampliar el perímetro defensivo. 

Las murallas, acompañadas de seis torres y un foso, protegían a la población de las incursiones musulmanas. De ellas, aunque en el siglo XIX las murallas empezaron a ser desmanteladas, aún se conservan tres torres: la Torre de la Sacristía, la Torre del Mingo y la Torre de los Padres.

Pero más allá de las batallas, Tremp vivió épocas de esplendor. Durante la Guerra de Sucesión, se posicionó a favor de la causa austracista, siendo distinguida en 1708 con el título de Fidelísima Ciudad, en reconocimiento a su lealtad en diferentes episodios de la contienda. La ciudad también experimentó un período de esplendor durante la Edad Moderna, cuando en 1521 se fundó el Hospital de los Pobres, a iniciativa del doctor Jaume Fiella.

Qué ver

Pasear por las calles de la ciudad transmite algo de todo eso. De hecho, quedan parte de sus murallas. Otro de los principales puntos de interés de Tremp es su centro histórico, que conserva el encanto de su pasado medieval. En la Plaza de la Cruz se encuentra el Ayuntamiento y la Basílica Mare de Déu de Valldeflors, una iglesia que data del siglo IX, aunque ha sido remodelada en diversas ocasiones a lo largo de los siglos. En la misma plaza se alza el monumento dedicado a Sant Josep Manyanet, eclesiástico nacido en Tremp y reconocido por su labor religiosa, en cuyo honor también se ha establecido el Casal Padre Manyanet.

El antiguo hospital de los pobres es otro de los edificios históricos destacados, que en la actualidad alberga el juzgado de la ciudad. Este edificio, de estilo gótico tardío, remonta a la época de esplendor de Tremp en el siglo XVI. Asimismo, el centro histórico de Tremp cuenta con calles estrechas como la Calle Soldevila, que transportan a los visitantes a los tiempos en que la ciudad estaba cercada por murallas.

Además de sus riquezas históricas, Tremp es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y la cultura. El Casal Padre Manyanet es un espacio dedicado a preservar la historia del eclesiástico, recreando la vivienda familiar de la época y el ambiente que se vivía en Tremp en el siglo XIX. También alberga el Museo Comarcal de Ciencias Naturales, un centro que aspira a ser un punto de referencia para la investigación y conservación del patrimonio natural del Pallars Jussà, además de servir como sede del Instituto Geológico de Cataluña.

Entre las actividades al aire libre, el Parque del Pinell, con sus cinco hectáreas de extensión y sus pinos, es un pulmón verde para la ciudad y un lugar perfecto para pasear. También existen rutas de senderismo de baja dificultad, como la del Clot de Moles al poblado de Llabusta y Vilamitjana. Los entusiastas de las actividades de aventura y deportivas también pueden encontrar rutas en bicicleta de montaña (BTT) y realizar actividades acuáticas, como excursiones en kayak.

Qué comer

La gastronomía de Tremp y su comarca también merece mención. La cocina tradicional del Pallars Jussà destaca por sus platos de montaña, donde los productos locales de temporada juegan un papel importante. Entre las especialidades, se encuentran las carnes a la brasa, la escudella barrejada, el civet de rebeco y el estofado de jabalí. Los embutidos, como la girella, el chorizo, y la butifarra, son también productos típicos, y los quesos artesanales como el llenguat y el queso de tupí complementan la oferta.

Para acompañar esta variada gastronomía, los vinos de la Denominación de Origen Costers del Segre y la tradicional ratafía se convierten en el broche final perfecto. Entre los postres, destacan el mostillo y la coca de chicharrones, que son una muestra del ingenio culinario de la región, basada en aprovechar ingredientes tradicionales y autóctonos.