Una avalancha de cien grafiteros rozó la tragedia en Ciutat Vella
- La Guardia Urbana rodeó a la 'Subway Party' con los antidisturbios, pero éstos les arrollaron, pisoteando a una chica
- Malestar en el cuerpo por la "orden de despacho" de rodear y multar a una turba de incontrolados encapuchados
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Una avalancha de cien grafiteros provocó que se rozara la tragedia en Barcelona el sábado. Los radicales fueron rodeados por los antidisturbios de la Guardia Urbana, la UREP, aunque terminaron embistiéndoles, lanzándoles piedras y botellas y arrollando a una chica, que quedó herida.
Lo explican fuentes policiales después de que la turba, que se movía bajo la etiqueta de Subway Party, atacara dos líneas del Metro de Barcelona, pintarrajeando vagones y obligando a detener los dos servicios, como explicó Metrópoli. Lo que pasó después es que la Urbana reaccionó con celeridad, cercando al grupo, pero la violencia de éstos casi provoca una situación dramática.
La UREP les rodea
Mandos de la Guardia Urbana consultados por este medio han descrito que la parte más dura del suceso tuvo lugar lejos de las cámaras de seguridad del Metro, en la plaza Terenci Moix, las llamadas pistas de baloncesto del Macba.
Los grafiteros --muchos encapuchados y bebiendo alcohol-- llegaron allí procedentes de la plaza Universidad. Les esperaban la Guardia Urbana de Barcelona, que había activado a la Unidad de Refuerzo a la proximidad y las Emergencias (UREP), los antidisturbios.
Pisotean a una chica
Los vándalos no se amedrentaron. Arremetieron contra la línea policial, arrojándoles piedras y botellas de cristal. Tras ello, desbordaron a los agentes a empujones y golpes. Se provocó una avalancha callejera.
Los policías no resultaron lastimados .--llevaban protección antitrauma--, aunque la turba sí terminó "pisoteando a una chica y pasándole por encima", que tuvo que ser atendida por un ataque de ansiedad. "Se rozó la tragedia", lamentan mandos en conversación con este medio.
No a la "órdenes de despacho"
Desde el cuerpo municipal de seguridad se critica que "se diera una orden de despacho incapaz de cumplir", pues la turba "no se podía encapsular para levantar sanciones administrativas", como pretendía algún mando. Solo era posible hacerlo "poniendo en riesgo a los agentes".
Por ello, desde el seno de la Urbana se alerta de que "se vigile con las órdenes de despacho que en la calle no se pueden cumplir, ya van demasiadas". Y se apunta a un responsable: el subinspector de noche de la Unidad Territorial 1 (UT-1), el distrito de Ciutat Vella.
TMB, también desbordado
De hecho, la Subway Party era tan violenta que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) también se vio desbordada por el grupo. Los gamberros arremetieron contra dos vagones de la L2 y L4, que pintaron con espráy. Ante ello, el centro de control tuvo que parar las dos líneas.
El acto vandálico terminó solo con un identificado, pues los vigilantes de seguridad también se vieron desbordados. El operador metropolitano ha anunciado que presentará denuncia, aunque ADN Sindical, sindicato mayoritario de la seguridad privada, ha denunciado que la nueva licitación tendrá descoberturas de noche en el suburbano.