Los Testigos de Jehová recurrirán la sentencia que permite llamarles "secta"

Los Testigos de Jehová recurrirán una sentencia de un juzgado de Madrid que circunscribe en la libertad expresión llamar "secta" a la congregación. La confesión se ha mostrado "perpleja" por el fallo judicial y ha recordado que en países como Rusia se les está "persiguiendo" por ejercer su fe. 

En un comunicado enviado a Crónica Global, los Testigos responden a una sentencia de un tribunal de primera instancia de Torrejón de Ardoz (Madrid), avanzada por este medio, que avala la constitución y mensajes en la página web de la Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová, un colectivo que denuncia presuntos abusos sexuales en el seno de esta comunidad religiosa. 

"Recurriremos"

En su comunicado, los Testigos han alertado de que estas son "falsas acusaciones" que fomentan "el odio, la discriminación y el prejuicio injustificado" contra una minoría religiosa. 

Lo que es más: enmarcan estos argumentos en su contra en la "propaganda rusa" que recientemente ha encajado una resolución contraria en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Por ello, la recurrirán. 

"Perplejos"

La congregación con sede nacional en Ajalvir (Madrid) señala que se siente "perpleja y consternada" al ver que la juez "ha hecho caso omiso" de sus pruebas documentales y testificales. 

Asimismo, lamentan que la magistrada no haya recogido el acervo de sentencias paneuropeas que van contra "falsedades" como las que, según ellos, verbaliza la AEVTJ. 

Cinco causas

Cabe recordar que el nuevo fallo judicial sobre las críticas a los Testigos se suma a otro anterior. Unas semanas atrás, otro juzgado de la misma localidad madrileña falló a favor de la confesión, aunque desestimó la mayoría de sus pretensiones. En aquel caso, la comunidad quería descolgar de internet el vídeo de la presentación de las víctimas. No lo logró. 

Estas cuitas judiciales son, en total, cinco. Estas son las demandas interpuestas por los Testigos de Jehová contra la neonata asociación. El núcleo del conflicto es los supuestos casos de abuso sexual en esta práctica religiosa. Los afectados aseguran que existieron y se ocultaron, mientras que la jerarquía de Ajalvir los niega y sostiene que si han aparecido, se han comunicado con diligencia a la autoridad competente.