Los propietarios vacían la polémica residencia Bellamar de Platja d’Aro como antesala al cierre
- Han obligado a marcharse a la decena de ancianos que quedaban después de que el resto se fuera tras los escándalos; los trabajadores no han sido informados del cierre
- El centro pertenece a KVV Investment SL, un fondo ruso dedicado a la construcción y a la promoción inmobiliaria que compró el centro en 2020
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Los propietarios de la polémica residencia Bellamar de Platja d'Aro, en la costa de Girona, la han vaciado de ancianos como antesala a su cierre definitivo. Y todo ello, sin haber entregado ninguna comunicación formal a los trabajadores, según voces sindicales.
Este centro de titularidad privada ha sido objeto de inspecciones por parte de Derechos Sociales de la Generalitat a raíz de una denuncia de CCOO ante los Mossos d'Esquadra e Inspección de Trabajo por "situaciones muy graves", tales como insultos, vejaciones, ocultación de información a familiares o contenciones sin consentimiento.
Obligados a marcharse
El último anciano ha abandonado el centro este viernes. En las últimas dos semanas, la decena de usuarios que quedaban han ido haciendo las maletas y cruzando la puerta tras recibir el aviso de los responsables de que debían buscarse otro lugar. Se han ido o bien en bus o recogidos por sus familias.
No obstante, la mayor parte de los usuarios que allí vivían ya se habían marchado antes, a raíz de los diferentes escándalos de los que se hizo eco este medio, como la muerte de Saturnino al cuarto día de ingresar. En total, de los 24 que había, una quincena se han ido por su propia voluntad.
Otros centros residenciales de municipios cercanos como Palamós, Palafrugell, Calella o el propio pueblo de Platja d'Aro han acogido al grueso de los usuarios expulsados. En algún caso, ha sido necesario recurrir a una pensión de forma provisional hasta que se liberen plazas.
Los trabajadores no han recibido ninguna comunicación oficial
En total, una veintena de profesionales desempeñan sus funciones en la residencia Bellamar, entre auxiliares, enfermeros, personal de limpieza y de cocina, terapeuta y otros perfiles. El turno de este sábado, al llegar, se ha encontrado sin un solo usuario al que cuidar.
Ninguno ha recibido una comunicación formal del cierre ni la orden de dejar de trabajar. Preguntada por los trabajadores, la responsable del centro se ha negado a dar información alguna y, lejos de ello, les ha exigido que se cojan vacaciones hasta el 2 de abril; sospechan que esa será la fecha oficial del cierre y que la empresa pretende ahorrarse dicho concepto en los finiquitos, aunque no puede imponerlo.
CCOO, que ya organizó una manifestación para evidenciar los "malos tratos" en la residencia, prepara una nueva protesta frente al ayuntamiento por la "vulneración" de los derechos laborales de los trabajadores; la organización sindical pedirá al consistorio que intervenga e impida que los propietarios cambien el uso de las instalaciones mientras no les den garantías sobre su situación laboral.
Los propietarios se dedican a la construcción y promoción inmobiliaria
Tanto el Departamento de Derechos Sociales de la Generalitat como el Ayuntamiento de Platja d'Aro aseguran a este diario "ser conocedores" de la situación que acontece en la residencia, si bien la consejería se ha negado informar sobre los avances o conclusiones de las inspecciones hechas estos meses en el centro, que ofrece sus servicios al pueblo desde hace más de tres décadas.
El fondo ruso KVV Investment SL ostenta la propiedad desde 2020 y los trabajadores acusan de todos los males a la directora elegida, en el cargo desde poco después. Dedicada al sector de la construcción y a la promoción inmobiliaria, los afectados sospechan que la empresa reconvertirá la residencia para destinar el espacio a otro uso y sacar beneficio.