Un agente local de Tarragona acepta dos años de cárcel por quedarse el dinero de las multas

La Audiencia de Tarragona ha emitido una sentencia de conformidad por un caso de un agente de la Guàrdia Urbana que se quedaba con el dinero de las multas. El hombre, que ha aceptado una pena de dos años de cárcel, ocultaba los boletines de denuncia en su taquilla de la comisaría.

El documento judicial certifica que mientras estuvo adscrito a la Unidad de Tráfico y a la Unidad de Vigilancia de Playas, el agente, "con ánimo de obtener un ilícito enriquecimiento patrimonial y valiéndose de su cargo y de las funciones que le eran encomendadas, incorporó a su patrimonio los importes de las multas que imponía". El acusado formó parte del cuerpo policial de Tarragona entre noviembre de 2018 y octubre de 2020. 

Pagos en efectivo de los turistas

El modus operandi era, principalmente, sancionar a conductores extranjeros que abonaban las multas en efectivo y en la vía pública con la reducción del 50%, sin que el acusado procediera, como establece la normativa, a dar cuentas al responsable y a ingresar estas sumas de dinero, que hacen un total de 600 euros, en la cuenta bancaria del servicio de ingresos de la Diputación de Tarragona.

El acusado ha aceptado una pena de 1 años y 3 meses de prisión y 1.350 euros de multa e inhabilitación especial para empleo o cargo público durante 2 años y 3 meses por el delito continuado de infidelidad en la custodia de documentos y 9 meses de prisión y 675 euros de multa por un delito continuado de malversación de caudales públicos e inhabilitación durante 1 años y 6 meses y, en concepto de responsabilidad debe indemnizar al Ayuntamiento de Tarragona con 600 euros.

Sin embargo, el agente policial no ingresará en prisión, pues antes del juicio consignó 800 euros y no tiene antecedentes, por lo que la pena privativa de libertad queda suspendida con la condición de que no delinca en un plazo de dos años.