Un solo punto porcentual es lo que separa a Cataluña del escenario de emergencia por la sequía. Esta, incesante, sume en la agonía a los embalses de sus cuencas internas, que se encuentran a fecha de esta publicación al 17% de su capacidad.
El 'semáforo' pasará a rojo y las restricciones se agravarán cuando el nivel caiga al 16%, según los protocolos marcados. Y a pesar de que la sequía se agrava a pasos agigantados y de que las previsiones iniciales llevaban a declarar la siguiente fase antes de Navidad, el Govern ha dilatado los tiempos hasta aplazar este escenario a enero de 2024.
Dos pantanos secos y otros dos, a punto de estarlo
La capacidad total de los embalses del sistema Llobregat, Ter y Ter-Llobregat es de unos 700 hectómetros cúbicos, es decir, 700 mil millones de agua; actualmente, tan solo quedan 119, y bajando. La Agencia Catalana del Agua (ACA) calcula que los 7.500.000 catalanes consumen un hectómetro cúbico al día, por lo que quedarían cuatro meses de agua, sin contar con el agua que sí tiene la Conferencia Hidrográfica del Ebro, gestionada por el Estado.
Echar un vistazo a los nueve pantanos del sistema afectado, del que dependen 5,9 millones de catalanes, es desolador. Hay varios que ya están secos o prácticamente secos, como el de Siurana o el de Riudecanyes, que se encuentran en torno al 3,5% de su capacidad, mientras el de Darnius o el de Sau siguen sus pasos, al 13% y al 10%. Y el que mejor resiste es el de Foix, superando por tres puntos la mitad de su capacidad.
Hace solo un año, los embalses tenían casi el doble del agua actual, un 31,8%. Asimismo, la capacidad de los pantanos de las cuencas internas lleva seis semanas seguidas por debajo del mínimo histórico registrado hasta ahora, que fue del 18,9% en noviembre de 1989.
El Govern lamenta las malas previsiones meteorológicas
El cielo no invita al optimismo. Los cálculos del Meteocat no arrojan previsión de lluvias significativas que permitan contener el avance de la sequía. Así lo ha asegurado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, en rueda de prensa posterior al Consell Executiu de este martes. "Las previsiones no son buenas y no indican que las próximas semanas sirvan para revertir en menor o mayor medida la situación", ha lamentado ante los medios.
Las "medidas de ahorro y gestión eficiente del ciclo del agua" de la Generalitat no han servido para evitar los estragos de la falta de lluvia. Preguntada por próximas medidas de choque, la portavoz del Ejecutivo catalán ha descartado de nuevo el trasvase del Ebro, perteneciente a la Conferencia Hidrografica, que abastece sin problema a los municipios más al este de la comunidad.
"No está sobre la mesa, llevamos 38 meses gestionando la peor sequía y hemos estudiado varias alternativas, como la llegada de agua en barcos, pero no el trasvase del Ebro", en palabras de Plaja, que no ha desvelado de dónde procederá el agua que previsiblemente llegará a través del Puerto de Barcelona.
A las puertas de mayores restricciones de agua
La ACA aclara que la declaración de la fase de emergencia, que se antoja inevitable desde hace semanas, comporta la "generalización" de las restricciones a todos los usos para priorizar el consumo de agua de boca.
Los municipios afectados por el 'semáforo rojo' serán los mismos sobre los que ya pesa la preemergencia (consúltalos aquí) y sus vecinos no podrán gastar más de 180 litros por día, incluyendo actividades económicas y comerciales. Asimismo, solo estará permitido lavar el coche en negocios de este tipo, mientras no se podrá limpiar las calles ni mobiliario urbano con agua potable.
También estará prohibido llenar total o parcialmente "cualquier tipo de piscina" y fuentes ornamentales, así como regar jardines y zonas verdes, ya sea públicos o privados; solo podrá utilizarse aquella que no proceda de la red municipal de agua potable para riego "cuando se justifique en la supervivencia dle arbolado singular o monumental" del espacio público.