La Inteligencia Artificial (IA), en las manos equivocadas, puede convertirse en una herramienta muy útil para delinquir. El arzobispo de Urgell (Lleida) y copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives, lamentablemente, lo ha vivido en primera persona después de que un grupo de estafadores suplantara su identidad gracias a una aplicación de IA y difundieran un video con su rostro.
En dichas imágenes, se pone en boca de Vives que todos los andorranos pueden formar parte de un proyecto para comerciar con el sector del petróleo gracias a un programa especializado de Repsol que permite obtener ingresos. Para participar, según se dice, hay que aportar 250 euros. Finalmente, se invita a inscribirse en el programa a través de una página web.
Denuncia por un delito de suplantación de identidad
Tras tener conocimiento de estos hechos, el obispado denunció este miércoles la difusión de este vídeo, que se ha viralizado en redes sociales. Según señaló la institución eclesiástica a través de un comunicado, los hechos, de los que tuvieron conocimiento este mismo miércoles por la mañana, ya se han puesto en conocimiento de los Mossos d’Esquadra, donde presentaron una denuncia por un presunto delito de suplantación de identidad.
Se trata de una estafa
En este sentido, según adelanta el diario Segre, la policía catalana ha asegurado que no es la primera vez que detectan vídeos fraudulentos en los que se utiliza la imagen de una personalidad para engañar a la ciudadanía. A través de aplicaciones de IA se suplanta la identidad de personas y empresas conocidas para convencer a los usuarios para invertir en falsos activos o participar en actividades engañosas. Lamentablemente, advierten, se trata de un fraude cada vez más habitual.
En este sentido, según el último balance de criminalidad publicado por el Ministerio del Interior, en 2023, los delitos cometidos por internet aumentaron un 25,5% respecto al año anterior, registrando un total de 470.388 denuncias relacionadas con los ciberdelitos. En concreto, la tipología delictiva que ha sufrido un mayor crecimiento son las estafas telefónicas (+27%), seguido de la sextorsión (cuando la persona que sufre el chantaje o extorsión es amenazada con la publicación de imágenes suyas en las que está desnuda o realizando actos sexuales).
Un amplio abanico de delitos
Los entramados de cibercriminales, cada vez más sofisticados, se han especializado en la comisión de todo el abanico de ciberdelitos: desde los que llaman por teléfono, hasta los que recrean páginas web fraudulentas con apariencia de veraces para robar los datos personales de las víctimas o los que duplican la tarjeta SIM del teléfono con un inocente SMS. El objetivo, aseguran, suele ser el móvil económico. De ahí, la obsesión de estos trileros por adquirir los datos bancarios de sus víctimas.
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