El peor episodio de falta de agua que ha vivido Cataluña desde que se tienen registros entra en una fase decisiva. Un abril pasado por agua y una primera mitad de mayo que sigue el mismo camino permiten llenar los embalses de la red Ter-Llobregat a un ritmo que recuerda a la recuperación de la sequía de 2008.
Se esperan lluvias a corto plazo y las próximas semanas tendrán la última palabra sobre el fin de la crisis hídrica. Si bien el comportamiento de los pantanos hasta ahora es similar en crecimientos y plazos, estos registraron una remontada espectacular la segunda mitad del mismo mes ahora hace 16 años. Todo ello insufla de esperanza a la comunidad, aunque genera dudas de que la entrada de agua siga emulando aquella mejora.
Radiografía de la mejora
El ámbito Ter-Llobregat, de las que beben seis millones de personas, tocó fondo a mitad de marzo, cuando cayó al 15,5% de su capacidad total con tan solo 95 hectómetros cúbicos (hm3) de agua embalsada. Tras dos meses de precipitaciones y deshielo, las reservas han crecido hasta el 27,5% y a 168 hectómetros cúbicos a 15 de mayo.
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Esto ha llevado a la 'conselleria' de Acción Climática de David Mascort a levantar las restricciones más severas y volver a la fase de excepcionalidad, que ha entrado en vigor de nuevo esta semana. Los siete millones y medio de catalanes consumen un hectómetro diario de las reservas; esto, sumado a que el 50% del agua gastada procede de procesos de desalinización y regeneración aleja la vuelta al estadio de emergencia hasta otoño o invierno.
El verano, pues, se antoja tranquilo, con piscinas garantizadas (solo tienen prohibido su llenado aquellas que estén completamente vacías) y un consumo máximo permitido de 230 litros por persona y día, muy por encima de la media real.
Abril, aguas mil
El conocido refrán ha hecho acto de presencia este año en Cataluña, con un mes de abril especialmente lluvioso en el Pirineo central y oriental, en el litoral y prelitoral central y en los tramos inferiores de los ríos Llobregat y Tordera. Así las cosas, la contribución en forma de nevadas ha sido importante en la cadena pirenaica, con el consecuente deshielo, indispensable en la remontada.
También se han registrado récords de precipitación, como el del pasado 29 de abril, el día más lluvioso en más de dos años en Cataluña. Destaca la extraordinaria acumulación de agua y nieve en puntos del Pirineo occidental. El día 27, se recogieron más de 100 milímetros y más de 50 centímetros de nieve nueva en el Pallars Sobirà; en Espot, se han registrado hasta 89 centímetros en un solo día.
El precedente de 2008
En la que fue la peor sequía hasta entonces, los pantanos alcanzaron su valor más bajo precisamente en el mismo momento del año. El 15 de marzo de 2008, estaban al 21,1% de su capacidad, es decir, 129 hm3. Hasta mediados de mayo, incrementaron sus reservas hasta el 30,2% y 185 hm3, cifra que supone un aumento de algo más de 9 puntos.
Después, lluvias constantes y abundantes desbocaron los registros hasta alcanzar el 51,2% y los 314 hectómetros cúbicos el último día del mismo mes. El agua siguió entrando y, a mediados de julio, superó el 70% para situarse en los 420 hm3.
"Los embalses dejarán de ser la fuente primaria de agua"
Aunque la mejora actual en los mismos plazos es incluso superior (de 12 puntos y medio) a la de entonces, es del todo descartable repetir una recuperación así. Cabe indicar que las reservas parten de unas cifras muy inferiores. Además, el cambio climático presenta un escenario en el que las lluvias son cada vez más escasas y con una aportación de agua local, no general, por lo que es más improbable que el actual episodio de lluvias tenga el mismo recorrido de entonces.
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Así las cosas, la comunidad científica coincide en que los embalses dejarán de ser la "fuente primaria" que abastezca de agua a ciudades y pueblos. Lo asegura Narcís Prat, catedrático emérito de Ecología de la Universitat de Barcelona (UB), para el que estos pasarán a ser "una fuente que utilizar en momentos determinados". En los mismos términos se expresa Xavier Latorre, exdirectivo de la Agència Catalana de l'Aigua, al describir los pantanos como una "hucha".
Por todo ello, Cataluña no saldrá de la actual crisis hídrica con los embalses tan llenos como en 2008, sino que deberá abrazar una mejor gestión de los recursos sin caer en el abuso excesivo de las desalinizadoras para afrontar preparado, entonces sí, la próxima sequía.
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