"Si no se hace nada al respecto, Cataluña está vendida". Así de tajantes se han mostrado los portavoces de los principales sindicatos de Mossos d'Esquadra tras conocer que el Ministerio del Interior ha vuelto a reforzar el Plan Gibraltar, el dispositivo policial especial que lucha contra el narcotráfico en la zona del Campo de Gibraltar (Cádiz). "Es cierto que se necesitan acciones contundentes en el Estrecho, pero si no se estudia el fenómeno delincuencial del tráfico de hachís en su totalidad, estas medidas solo provocarán que se reduzcan los problemas en el sur para incrementarse en el norte", lamentan las mismas fuentes.
De hecho, los sindicatos policiales hace años que lo advierten: "Aunque en la actualidad la gravedad no es la misma, Cataluña vive una situación similar a la que se da en Cádiz y, como únicamente se está blindando la zona sur, los narcos ya han empezado a buscar nuevas rutas más despejadas", manifiestan desde el Sindicato de Policías de Cataluña (SPC).
Las cifras constatan el cambio de paradigma
Así son las cosas, sólo en 2023, la policía catalana requisó 18.000 kilos de hachís, más del doble que el año anterior, cuando se intervinieron unos 7.500 kg. Es decir, un incremento del 135% respecto a 2022. Según declaraciones del comisario Ramón Chacón, jefe de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, en 2023 se realizaron 1.300 detenciones, lo que supone una cifra récord en lo que se refiere al narcotráfico en nuestro país.
Una tendencia que parece que seguirá en 2024: "Enero y febrero han sido meses muy intensos. Estamos investigando varios grupos potentes", confesaba ante los micrófonos de Rac1. Unas declaraciones que refuerzan las preocupaciones de los sindicatos de Mossos que temen que la presión policial en el sur de la Península afiance a Cataluña como destino de las nuevas rutas del hachís.
Plan Especial de Seguridad en el Campo de Gibraltar
Y es que no es ningún secreto: España tiene un problema con el tráfico de hachís. La cercanía de nuestro país con Marruecos -primer productor a nivel mundial- ha provocado que la zona del Campo de Gibraltar (Cádiz) se convierta en la principal puerta de entrada de esta droga al viejo continente. Las narcolanchas cruzan el Estrecho a la velocidad del rayo y la factoría del crimen ha comprado la complicidad de pueblos enteros: ciudades sin ley, como La Línea de la Concepción, donde los narcos se han impuesto al statu quo.
Un problema delincuencial que, en junio de 2018, ya obligó al Ministerio del Interior a diseñar y poner en marcha un dispositivo especial contra las mafias del narcotráfico en este punto concreto del territorio. Un fenómeno que, con los años, se ha ido extendiendo por toda Andalucía y ha acarreado la progresiva ampliación de este plan especial de seguridad, que empezó en Cádiz y que ahora ya abarca las provincias de Huelva, Málaga, Granada, Almería y Sevilla.
Cataluña, al descubierto
El blindaje de Andalucía, con un incremento notorio de efectivos policiales, y la falta de un dispositivo que ataje el problema en su totalidad es lo que preocupa a los sindicatos de Mossos. "No podemos esperar a que pasen más desgracias", lamenta Albert Palacio del sindicato USPAC. Palacio insta a los dos gobiernos -al central y a la Generalitat- a que busquen soluciones en común. "Hay que atajar el problema en el sur sin que eso implique un incremento de desembarcos en Cataluña, que es lo que está pasando", explica a preguntas de Crónica Global.
De hecho, el propio inspector Toni Salleres, jefe del Área Central de Crimen Organizado de la División de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra, ya reconocía en una rueda de prensa que la presión policial en el sur de la Península había obligado a estas organizaciones a reactivar sus rutas marítimas y centros logísticos en Cataluña. "Hasta ahora, el tráfico de hachís se ha dado igual, pero por vía terrestre. Ahora, se ha vuelto a priorizar la vía marítima", aseguraba.
Se reaviva la vía marítima en Cataluña
La alerta entre los sindicatos de Mossos se ha reavivado después de conocer que ayer martes el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, presidió la última reunión de la Mesa de Coordinación Operativa (MECO) del Operativo Gibraltar para presentar los primeros resultados del 'IV Plan Especial' que arrancó el pasado mes de enero. Especialmente, después de saber que se reforzará la cooperación policial internacional con Portugal y Marruecos.
"Está bien, es lo que se tiene que hacer, pero esto solo enquista el problema en Cataluña porque los narcos se moverán a las zonas más desprotegidas", añade Imma Viudes, portavoz de SAP-Fepol. "Llevamos mucho tiempo pidiéndole a la Generalitat y al Departamento de Interior que implante medidas para no permitir que Cataluña se afiance como nuevo destino de las rutas marítimas del hachís", asegura.
Según los datos proporcionados por los Mossos d'Esquadra, "casi el 66% de las intervenciones de hachís que se produjeron en 2023 en Cataluña fueron por transporte marítimo, durante operativos policiales efectuados en desembarcos o relacionados con ellos. El 34% restante fue por vía terrestre".
La Policía Marítima no tiene medios
Paralelamente, el aumento de desembarcos en la costa catalana también hace dudar a los sindicatos policiales sobre la capacidad y las competencias reales de la policía marítima de los Mossos d’Esquadra respecto a la Guardia Civil: “No sé yo si con las cuatro barquitas que tenemos podemos hacer frente a lo que se nos viene encima”, alertan. "Tampoco nos quedan claras cuáles son nuestras competencias", añaden.
En este sentido, Crónica Global ya adelantó que el Govern tiene intención de comprar unas neumáticas semirrígidas para la policía catalana, gastándose en ello unos 125.000 euros; embarcaciones que, según fuentes del cuerpo, "no aguantarían ni un golpe de las lanchas de los traficantes, pues son muy endebles, ni les podrían perseguir, pues tienen mucha menos potencia".
Lo de Cádiz podría pasar en Cataluña
Una preocupación que los sindicatos de Mossos expusieron, especialmente, después de que el pasado 9 de febrero vecinos de La Línea de la Concepción mataran a dos guardias civiles que, desde hacía horas, vigilaban seis lanchas que había refugiadas en el puerto de Barbate, otro municipio costero al oeste de la provincia gaditana.
Los agentes, con el objetivo de identificar a los supuestos narcos, iniciaron una persecución a escasos metros del puerto deportivo y, durante unos minutos, los criminales estuvieron toreando a los guardias civiles, que no lograban alcanzar la velocidad de la embarcación sospechosa. Por desgracia, la narcolancha los arrolló.
Ya entonces, los mismos sindicatos declararon ante esta redacción que “si la situación no cambia y no se dota de más medios a los cuerpos de seguridad”, lo de Cádiz podía ocurrir en Cataluña.