Agentes de la Policía Nacional en una de las plantaciones desmanteladas recientemente

Agentes de la Policía Nacional en una de las plantaciones desmanteladas recientemente CNP

Vida

Serbios y albaneses se alían en Cataluña para liderar el mercado de la marihuana

Tras la guerra de Yugoslavia, empezaron como sicarios, luego se especializaron en robos con violencia y, en la actualidad, el tráfico de marihuana les ha abierto las puertas de un nuevo negocio ilícito 

1 abril, 2024 00:00

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A pesar de la histórica rivalidad entre serbios y albaneses, parece que los líderes de las distintas organizaciones criminales de ambos países han acordado 'un alto al fuego' para aliarse y liderar de forma conjunta el mercado de la marihuana en Cataluña. Su llegada a territorio catalán está estrechamente ligada al hecho de que esta región, según fuentes policiales, se ha convertido en el 'huerto de la marihuana Europa'

Este escenario ha dado pie a que entramados criminales, llegados de todas las partes del mundo, se instalen en Cataluña para dedicarse al cultivo y tráfico de esta droga. Un nuevo paradigma delincuencial que ya vaticinaba la imposición de estas bandas transnacionales por encima de los clanes y grupos de narcos autóctonos. Entre ellas, y en el podio, la sorprendente alianza serbio-albanesa.

La plantación de marihuana localizada en la vivienda de Gelida

La plantación de marihuana localizada en la vivienda de Gelida MOSSOS D'ESQUADRA

Paramilitares y muy violentos

Ambos grupos son conocidos en el mundo del hampa por su extrema violencia y sus conocimientos militares, especialmente en el manejo de armamento bélico. Curtidos en la guerra de la antigua Yugoslavia, muchos de los líderes de los clanes serbios y albaneses vivieron en sus pieles los estragos del conflicto armado que se alargó toda la década de los 90 hasta 2001. Es más, por parte de los narcos procedentes de Albania, algunos incluso formaron parte del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), que llegó a ser considerado un grupo terrorista

Así, algunos de los jóvenes que combatieron en la guerra se convirtieron con el paso de los años en temidos sicarios, a merced de otras organizaciones criminales. Luego, se especializaron en la comisión de robos violentos y en el contrabando de tabaco.

En Cataluña, intentan pasar desapercibidos 

Sin embargo, el mercado de la marihuana les abrió un nuevo horizonte: ya tenían las armas y la fuerza, solo quedaba encontrar un buen sitio donde cultivarla. De este modo, dejaron a un lado los violentos asaltos en masiones y chalets de lujo y aterrizaron en Cataluña donde empezaron a instalar sus plantaciones. 

A pesar de su perfil violento, desde su llegada, estos clanes serbio-albaneses han funcionado de una forma bastante más discreta en comparación a otras mafias internacionales. "Los que se dedican al tráfico de marihuana mantienen un perfil bajo, sin apenar cometer crímenes públicos, conquistando el terreno sin crear miedo" matizan fuentes de la Policía."Aunque son muy violentos, no suelen mostrarlo. De este modo, pueden pasar más desapercibidos para seguir produciendo marihuana a gran escala para, luego, introducirla en Europa", aseguran. 

'Capos' y 'jardineros'

Para entender cómo funcionan, todas las fuentes consultadas coinciden en asegurar que, en esta alianza, los serbios actúan como propietarios de las plantaciones y dueños de toda la infraestructura. Mientras, los albaneses desempeñan el papel de 'jardineros', es decir, son los responsables de cultivar la droga y proteger (con armas de fuego) las instalaciones ante posibles 'narcoasaltos' de organizaciones rivales. 

Armas incautadas por los Mossos d'Esquadra en una plantación de marihuana de Girona

Armas incautadas por los Mossos d'Esquadra en una plantación de marihuana de Girona MOSSOS D'ESQUADRA

Según las mismas fuentes, los serbios "contratan" a los albaneses para que trabajen en sus plantaciones a cambio de un sueldo que oscila entre los 1.000 y los 2.000 euros al mes, en función de la experiencia previa de cada 'jardinero'. Normalmente, éstos albaneses llegan a Cataluña libres de antecedentes y con un permiso de residencia de tres meses. Pasado este periodo, los dueños de la plantación los devuelven a su país de origen y buscan una nueva hornada de guardianes-custodios. 

Es por ello, que el grueso de los detenidos en las plantaciones de marihuana en Cataluña sean albaneses, aseguran fuentes policiales, "porque son los que hacen vida en el interior de las naves o chalets donde cultivan y almacenan la droga". 

Alianzas con productores locales

Voces expertas tanto de los Mossos d’Esquadra como de la Policía Nacional, han asegurado a preguntas de este medio, que las organizaciones serbio-albanesas han empezado a aliarse con los clanes familiares españoles; aquellos que, históricamente, han liderado el mercado de la marihuana en Cataluña y España. Ahora se puede decir que muchas de estas familias están subcontratadas por los clanes balcánicos.

Justamente, matizan las mismas fuentes, estas alianzas se han empezado a forjar en un momento de lucha para ver quien puede acaparar más terreno en este escenario de producción masiva de marihuana en Cataluña. 

Otras alianzas

Sin embargo, los clanes balcánicos no solo han sabido aliarse con los clanes familiares de España, sino que, especialmente los albaneses, han estrechado vínculos con la N’drangueta, la mafia calabresa que se ha posicionado como la más potente y peligrosa del mundo. Los clanes calabreses depositaron su confianza en los emisarios albanesas para abrir nuevas rutas destinadas al tráfico cocaína desde puertos de la América Latina, como es el caso de Guayaquil (Ecuador).

Así, han logrado hacerse un hueco en la primera división del crimen organizado trasnacional