Cada año se atienden en Cataluña a cerca de 200 nuevas víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Cifra que asciende a más de 1.000 en todo el estado. Sin embargo, conocer el número aproximado de mujeres que se prostituyen en España es prácticamente misión imposible. Y es que, aunque en 2012 el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CITCO) lo cifró en 45.000 mujeres, las entidades y ONG que se dedican en cuerpo y alma a atender y acompañar a las víctimas de trata consideran que es una cifra obsoleta.
No obstante, y a pesar de que nuestro país sigue siendo uno de los principales destinos con mayor demanda de lo que se conoce como turismo sexual, "hay luz al final del túnel de la prostitución y de las garras de las redes de trata", aseguran fuentes de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía Nacional en Barcelona.
¿Qué pasa luego?
Los cuerpos policiales detienen a los proxenetas y liberan a las mujeres (a veces, incluso, menores) que viven secuestradas y explotadas en pisos donde deben estar disponibles 24 horas y siete días a la semana para ejercer la prostitución. Hasta aquí la historia que suele llenar portadas de diarios e informativos de televisión. Sin embargo, ¿qué pasa luego? Seguramente, el final del túnel es la parte que menos se conoce de todo el proceso.
Así, tras décadas persiguiendo a las redes de trata que llegan a nuestro país, la administración pública, los cuerpos policiales, entidades y ONG han tejido, con el paso de los años, una red de detección y asistencia a las víctimas de explotación sexual.
De este modo, se pone a disposición de todas estas personas (mayoritariamente mujeres) un servicio de atención integral con herramientas y recursos para poder acompañarlas desde que salen de los locales, donde viven explotadas, hasta que encuentran trabajos que les permitan "recuperar su vida y su dignidad", explican voces de APRAMP, una de las asociaciones de referencia que ofrece este acompañamiento.
Lo primero: ponerlas a salvo
Tras su liberación, el primer paso es ponerlas a salvo. "Si las víctimas no tienen recursos, pueden acceder a pisos protegidos, gestionados por la administración pública o por las ONG", explican fuentes de la UCRIF. En Cataluña existen entidades como la Fundación Amaranta que dispone de varias viviendas para que las supervivientes "se sientan seguras y protegidas, solas o con sus hijos, para iniciar un proceso de recuperación personal y de incorporación social", explican en su portal web.
"Es importante no presionarlas, ellas marcarán el ritmo de lo que necesitan", añaden desde APRAMP. Así, además de un hogar, estas organizaciones también ofrecen asistencia médica y psicológica, así como asesoramiento jurídico, ya que, en la mayoría de los casos, las víctimas se convierten en testigos protegidos, inmersas en un largo y farragoso procedimiento judicial que no finaliza hasta la celebración del juicio oral. Un proceso que, en muchas ocasiones, se puede demorar incluso años.
En Cataluña, además, todo ello es regulado por un protocolo de actuación, firmado en octubre de 2013 por el entonces president de la Generalitat Artur Mas, que, además, prevé un seguimiento de la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia (DGAIA) en el caso de los menores de edad; y, garantiza la implicación de la conselleria de Salud para atender a todas las víctimas, para que tengan acceso inmediato a la sanidad pública.
Desde la liberación hasta la rehabilitación social
Este protocolo de la Generalitat regula y ampara todo el procedimiento que hay que seguir cuando se detectan víctimas de trata de seres humanos en Cataluña. Un documento que también regula la participación de entidades y ONG como actores imprescindibles para la rehabilitación de las víctimas. De hecho, desde la UCRIF señalan el trabajo de estas asociaciones, que acompañan a las supervivientes en todo el proceso, como un factor clave para la reincorporación en sociedad y acceso al mercado laboral de estas mujeres.
El mismo documento también prevé medidas de seguridad como órdenes de alejamiento o incomunicación, además de medidas de protección durante la celebración del juicio oral. En esos casos, el protocolo establece la posibilidad de que las víctimas comparezcan por videollamada o tras un biombo para evitar el contacto directo con quienes habían sido sus explotadores.
Asimismo, las supervivientes no están solas: "Los agentes de la UCRIF solemos acompañar a las víctimas en todo el proceso judicial, especialmente cuando tienen que declarar", explican las mismas voces.
Regularización de las víctimas
Paralelamente, otro aspecto fundamental del proceso de rehabilitación de las supervivientes es su regulación. La mayoría se encuentran en situación irregular, ya que son captadas en países extranjeros, como Colombia, Venezuela, Nigeria o China, y trasladadas a España sin papeles. Por ello, desde la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales se facilita la regulación de todas estas personas como primer paso para iniciar su nueva vida, lejos de las garras de la trata.
Aunque si bien es cierto que las víctimas que colaboran con la investigación pueden obtener los papeles con más rapidez, el proceso culmina para todas las personas (mayoritariamente mujeres) que se demuestra que han sido víctimas del delito de trata en nuestro país.
El final del túnel
Sin embargo, desde APRAMP tienen claro que el proceso de liberación realmente culmina con la reintroducción de estas mujeres en la sociedad, logrando un trabajo que ayude a "recuperar su vida y su dignidad". Por ello, todas estas asociaciones también tienen mecanismos para ayudar a las víctimas a formarse y encontrar un empleo regularizado.
En el caso de APRAMP, han creado la Escuela de Supervivientes y la Escuela de Moda: en la primera, las supervivientes forman parte de los equipos de la asociación y se convierten en referentes en la lucha contra la trata y la detección de otras víctimas. La segunda supone una alternativa real dividida en: la formación a otras víctimas en el área de la moda (desde el diseño, el patronaje y la confección) hasta el desarrollo de su propia marca de moda: Con alma by APRAMP.
Y como estos casos, existen otras alternativas que permiten a las víctimas superar el túnel oscuro de la trata y rehacer sus vidas, lejos de la violencia y la esclavitud de las redes de trata.
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