Los funcionarios de prisiones han vuelto a movilizarse al cerrar durante cuatro horas de la mañana de este jueves los accesos al centro penitenciario de Brians 1 y 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), tratándose de dos de las principales cárceles en Cataluña.
Según ha podido saber Crónica Global, los trabajadores han protestado contra la decisión de los sindicatos, que se han sentado a negociar con la Consejería de Justicia pese a que no se han producido ninguna de las dos dimisiones que exigía la plantilla tras el asesinato de Núria López, la cocinera de la cárcel de Mas d'Enric.
Por el momento, ni la consellera Gemma Ubasart ni el secretario de Medidas Penales, Amand Calderó, han dejado su cargo. Sólo ha sido cesado el director de la prisión en la que se cometió el crimen, Francisco Romero, si bien ha sido colocado en otro puesto directivo.
Los Mossos han liberado un carril
La concentración, que no ha sido comunicada, coincide con el cambio de turno de la plantilla. No ha entrado ni salido nadie durante varias horas, y tampoco se han practicado diligencias.
Pasadas las 09.30 horas, los concentrados han decidido en una asamblea poner fin a los bloqueos, después de que los Mossos d'Esquadra hayan liberado un carril para permitir la entra y la salida a las dos prisiones.
Tres semanas de protestas
Las protestas se han intensificado después de que la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, asegurara en una entrevista el miércoles que el "riesgo cero" en las prisiones catalanas no existe y que el crimen de Núria a manos de un condenado por asesinato, era "poco previsible".
Desde el jueves 14 de marzo, los funcionarios de las prisiones catalanas protestan en contra de la gestión de la Consejería de Justicia de la Generalitat. Se sienten un colectivo invisible y desamparado por la administración, con un déficit de más de 400 trabajadores y una plantilla envejecida que debe lidiar, a diario y sin recursos, con delincuentes muy peligrosos, profesionales del crimen organizado transnacional.
El detonante que motivó las movilizaciones y los cortes en los accesos a los centros penitenciarios fue el asesinato de su compañera. Desde entonces, el colectivo ha roto su silencio y, al margen de los sindicatos, se ha organizado para visualizar su disputa con la consejería y sus representantes políticos.