Su nombre es Ouafae Marsi, aunque todos la conocen como Wafa. Esta mujer de 37 años, vecina de Torelló (Barcelona), trabajó durante años en el Ayuntamiento de Ripoll. Ella era la mediadora social, la persona que ayudaba a los vecinos de esta pequeña ciudad del Pirineo catalán a lidiar con problemas sociales, laborales o familiares.
Aunque Wafa no trató en primera persona a los miembros de la célula terrorista de Ripoll, los causantes de los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017, se involucró de lleno a posteriori, acercándose a los familiares de los jóvenes, ayudándoles a convivir con una pena que les acompañará el resto de sus vidas.
Esta mujer, muy conocida entre los vecinos de Ripoll por la labor que hizo tras los atentados, intentando construir puentes entre los miembros de una sociedad devastada, también se hizo popular por criticar la gestión de la actual alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, líder de Aliança Catalana y recién estrenada como diputada en el Parlament. Wafa, que ha llegado a aparecer públicamente en programas de televisión, ahora vuelve a ser noticia, y no, precisamente, por su labor social.
Vinculada con una red de narcotraficantes
En fecha indeterminada, Wafa dejó el trabajo como mediadora social en el ayuntamiento y fuentes conocedoras han asegurado a Crónica Global que ahora "trabaja en una empresa de Ripoll". En concreto, en Sodeca, fabricante de ventiladores y extractores industriales. Sin embargo, esta joven se ha visto inmersa en otro bussines bastante más lucrativo, además de peligroso e ilegal: el tráfico de hachís.
Si bien es cierto que estas fuentes aseguran que ella "es un mero peón", alejada del núcleo duro de la organización, otras voces de la policía catalana la vinculan, de forma más o menos directa, con una red dedicada a introducir grandes cantidades de droga por la costa catalana.
En este sentido, las fuentes policiales aseguran que Wafa Marsi acumula dos detenciones: la primera en febrero y la más reciente este mismo martes. En ambas ocasiones, los agentes de los Mossos d'Esquadra la relacionan con los supuestos delitos de pertenencia a organización criminal y narcotráfico.
Así, a Marsi y a la treintena de detenidos que han caído junto a ella se les atribuye la introducción de grandes cantidades de hachís en Cataluña a través de desembarcos por toda la costa catalana. En particular, por los puertos y playas del Maresme. Una tipología delictiva que ha ido in crescendo en los últimos años, afianzando esta comunidad como destino de las nuevas rutas marítimas del hachís.
Las cifras constatan esta tendencia
Así son las cosas, solo en 2023, la policía catalana requisó 18.000 kilos de hachís, más del doble que el año anterior, cuando se intervinieron unos 7.500. Es decir, un incremento del 135% respecto a 2022. Según declaraciones del comisario Ramón Chacón, jefe de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, en 2023 se realizaron 1.300 detenciones, lo que supone una cifra récord en lo que se refiere al narcotráfico en nuestro país.
Por ello, con esta tendencia al alza, no es de extrañar que cada vez más personas hayan dejado a un lado sus antiguas vidas para decantarse por el narcotráfico. Y es que las cifras tampoco han mejorado en 2024, más bien todo lo contrario: "Enero y febrero han sido meses muy intensos. Estamos investigando varios grupos potentes", confesaba Chacón ante los micrófonos de RAC1.
Un negocio atractivo para muchos
Como pasa con el grupo criminal al que se vincula a Wafa Marsi, otros catalanes que nunca antes habían estado vinculados al hampa han descubierto en el tráfico de hachís un nuevo filón y se han subido al carro del narcotráfico. No obstante, no todas estas organizaciones se dedican a la introducción de la mercancía, hay algunas que se limitan a alquilar locales para almacenar la droga o a facilitar combustible en altamar.
Según ha adelantado SER Catalunya, en el caso de la exmediadora, Marsi tenía alquilada una casa en la calle Joaquim Sala número 14 de Moià (Barcelona), donde agentes de los Mossos localizaron 1.343 kilos de hachís, 66 kilos de cogollos de marihuana y dos armas de fuego: un subfusil y una pistola semiautomática. El hallazgo se produjo de forma fortuita, a raíz de la llamada al 112 de un vecino, que vio a tres hombres que trajinaban paquetes y bolsas y creyó que se trataba de un robo.
Marsi, entonces, explicó a los policías que había estado fuera, que en esa casa vivía su hermano y que no tenía las llaves. Por ello, los policías, con su permiso y dos testigos, entraron en el domicilio para comprobar que no hubiera nadie en peligro. Su sorpresa fue descubrir que el comedor era una enorme guardería de droga.
En un primer momento, Wafa no fue detenida, pero, según el citado medio, días después, los investigadores comprobaron que su nombre también aparecía en los papeles del vehículo que los miembros de la organización utilizaban para desplazarse.
Se reaviva la vía marítima en Cataluña
En este caso, se les considera uno de los entramados criminales que estaría aprovechando el tirón de las nuevas rutas marítimas para transportar hachís de Marruecos a Cataluña. Y es que, aunque Cataluña siempre ha sido una región de paso de las mafias del hachís, la vía marítima ha vuelto a coger fuerza. De hecho, casi el 66% de las intervenciones que se produjeron en 2023 fue por transporte marítimo, durante operativos policiales efectuados en desembarcos o relacionados con ellos. El 34% restante sigue siendo por vía terrestre.
Según fuentes policiales, en menos de cinco meses, Wafa Marsi ha sido detenida hasta en dos ocasiones. No obstante, lo cierto es que, en ambas, la mujer ha quedado en libertad, tras declarar en sede policial. De hecho, este jueves, tras conocerse la noticia de su detención, adelantada por la periodista Anna Punsí, la propia Wafa ha publicado un escrito en sus redes sociales, asegurando que "no está detenida".
Cabe recordar que el dispositivo policial de esta semana, el que se ha saldado con la detención de 30 personas, estaba relacionado con un desembarco frustrado durante la madrugada del pasado viernes en el municipio de Arenys de Mar.
Una embarcación del Servicio de Vigilancia Aduanera estaba patrullando en el mar cuando vio cómo se acercaban dos narcolanchas a la costa en la zona, por lo que avisaron a los Mossos para que actuasen desde tierra. Los narcos, al verse sorprendidos por los agentes de Vigilancia Aduanera, tiraron los fardos de droga al agua. En total, ocho toneladas de hachís.
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