Agentes de la Policía Nacional han detenido a un fugitivo de origen marroquí que se encontraba escondido en la localidad gerundense de Empuriabrava. El prófugo estaba reclamado por las autoridades francesas, que emitieron una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) por los presuntos delitos de narcotráfico y pertenencia a organización criminal.
Según informa la Policía en un comunicado, la investigación se inició en el pasado mes de febrero, tras recibir la preceptiva reclamación judicial. Las primeras diligencias permitieron ubicar al sospechoso en Empuriabrava, donde constaba su residencia habitual.
Preso en la cárcel de Figueres
Tras su localización, se constituyó un equipo de trabajo multidisciplinar conjunto, formado por integrantes de la Policía Judicial de la Comisaría de Figueres, la Brigada Provincial de Policía Judicial de Girona, la Oficina SIRENE (que coordina la información relativa sobre los fugitivos) y el grupo de localización de fugitivos de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) de Barcelona.
Finalmente, se pudo localizar al fugitivo, que fue detenido y puesto a disposición de la autoridad judicial, dictando su ingreso en la cárcel de Puig de Les Bases (Figueres) a la espera de la autorización de extradición a Francia.
Cataluña, base de operaciones de fugitivos internacionales
Cabe recordar que Cataluña se ha convertido en uno de los destinos favoritos de fugitivos internacionales y, como consecuencia, en base de operaciones de muchos entramados criminales, cuyos líderes llegan tras huir de la justicia en sus países de origen.
Las fuentes policiales consultadas aseguran que, tras la abolición de las fronteras, la ciudadanía europea --tanto los que iban de turismo como los que huían de la justicia--, empezó a moverse con más asiduidad. Desde entonces, España (y también Cataluña) dio un salto cuantitativo en el número de extranjeros que recibía anualmente. La presencia de turistas durante todos los meses del año, algunos de ellos con segundas residencias en bonitas ciudades de la costa, aportó un extra de seguridad a estos fugitivos, que se sienten camuflados entre los turistas del viejo continente.
Principalmente, nuestros vecinos franceses. Los fugitivos galos, en especial los que pertenecen a la fragmentada y enemistada mafia marsellesa, han encontrado en Barcelona y la costa catalana un buen escondite donde huir de la justicia, refugiarse de sus rivales y, además, vivir relativamente muy cerca de su ciudad de origen. Estos clanes no han llegado a asentar sus negocios ilícitos en Cataluña, pero esta región sí que se ha convertido en el escenario de sus ajustes de cuentas.
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