Los vecinos de la mujer asesinada en Sabadell vivían bajo la amenaza de la familia del agresor si denunciaban los malos tratos

La familia de Manuela ya ha podido enterrar su cuerpo. Después de que el Instituto de Medicina Legal de Cataluña realizara la autopsia de su cadáver, los padres de la joven salvajemente asesinada en el barrio de Ca n'Oriac de Sabadell han podido despedirse de ella. Deja cuatro hijos huérfanos. Tres niños y una niña. El padre de los menores, y presunto autor del crimen, ya ha ingresado en prisión y su familia ha huido del barrio.

Manuela murió acuchillada a manos de su pareja y ante los sollozos de sus hijos, que, a pesar de su corta edad, clamaban a su padre que no la matara. Fuentes vecinales, muy próximas a la familia de la fallecida, aseguran que las pelas eran habituales. No obstante, y según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), no existen denuncias previas entre ellos. 

La ley del silencio

Los gritos que se escapaban de la vivienda que compartía Manuela, de unos 30 años, y su asesino se habían convertido en el pan de cada día del barrio. Sin embargo, la ley del silencio era de obligado cumplimiento. Las fuentes vecinales consultadas por Crónica Global han manifestado que la familia del agresor había amenazado a todo el barrio. Sus casas arderían si contaban a las autoridades las peleas, discusiones y altercados que protagonizaba la pareja. 

No obstante, tras conocer el crimen, los vecinos que llevaban meses bajo la amenaza de la familia del agresor no tardaron en tomarse la justicia por su mano. Quemaron una vivienda en propiedad del asesino. Incendiaron un inmueble ubicado en la confluencia entre la ronda de Navacerrada y la calle de Llanera, a dos calles de donde sucedieron los hechos en el mismo barrio de Ca N'Oriac. 

La familia de él abandona el barrio 

Cuando los primeros efectivos llegaron al lugar del incendio, la puerta de la casa estaba abierta y las llamas ya habían calcinado la planta baja y el primer piso. Pasados pocos minutos, los Bomberos pudieron extinguir el fuego sin complicaciones. La familia del agresor entendió el mensaje y abandonó el barrio. De hecho, según las fuentes consultadas, "ya no queda nadie". 

Ca n'Oriac llora desde el domingo la pérdida de Manuela. Un barrio obrero, de casas humildes, que durante demasiado tiempo ha vivido bajo la amenaza de la familia de un asesino. 

Nuevo crimen machista

Cuando los primeros efectivos llegaron, la mujer ya había fallecido y no quedaba ni rastro del presunto autor. Tras constatar que el cuerpo presentaba evidentes signos de criminalidad, fueron los investigadores de la División de Investigación Criminal (DIC) de la región policial Metropolitana Norte quienes asumieron la investigación del caso. El relato de los primeros testigos despejó las pocas dudas que tenían: se trataba de un nuevo crimen machista. 

Se refugió durante horas

La comitiva judicial no había procedido todavía al levantamiento del cadáver, que los agentes ya habían difundido el rostro del presunto autor a todas las patrullas de la cocapital del Vallès Occidental. Buscaban a la pareja sentimental de ella, padre de los cuatro niños que presenciaron el crimen. 

El hombre logró escapar a pesar de la presencia de los testigos y se refugió, durante horas, en una chabola de la misma ciudad. Finalmente, pasadas las cinco de la tarde, el sospechoso fue detenido por los Mossos d'Esquadra. Después de dormir varias noches en los calabozos de la comisaría de Sabadell, el sospechoso pasó este miércoles a disposición del juzgado de violencia sobre la mujer de la misma ciudad, cuyo titular decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. 

Los investigadores, ahora, deberán esclarecer si este hombre, de nacionalidad española, estaba en casa de la víctima o accedió de madrugada sin su permiso. Según los mismos interlocutores, aunque en el pasado habían vivido separados, desde hace unas semanas volvían a estar juntos. 

Trece feminicidios en 2024

Trece mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas y exparejas desde el inicio de este año en Cataluña, cuatro de ellas eran menores de edad, según los datos ofrecidos por la Generalitat. Además, otros siete menores han quedado huérfanos tras el asesinato de sus madres.

El número de teléfono 016 y el whatsapp 600 000 016 brindan atención a todas las formas de violencia contra las mujeres las 24 horas al día y en 53 idiomas, en un servicio gratuito y confidencial.