Elogio del maquillaje de Edgar Degas

"Elogio del maquillaje" de Edgar Degas

Vida

Un vecino de Sabadell vende por 900 euros una pintura de Edgar Degas valorada en 12 millones

Los herederos de Joan Llonch Salas pusieron el cuadro en un portal de subastas al no poder autenticar que se trataba de una obra del maestro francés

30 mayo, 2024 13:58

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Un vecino de Sabadell (Barcelona) vendió por 926 euros una obra de arte del reconocido pintor parisino Edgar Degas valorada en 12 millones. Se trata de la familia Llonch, que creyó que se trataba de una falsificación y la puso a la venta en el portal Todocolección. La obra fue adquirida por un coleccionista barcelonés que ha podido constatar que se trata de una pieza auténtica: el Elogio del maquillaje. 

El cuadro fue adquirido por Joan Llonch Salas (9 de febrero de 1902 - 14 de noviembre de 1976) en 1940 por 3.000 pesetas. Se trata de uno de los miembros de la burguesía catalana del sector del textil más reconocido. Ejerció de mecenas y coleccionista, de aquí la compra de la obra, y llegó a presidir el Banco de Sabadell -su padre, Francesc Llonch Cañames, fue uno de los prohombres que salvaron la entidad cuando estuvo al borde de la quiebra en el siglo XIX- y de la Academia de Bellas Artes de la capital vallesana, uno de los centros culturales más destacados de la ciudad. 

Además, ejerció de secretario personal del político Francesc Cambó.

Los herederos a los que fue a parar el cuadro

Joan Llonch Salas sólo tuvo un hijo, Paco Llonch. Falleció en un trágico accidente de coche en la autopista AP-7 en 1982. Se casó con una de las herederas de otra de las familias burguesas de renombre en Cataluña, los descendientes del doctor Andreu, y tuvieron tres hijos, todos ellos aún con vida. 

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Se trata de Joan Llonch Andreu, profesor del departamento de Empresa en la UAB y exconsejero de Banco Sabadell de Andorra; María Teresa Llonch Andreu y Antonio Llonch Andreu, el que ha tenido un perfil más público ya que fue árbitro de primera división y forma parte del Colegio Catalán de Árbitros. 

A ellos tres fueron a parar el cuadro de Degas tras el traspaso de su padre. Se desconoce si la pintura estaba en alguno de los salones de la familia (su patrimonio inmobiliario es destacado) o si los Llonch la habían regalado a un tercero, ya que la subasta que tuvo lugar en 2021 fue anónima. Lo que sí que ha trascendido es que los herederos del empresario textil estaban convencidos que no era una obra original. 

El precio de salida de la puja fue un euro

La puja tuvo precio de salida fue un euro. Tampoco se ha hecho público el nombre del actual dueño de la obra, aunque desde el sector se señala a un coleccionista barcelonés que habría pagado los 926 euros a los que ha sacado más rentabilidad de su vida. 

Esta semana se ha divulgado que el proceso de autentificación de la obra ha culminado con éxito. El experto Michel Schulman lo presentó en sociedad en el Ateneo de Madrid, tal y como adelantó El Punt Avui.

Schuman lideró un equipo de investigadores en arte. "La autentificación de esta obra llega tras un exhaustivo análisis de pigmentos, un minucioso estudio llevado a cabo con rayos X y fotografías, entre otras técnicas", señaló en rueda de prensa

Elogio del maquillaje es una escena de burdel, "tema importante en las obras de Degas quien dibujó muchos de sus desnudos en lugares que conocía bien", ha recordado Schulman. 

Una cronología agitada

El primer propietario conocido del cuadro en Cataluña fue Julián Bastinos, un acuarelista e ilustrador barcelonés afincado en París. La obra viajó con él hasta El Cairo. Fue repatriada a Barcelona tras su muerte por su hermano, Antonio J. Bastinos, que la colgó en el palacete familiar situado en los Jardinets del paseo de Gràcia de la capital catalana. Allí estuvo hasta 1934, cuando fue la pintura fue incautada por la Generalitat republicana. 

Se custodió en el Monasterio de Pedralbes y se expuso después en el edificio de la Caja de Pensiones de Montjuïc. La entrada de las tropas de Franco en Barcelona implicó la restitución de los bienes privados, hecho que permitió a la familia Bastinos recuperar su Degas particular. 

A la muerte de Antonio J, su viuda vendió la pintura a Joan Llonch Salas. Era 1940 y, tal y como se ha comentado, se pagaron 3.000 pesetas.