Rosa Peral: "No creo que salga viva de prisión, solo quiero dormir, esperando la muerte"

Rosa Peral, la agente condenada a 25 años de prisión como responsable --junto a su compañero y amante, Albert López, condenado a 20 años-- de la muerte de su pareja, el también agente Pedro Rodríguez, en el conocido como crimen de la Guardia Urbana, reconoce que no cree que "salga viva" de la cárcel.

"Solo quiero dormir. Ni me ducho, ni me cambio de ropa. Vivo sin esperanza, esperando la muerte", escribe en una carta que se ha convertido en el segundo capítulo de Condenados relatos [Más mala vida] (Alrevés, 2023), el último libro de Carlos Quílez, que el periodista ha presentado este sábado en Barcelona.

"La justicia no existe"

En el texto, Peral se declara "INOCENTE", en mayúsculas, y lamenta que "la mayoría ha dado por hecho lo que la prensa y las partes interesadas" han asegurado de ella. Asimismo, califica a López de "psicópata", y afirma que urdió todo el plan --el asesinato de Pedro y la inculpación de Rosa-- porque si ella no estaba con él no estaría con nadie.

Del mismo modo, denuncia que en el juicio fue víctima de la sociedad machista, pues el tribunal preguntó "a cada uno de los testigos si habían tenido relaciones sexuales" con ella, pero no se juzgó del mismo modo a Albert, del que no se sabe "nada" de sus aventuras en la cama. "La justicia no existe", continúa en su escrito.

Rosell y Salvador Puig Antich

El libro, sin embargo, cuenta otras 17 historias criminales, algunas de las que más han marcado a Quílez en su trayectoria profesional. Y estas incluyen relatos escritos por los mismos presos y otros redactados por él mismo. Su proximidad con el delincuente, el policía, el juez y la víctima le permite construir un relato revelador de las flaquezas de la sociedad.

Sandro Rosell (dos años en prisión preventiva injustamente), Jesús Contreras (conocido como el atracador del chándal), Flako (el Robin Hood de Vallecas), Emmanuel (jefe de la Mara Salvatrucha), Matagatos (exponente de una raza criminal en vías de extinción) y otros delincuentes y policías forman parte de esta entrega que mezcla emoción, crudeza y visceralidad, y en la que tampoco faltan nuevos datos acerca del juicio a Salvador Puig Antich.