Arranca en la Audiencia de Barcelona uno de los juicios más mediáticos de los últimos años. Angela Dobrowolski, la exmujer de Josep Maria Mainat, se sienta a partir de este lunes 15 de julio ante el tribunal de la sección 20, acusada de un delito de homicidio en grado de tentativa, tras, supuestamente, intentar matar a quien era su marido, en junio de 2020.
Dobrowolski se enfrenta a una pena de 16 años de prisión por intentar matar al conocido productor catalán, inyectándole una dosis extra de insulina. Mainat, que es diabético, sufrió un shock hipoglucémico que lo dejó al borde de la muerte. Según el escrito del fiscal, a la acusada le entraron las prisas para matar a su marido cuando se enteró de que éste quería divorciarse y, por lo tanto, dejarla al margen de su millonaria herencia.
Un plan preconcebido
Tal y como se extrae del escrito de calificación del ministerio público, los hechos se remontan a mayo de 2020, cuando la procesada "con el fin de averiguar los detalles de la demanda de divorcio" accedió "sin consentimiento ni autorización" al correo electrónico de su todavía marido y descubrió que ella sería una heredera más "siempre y cuando estuvieran casados y sin haber haberse iniciado ningún procedimiento de divorcio". En caso contrario, ella quedaba excluida del testamento.
De este modo, Dobrowolski no dispondría de los recursos económicos para mantener "el alto ritmo de vida" que llevaba. Por eso, ante esta situación, y siempre según la versión del fiscal, la mujer trazó un plan para acabar con la vida de su esposa antes de que éste interpusiera la demanda judicial de separación o divorcio.
Diabético de tipo 2
Así --prosigue el escrito del fiscal--, la madrugada del 23 de junio de 2020, y tras una fuerte discusión, la acusada despertó a su marido, "manifestándole sorpresivamente que tenía que inyectarle un medicamento para adelgazar". Mainat, semiinconsciente, “y con el exclusivo fin de evitar otra discusión”, se lo permitió. El ministerio público añade que el productor fue incapaz de imaginarse el verdadero propósito de la procesada, que fue causarle la muerte, inyectándole, realmente, una dosis extra de insulina.
Angela, que estudiaba el último curso de la carrera de Medicina, era plenamente conocedora de que su marido padecía de diabetes tipo 2; por lo que era consciente de "las previsibles consecuencias mortales" derivadas de dicha inyección. Sabiendo, dice el fiscal, que a Mainat nunca se le había tratado con insulina porque estaba "totalmente contraindicado para su enfermedad". Además, mientras dormía, la víctima no podría percibir los síntomas de una hipoglucemia y, en consecuencia, reaccionar ante los mismos.
Esperó a que su marido entrara en coma
A continuación, la procesada controló con un glucómetro el nivel de azúcar en sangre de su esposo "con el fin de calcular el momento en el que sería imposible la recuperación de la hipoglucemia". Por ello, Dobrowolski no hizo nada por revertir el estado de su marido hasta varios minutos después de inyectarle la insulina, cuando llamó a los servicios de emergencias, "con el exclusivo fin de encubrir su comportamiento e intentar eludir su responsabilidad", asegura el fiscal.
Sin embargo, a pesar de que los sanitarios del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) encontraron a Mainat en estado de coma, su rápida actuación, "suministrándole una elevada cantidad de glucagón para salvarle la vida", permitió salvarle la vida sin que conste que sufriera secuela alguna.
La última en declarar será Dobrowolski
Por todo ello, el ministerio fiscal le atribuye los delitos de descubrimiento y revelación de secretos (por consultar el correo de Mainat sin su consentimiento) y asesinato en grado de tentativa. Por el primero de los ilícitos, el representante de la fiscalía pide una pena de 3 años de prisión y una multa de 10 euros diarios durante 270 días. Por la tentativa, reclama una condena de 13 años de prisión, así como la prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 500 metros de su exmarido durante 8 años.
El juicio arrancará con la declaración de Josep Maria Mainat y su hijo Pol, quien le animó a denunciar los hechos. Tras su comparecencia, se espera escuchar a los agentes de los Mossos d'Esquadra que han liderado la investigación, así como a los sanitarios que lo atendieron la noche de autos. El procedimiento, que se alargará, previsiblemente, hasta el miércoles, finalizará con el esperado relato de la acusada.
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